CORRER POR SOÑAR

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Transendiendo en un mundo, en Corea del Sur, en una ciudad llamada—Puerto Montt—existía en una casa humilde de clase baja, un joven llamado Jeon-Jungkook tenía 22 años de edad y vivía solo con su madre, tenía que trabajar muy duro, para poder cubrir con los gastos de la casa y de ambos, su padre tenía poco que había fallecido, se deprimida mucho por la perdida tan dolorosa que tenía, sólo se encerraba en su dolor, para poder superarlo un poco, mientras que Jungkook solo se quejaba por la vida que llevaba, era un chico de cabello negro, ojos rasgados color negro, alto, delgado y muy apuesto, su belleza no parecía de un chico humilde—por las mañanas, vendía pan en una panadería donde apenas le alcanzaba, para comer y por las tardes participaba en las carreras clandestinas—donde se destrezaba un poco de —¡tan miserable vida!—un día por la tarde, su amigo Kim SeokJin un joven de clase media, invitaba a su amigo a las carreras, lo animaba tanto, que este no dudaba en hacerlo, su capacidad de ambos al correr era muy buena, su pasión por correr los llenaban de adrenalina...mientras se ponía su casco para competir mirando la bandera dando la señal a la cuenta de tres—3,2,1..fuera, la señal era lo que soñaba siempre, compitiendo solo por soñar—a lado de su amigo quien lo deseaba también, en ese ambiente solo podían en la ruta 5 sur, se reúnen los corredores ante 50 espectadores, para correr los 400 metros entre una pasarela y otra, a velocidades que a veces superan los 140 kilómetros por hora, los reclamos de los vecinos no se hacían esperar, solo había quejas y no era la primera vez que lo hacían, solo esperaban la construcción de un autodromo, para llevar acabo el evento sin problema alguno.

En varios lugares de Puerto Montt se realizan las carreras clandestinas, en el que reunía un mayor número de personas aficionadas, tenía el privilegio de estar situado en el sector Cardenal, con otra ruta aparte de la ruta 5 Sur, los vehículos que participan superan los 140 kilómetros por hora, quisas con nitro en cima de sus motores.

Los jóvenes entre 18 a 28 años eran más o menos la edad de los corredores, los montones aficionados eran menores de edad y otros eran más adultos, el ambiente era bueno, tranquilo y con mucha adrenalina, con espectadores que llegan a 50 fanáticos y disfrutando en cada momento la carrera sin duda, todos se conocían en su mayoría y se organizaban para ver con emoción, sobre todos los corredores, venían a perder el estrés de su vida y trabajo cotidianos—¿pensaban que hacían grandes apuestas?—Pues no es así, solo seguía compitiendo el ganador, volviendo a la meta de nuevo, una persona se encargaba de que no pasara ningún vehículo, que ya hubiera competido, y daba inicio de la carrera en la via—la señal era levantando su mano—todos esperaban ansiosos la promesa del alcalde de Puerto Montt—sobre la construcción del autodromo—¡Porque hasta ahora no existe otro lugar donde correr!

Había sido un día emocionante para los dos jóvenes, Kim SeokJin, era un chico de cabello castaño claro ojos color miel, con unos hombros anchos y fornidos, alto, delgado y muy... pero muy apuesto, su carácter era muy distinto al del joven Jungkook, tenía a sus padres y una vida cómoda al parecer—Pero sin duda era un soñador inalcanzable adoraba correr, soñaba con algún día ser un gran corredor—su padre le había enseñado desde muy pequeño, el mundo de las carreras y los autos—su pasión fue creciendo al paso de los años, hasta que conoció a Jungkook, ya que vivían a una cuadra cerca de su casa, eran muy buenos amigos apesar de la diferencia de vidas, que habían llevado, en cambio el chico Jungkook, solo quería correr y ganar para poder tener mejores aspiraciones—tenía hambre de ambición, solo podría lograrlo si se le presentará una oportunidad y no dudaría en desperdiciarla—correr por soñar no era suficiente para el—su superación por ser un gran corredor, alcanzaría cualquier límite que se le presentara—¡era correr y ganar!—Era lo que le había enseñado su padre antes de morir—(la vida es como una ruleta, a veces estamos arriba o abajo pero no darnos por vencidos ante esta situación)—recordaba con dolor las palabras que alguna vez le dijo, sin olvidar en mente el riesgo que correría, al poder conseguir lo que quisiera a cualquier precio, pensaba todo eso mientras se veia llegando a su casa con su amigo—¿Que harás mañana por la tarde? Le pregunto el de ojos miel—¡Iré a llevar a mi madre al médico, últimamente no se ha sentido bien!—¿Entonces no iras a correr como de costumbre?preguntaba el amigo asombrado—Creo que no podré, amigo—exclamó con firmeza, el chico... no insistió más y fue a su casa a cenar con su familia y a dormir. Sin más que decir, entra a su casa donde lo esperaba su madre con la cena servida, el plato ya se había enfriado y ella había comido sola de nuevo—¿Cuando dejaras esa tonta idea de correr?... ¡eso es solo para vagos! —Gritando con reproche a su hijo, este sin contestarle, se va a su habitación para no hacer coraje, y no perder algún día la ilusión de alcanzar su sueño.

VIVIR UN SUEÑO AL EXTREMO {JIKOOK/JINTAE} Donde viven las historias. Descúbrelo ahora