nineteen

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Narración de Elizabeth.

King llevaba aproximadamente unas dos o tres horas en su cuarto, obligando a Ban a dormir en el suelo del bar aunque no creo que le incomodé, puesto que después de sus borracheras lo hace.

La noche era temprana, pero beber una copas de vino junto a mi hermana no me vendría mal, estaba perdida en mis pensamientos ¿Cómo Diane escapó? Es de esperar, es alguien astuta cuando es necesario.

─Hermanita, ¿Estás abrumada por lo de Diane?─Indagó con un tono de preocupación en su voz, embocé la sonrisa más falsa que pude hacer.

─No, tranquila. Creo que el vino comienza a hacer efecto, iré a mi habitación si me disculpas─Me excusé levantándome de la barra, esperé a que me creyera─Buenas noches, hasta mañana hermana.

Dicho esto subí antes de que pudiera hablar, ciertamente tenía la extraña manía de acomodar el cabello tras mi oreja a la hora de mentir, acto que revelé en mi primera borrachera Ay por los Dioses, Elizabeth. Al llegar a la habitación compartida con Mel, me pegué contra la pared, después de auto-criticarme entré en la habitación girando la perilla, al entrar me recosté en esta cerrándola en la acción, mis mejillas comenzaron a sentirse húmedas ¡Oh, logras mucho Elie llorando! Me reprimí mentalmente pero las lagrimas eran más fuertes que yo, comenzaron a salirse sin control, me cubrí mi boca para evitar cualquiera sonido emergente de ella, me posé en posición fetal contra esta. Me estaba volviendo loca, no lo dudaba, lo confirmaba.

Podría parecer que estaba bien, peor comencé a tener paranoia, tengo ataques de pánico, pero contra una sonrisa falsa, todo se ve bien ¿No?.

Me sentía la peor amiga existente en este mundo, sé que culparme no hará que Diane vuelva, pero, joder, es imposible no estar mal y más si sabes que es tu puta culpa, tu puta ignorancia y tu puta cobardía.

─Elie, ¿Estás?─Escuché la voz dulce y melodiosa de Mel. Limpié mis lagrimas y me digne a responder controlando mi respiración.

─Sí, sí. Todo perfecto...─Dije con un hilo de voz antes de llorar desconsoladamente.

Estallé. Simplemente estallé.

Dramática, lo soy, sí. No lo niego.

La puerta se abrió, y antes de levantar la mirada, el tacto suave y caliente de Meliodas estremeció mi cuerpo, me estaba abrazando. Y ¡Pum! A la mierda el auto-control  y cordura.

─¡Es mi culpa! ¡Mi maldita culpa!¡Sabía todo, sabía la verdad! ¡Sabía lo que ella hacía por Howser! Pero tuve miedo, tuve miedo que no me creyeran y tacharán de mentirosa y cómplice. ¡Soy una maldita mierda de amiga! ¡Mierda de pers-─Una descarga eléctrica recorrió mi cuerpo al sentir los labios de mi amado posado en los míos, aunque maldije en mi mente cuando sentí que se separó. Lo miré con nerviosismo a flor de piel.

─No permitiré que mi futura esposa se desprecie de tal forma─Murmuró con una dulce sonrisa.─Sí, es verdad, la cagaste y feo─Bajé mi mirada pero él tomó mi mentón obligándome a mirarlo, perdiéndome en sus orbes esmeraldas.─Pero Diane lo comprenderá, tu miedo y arrepentimiento. Ella es una de las personas más pura que he conocido, nunca ha tenido el corazón de odiar a alguien y dudo mucho que tú seas la excepción. Por ahora prepara tu pedazo de discurso mientras puedes.─Finalizó, y sello su acto de hacerme sentir mejor en un beso dulce, cálido y tierno. El cual a su tiempo se intensificó cuando rodeé con mis flacos brazos su cuello y él mi cintura acercándome a él aún más.Nos recostamos en la cama, no sin antes cerrar la puerta con seguro.

Fue bastante relajante la noche, mis preocupaciones se extinguieron gracias al calor del cuarto. Para los que no han entendido, lo hicimos pero eso no requiere detalles, porque siendo sincera no te interesan las cosas que haga con Mel en la oscuridad de la noche.

Mɛ Tɛռɢօ Qʊɛ Iʀ      ↳κιαπε  |TERMINADA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora