DOS AMORES

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La luna brillaba por el horizonte de la Bahía de Puerto Montt, las estrellas se veían claras y la noche estaba despejada, sus mejillas seguían rojas pero su postura lo mantenía aún firme, la nostalgia por saber si le había agradado ese momento tan cercano junto a su personalidad, lo tenía inquieto pero sabía que ya se estaba enamorando de aquel lindo joven de pelo castaño oscuro... Su alegría devolvía cada que sus pensamientos se enfocaban en ese chico que para su perspectiva era único y especial, si antes no podía dejar de pensarlo, ahora era inevitable, su deseo por seguir luchando ya era incontrolable y las ganas de tenerlo de nuevo, pero ahora entre sus brazos. Tomó su lamborghini naranja y salió con su motor prendido a toda velocidad hacia su casa para después ver a su amigo Jung, quien el pelidorado ya estaba esperando en la puerta de su casa esperando a que saliera el pelinegro...

—Hola Jimin, que tal.

—Holi Jung, nos vamos.

—Si claro. Exclamó el joven nervioso ante la personalidad del pelidorado.

Arrancó de nuevo su motor de su Ford GT 40 saliendo juntos a toda velocidad hacia su casa donde su papá esperaba con ancías su llegada...

—Hijo, esperaba a que llegaras, necesito salir por un momento a un asunto de trabajo.

—No te preocupes pa, estaré en casa haciendo mi proyecto con un amigo.

—Con Nam, ¿verdad?

—No, se llama Jungkook.

Su papá vio en el auto al joven de cabello negro, era simpático y muy apuesto su preocupación creció al ver el entusiasmo con el que lo miraba su hijo y fue entonces cuando Jung baja del auto y se presenta ante el...

—Buenas noches señor, mi nombre es Jungkook.

—Buenas noches joven, no lo conocía, ¿Es amigo de mi hijo?

—Así es señor somos amigos.

El señor Park asistió con la cabeza y sin decir más pidió hablar con su hijo a solas por un momento...

—Hijo, sabes bien que no puedes tener amigo... Nam se molestara mucho si te ve con este joven.

—Pa, ya habíamos hablado de esto antes.

—Y yo ya te lo advertí, realizas tu proyecto enseguida y se va a su casa.

—Haré lo que me pidas, por esta vez.

—Buen chico, nos vemos más tarde cuidate hijo.

El Señor Park se despide con solo alsarle la mano al joven Jung, mientras que Jimin lo invita a pasar a su casa, el pelinegro asiste...

—¡Creo que no le cai muy bien a tu papá!

—No es eso, es que llevaba prisa, tenía un asunto pendiente en su trabajo.

—Esta bien.

—Bueno este es mi hogar, Jung.

—¡Es muy lindo tu hogar Jimin!

—Asi lo crees, mientras se acercaba al rostro del Jung con una sonrisa coqueta.

Tomó la mano de Jung y lo llevó a su habitación sin dejar de sonreír el pelidorado...

—¡Y está es mi habitación!

—Es hermosa, como quisiera tener mi habitación linda Jimin.

—Algún día alcanzarás todo lo que desees Jung, eres capaz de hacerlo y confío en que lo lograrás.

—Gracias Jimin, en realidad me motivas mucho.

—Y tu me motivas al estar a mi lado.

El pelinegro se puso nervioso ante las palabras del apuesto joven de ojos azules, sus manos sudaban y su acercamiento ante su personalidad era más notable, sus ojos se enfocaron mientras se impactaba con su belleza y sus nervios aún crecían más...

VIVIR UN SUEÑO AL EXTREMO {JIKOOK/JINTAE} Donde viven las historias. Descúbrelo ahora