sixteen

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Vanya_Inicio del día

Una castaña fue despertada por los rayos del sol que se escaparon por las cortinas de seda, con pereza se incorporó en la cama, y restregó sus ojos, se levantó quedando enfrente del closet, llevó sus manos a los bordes del camisón y lo subió, dejando poco a poco su cuerpo bien formado a la vista, al quedar completamente desnuda con la tela en sus manos, la dejó caer, abrió el closet y tomo su ropa interior que solo constaba de las bragas, levanto su pierna derecha y la introdujo en uno de los orificios de la prenda, hizo lo mismo con la otra, quedando cubierta de abajo, miró otra vez el armario y saco su tipíca ropa, que era el suéter, se lo puso y peino un poco su cabello con sus manos, se agachó y tomó su camisón, lo doblo y lo introdujo en el mueble de madera. Se puso sus botas para luego salir de su habitación hacia las escaleras, para bajar a la cocina y poner a asar un poco de pollo y cerdo, después de esto se dirigió a la habitación del niño que cuidaba hace unas semanas.

─Edgar, príncipe. ¿Estás despierto?─Llamó a travéz de la puerta con una voz dulce y serena. Al no recibir respuesta, giró el pomo y entró, para encontrarse con un pequeño azabache envuelto en la sabanas blancas abrazando una almohada.

El pequeño balbuceaba el nombre de Dayana, mientras lagrimas caían de sus mejillas rosadas.

─Por favor... No me dejes... ─Habló entre sollozos. Diane se alarmó y lo sacudió bruscamente, despertando al niño quien se asustó ante la presencia de la mayor.

─Lo siento, pero me asustaste.─Se disculpó mirando incrédula, sentada en la cama abrazó al niño dejando la cabeza del pequeño en su pecho dejando que el escuchará sus latidos.

─Dayana... soñé que te ibas, te ibas con Armando aunque tenía el cabello de otro color, escapabas de unas cinco sombras. ─Dijo Edgar llorando aún más, abrazando a la fémina.

─Ya, ya. No me voy a ir─Consolaba acariciando la hebras negras de la suave cabellera del pequeño, luego se separó y le plantó un beso en la frente, pusó sus manos en las mejillas de Edgar y con sus pulgares secó las gotas que caían de sus ojos.─Todo estará bien, te lo aseguro.

─Gracias.

Diane se levantó y mirando al niño con una sonrisa habló─ Haré brochetas de cerdo y pollo. Asistaté para desayunar─Dicho esto, la castaña bajó las escaleras dirigiendose a la cocina para preparar las brochetas. Apagó el fuego y con cuidado tomó el cerdo y lo puso en una tabla, para luego comensar a cortar en cuadrados, el mismo procedimiento hizo con el pollo; tomó unos cuantos palillos e introdujo allí el cerdo un pollo, uno de cerdo, después uno de pollo y luego otro de cerdo, así sucesivamente hasta terminar con una y seguir con la otra, haciendo lo mismo, hizo esto unas cuatros veces, luego tomó unos platos con una decoración bastante elegante, sirvió allí de a dos brochetas, y posiciono los platos en la mesa, se desabrochó el delantal rosa que traía con un pequeño estampado de puntos, lo dobló y lo dejó arriba de la encimera, en ese momento el azabache bajaba las escaleras con su atuendo.

─Huelen deliciosas Dayana─Alagó con una sonrisa el niño.

Mɛ Tɛռɢօ Qʊɛ Iʀ      ↳κιαπε  |TERMINADA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora