adorable

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Seijūrō observó al castaño. Se miraba tan serio y concentrado en lo que estaba haciendo.

-Es un lugar magnífico. Ideal para los niños. Se pueden instalar un perímetro de protección para evitar accidentes.

Sonrió feliz al escuchar eso -Me gusta. De verdad, me gusta.

-Entonces que opinan- preguntó la Omega a la pareja.

-Bonito lugar- se limitó Seijūrō a decir.

-¿Verdad?

-Si- le acarició la mejilla -. Es una buena elección. Tienes una hermosa vista que te ayuda a inspirarte, y el jardín es hermoso.

-Bien. Lo quiero- dijo Kōki a la omega.

Mientras Kōki se ponía de acuerdo con la mujer, Seijūrō admiró el lugar. Era un departamento en el último piso, el cual  incluía  un jardín en la planta alta, acceso con código al piso.

Le gustaba la elección. Así podía estar un poco más tranquilo al saber que contaba con un lugar seguro.

-Seijūrō-San- el pelirrojo giró -. Vamos, mañana pasaré a firmar los demás documentos. Tenemos que ir a cambiarnos

-Si.

Habían estado recorrieron  las casas o departamentos que la Omega les ofrecía. Por lo que tenía que ir a casa a cambiarse.

Seijūrō sujetó la mano del Omega. Le gustaba sujetarlo de la mano y ver cuan rojas se teñian sus orejas.

Kōki miró la mano blanquecina, era más grande que la suya. Esa acción le gustaba, y más al notar que su bebé se tranquilizaba.

Esas dos semanas habían sido la locura.  Se había mudado con su alfa, se platicaron todo lo que han vivido. Y no solo eso, también como se sentían el uno con el otro.  Y había conocido a sus suegros.

Perdido en sus pensamientos, el castaño no noto cuando abordaron el auto o llegaron a casa.

-Voy a usar el otro baño. Estas corto de tiempo.

-Bien. Me daré prisa.

-Solo ten cuidado- le besó la frente.

Mientras Kōki se dirigía el baño,  tomó una toalla, un boxer negro y se dirigió al baño.
Después de bañarse regreso a la habitación, solo para encontrarse Kōki mirándose al espejo -¿Qué sucede?

Kōki miró al pelirrojo, desvío la mirada al verlo en boxer -No me gusta como me queda.

-Te miras bien. Aunque se ve un poco ajustado ¿Estas cómodo así?- pregunto mientras se botonaba la camisa.

-No me gusta. Se siente incómodo. Creo que no iré.

Seijūrō rodó los ojos -Tienes que, es tu exposición.

-Lo sé pero no quiero ir así- vestía un pantalón negro y el saco a juego pero se miraba el vientre muy ajustado ya que el traje apenas y cerraba.

-Ven aquí- Seijūrō despojó al castaño del saco y le prestó uno de sus chalecos-. Listo. Ahora no te aprieta, y te miras adorable y formal.

Las mejillas del castaño se pintaron de rojo por las palabras.

-Vamos- dijo Seijūrō terminando de vestirse.  El castaño asistió y abandonaron la casa.

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-... ¿Seguros que es aquí?- pregunto Tatsuya al llegar a la galería.

-Si. Aquí es la dirección.

-¿Y POR QUÉ  TANTA GENTE?- pregunto me voz baja y firme Kazunari.

-No lo sé.

-Kise-sensei. Unas fotos.

Rodaron los ojos al ver a su amigo posar para la cámaras.

-Sin duda, la rubia  debió ser modelo en su otra vida- dijo Daiki con pereza.

-Entremos.

-Si es que logramos entrar- comentó Shintarō al ver más personas de lo esperado, y a tantas cámaras.

InesperadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora