Boar Hat, 1:47 a.m. 9 de Julio.
Los tarros de cerveza tirados sobre la mesa goteaban el líquido agrio que antes poseían.
En la mesa del fondo un rey hada estaba recostado, utilizando sus brazos como almohada, a su costado la fémina golpeaba con sus dedos la madera, mientras mantenía la mirada en otra parte levemente colorada.
Con su mano temblorosa acarició con lentitud las hebras terracota, despeinadas.
Ya los demás estaba sí bien tirados en el suelo durmiendo, o se habían ido a dormir, porque ya era de madrugada.
Posiblemente había sido el alcohol o su estrógeno se había descontrolado, rozaba sus piernas entre ellas por debajo de la mesa, o contraía sus caderas.
En cierto modo sentía que ella pertenecía a Gowther, puesto que fue el último con quien lo hizo y sentía inmensas ganas de hacerlo con el hada.
Los pequeños suspiros de el rey hada quien empezaba a entrar al reino de morfeo, su espalda subía y baja a medida que el oxígeno entraba en sus pulmones.
Diane estaba con una presión en el pecho, el tomar la decisión de acostarse con alguien no es simplemente amarle, tienes que confiar en aquella persona, haber pasado tiempo con ella y saber que no te va a fallar, pero ambos se habían fallado mutuamente y a pesar de amarse como hace años sienten que aún no están listos para volver a compartir una noche juntos ¿O tal vez sí?
La de hebras castañas sacudió al terracota, intentando despertarlo.
─¡King, King! ¡No puedes dormir aquí!─Susurró en su oído mientras le sacudía levemente.
Sus orbes miel miraron con curiosidad a su contraria.
─¿Diane? ¿Qué pasa?─Preguntó mientras se restregaba su ojo, vaya que sí se dormía rápido.
─Deberíamos ir a dormir─Sugirió pero antes de poder reaccionar King la tenía en sus brazos─¿Qué haces?─Susurró rápidamente, sus mejillas se calentaban.
─Siempre quise llevarte en brazos hasta la cama─Le besó la mejilla, mostrando su sonrojo.
El camino fue silencioso, se escuchaba las palpitaciones de ambos.
Al llegar al cuarto que ambos compartían, King dejó con delicadeza a Diane en ella, y se quitó la chaqueta, pero cuando iba a quitarse el pañuelo de su cuello Diane le detuvo.
─¿Pasa algo?─Preguntó nervioso, la había hecho sentir incomoda.
─Quiero que lo hagamos...
¿Hagamos? ¿Hacer qué? ¿Por qué estaba tan nervioso?
─¿Hacer qué?─Cuestionó mientras su calor corporal aumentaba.
─Quiero que quites cualquier rastro de Gowther de mi cuerpo, quiero que me hagas tuya nuevamente─Habló a duras penas, su cara ardía, no podía mirarle a los ojos, sus piernas flaqueaban.
─Diane...
─¡King! ¿Qué pasa? ¿Dije algo malo? ¡Lo siento!─Exclamaba nerviosa mientras acariciaba las mejillas de su amado, secando las lágrimas que él había comenzado a derramar.
Detuvo sus manos en un seco movimiento─No puedo sacarme de la cabeza la vez en la que... ─Comenzó a llorar y apretó el agarre─Te violé.
─Debemos borrar esos recuerdos y darle paso a otros nuevos, no quiero recordar eso─Comentó mientras se soltaba del agarre bajando sus manos y entrelazando una de ellas con la del hada─Quiero incluso dar a luz a tal vez el próximo rey hada─Dijo con una sonrisa, encendiendo aún más lo colores rojizos en los mofletes de ambos.
