fifty eigth

342 39 17
                                    

Habían pasado unos pocos días desde aquel momento triste de muñeco y gigante. Pero para la sorpresa de los demás, todo estaba bien entre ellos, conversaban y reían como en los viejos tiempos.

La relación entre Harlequín y Diane había mejorado, podían pasar horas en el techo juntos abrazos, salían a pasear a los campos de flores, dándose besos y abrazos cada vez que podían, fortaleciendo su amor palpitante.

•••

Pasó sus brazos por la nuca de King, enredando sus dedos en las hebras terracota, mientra fundían sus dos bocas en un apasionante beso, acariciaba la cintura de la castañas, con toques electrisantes. Poco a poco su mano bajo aún más, al muslo tonificado de ella, tomó con sus dedos delicadamente en final del vestido, se separó y enterró su cabeza en el cuello de su novia, quien sólo se limitó a jadear por la respiración, besó y chupeteo su cuello, empezó a morder levemente su cuello y a su vez levantaba el vestido rosado, ella estaba extasiada por estas acciones, sus mejillas ardían y sus piernas temblaban. ¿Enserio lo harían en una de las ramas del árbol sagrado? Yo creo que no.

─¡Majestad, señorita Diane!─Gritó Gerheade, apareciedno detrás de ellos cubriendo sus mejillas que ardían de la vergüenza.

Harlequín enpalideció y sólo la miró con su cara hecha un tomate, Diane casi se desmayada de la vergüenza por se pillada en un momento tan... picante con su pareja.

─¿Qué pasa Gerheade?─Levitó a un lado de Diane, cubriendo su boca con su mano hecha un puño, su otro brazo lo pasó por delante de su cuerpo, carraspeó. Y sus mejillas seguían carmesí.

─Es hora de la boda de Ginebra y Cisca... ─Susurró mientras miraba a otro lado, estaba incomoda.

─¡Oh, es cierto!─Le dio un beso a Diane en la mejillas y bajo volando, no din antes despedirse de las dos féminas.

─Supongo que me tengo que ir...

─¡Gerheade!─La susodicha emitió un "¿Hum?" De respuesta─No quiero que pienses mal de nosotros sólo que, ya sabes... Estabamos los dos solos y queríamos matar las ganas.

Mientras decía todo esto estaba como um tomate, la de cabello caramelo se limitó a devolverle una mirada avergonzada.

─Sí... Lo supuse, no se preocupé señorita Diane─Ella asintió.

─¿Te podría pedir un favor?

─Claro, estoy a sus órdenes.

─¿Me podrías... Acompañar?

─¿Qué quiere decir?─Inquirió con duda.

─No quiero estar sola mientras se realiza la boda, ¿Podría estar contigo mientras King termina?

El hada asintió, y bajó junto a Diane del árbol, estando ya en el suelo comenzaron a pasear por la cercanía del árbol.

─Y bueno Gerheade ¿Qué haces para divertirte?

─Siempre estoy en el árbol en caso de que el rey me necesite.

─¿Qué? ¡Pero sí eso es muy aburrido!─La más baja sólo se encogió de hombros─Haré que te diviertas, como yo la hacia cuando viví aquí.

Y así empezó una tarde de chicas, por decirlo de algún modo, miraron las flores florecer, jugaron en los troncos, Diane incluso le mostró a danzar a Gerheade.

Hasta que un Harlequín apareció volando.

─¡Oh, menos mal que te encuentro, pensé que te habrías ido!─Dijo nervioso y agitado mientras se acercaba a Diane.

─Oh, claro que no, sólo pasé tiempo con Gerheade─Miró a la nombrada con una so risa─Hay que repetirlo ¿No?

La pequeña asintió con su expresión seria.

─Tenemos que regresar con los demás ¿No habías quedado con Elizabeth y Elaine?

─¡Oh, cierto!─Golpeó su puño con la otra mano.─Hasta luego, mi querida compañera de aventuras.

Y se fue junto a su hada.

Gerheade quedó completamente sola, levitando debajo de aquel árbol, mientras sólo se repetía algo en su cabeza.

La sensación en su vientre... ¿Próximo rey hada?

Mɛ Tɛռɢօ Qʊɛ Iʀ      ↳κιαπε  |TERMINADA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora