Inesperado

Recordar

Seijūrō depósito en la cama al húmedo omega. Húmedo en todos los sentidos, lo había preparado para recibirlo.

-Seijūrō-san- jadeó sorprendió cuando el pelirrojo le mordió la pantorrilla.  Pero su alfa no se alejó, continuo dejando marcas a lo largo de su piel hasta llegar a su miembro, el cual fue engullido por completo.
Se aferró a las sábanas, gemía incontrolable.

Seijūrō  besó al castaño. Se arrodilló en medio de las piernas morenas y se frotó en la  húmeda entrada de su Omega -No tengas miedo.

Kōki asintió, y espero paciente a ser penetrado. Sin embargo, su alfa no lo estaba haciendo -P-Por favor.

-No estás lo suficiente dilatado. No quiero lastimarte- confeso con cierto temor. No quería dañarlo.

-No lo harás- Kōki acarició las mejillas del pelirrojo -. Seijūrō-san no me va a lastimar... Por favor, tómame.

Dijo el castaño sin darse cuenta que había  entrado en celo y  acaba de usar el llamado  induciendo al pelirrojo al celo. 

-Mio.

Kōki jadeó cuando su alfa le flexionó las piernas haciendo que estás pegaran con su pequeño vientre. Se estremeció y gimió bruscamente cuando Seijūrō comenzó a penetrarlo -Agh mghh Seijūrō.

-Mio- dijo antes de besar al castaño. Comenzó a moverse lentamente.

Kōki gimió y abrió los ojos cuando el pelirrojo comenzó a entrar y salir de él. Jadeó cuando los dientes de Seijūrō se enterraron en su hombro.

-Mi omega.

-Tuyo... Soy tuyo mi alfa- respondió sumiso ante la mirada bicolor.  Un ojo de Seijūrō era dorado mientras que el otro seguí de color rojo.
Un gemido incoherente abandonó su garganta cuando las estocadas se hicieron más rápidas y profundas. Llevó sus manos al cuello de Seijūrō y lo abrazo, también rodeo su cintura con sus piernas dándole mayor acceso.

Kōki se giró cuando Seijūrō se lo pidió, acaba de eyacular  y sentía muy sensible su piel. Sus pezones dolían de los mordiscos que su alfa le había dado. 

Se coloco en cuatro tal y como Seijūrō quería,  sintió las manos de su alfa en sus cadera cuando se las levantó. Poco a poco sintió como era llenamos nuevamente pero esta vez sintió algo más en el pene erecto del pelirrojo -Se siente raro.

-Shh... Tranquilo. Es normal- murmuró besando la espalda morena. 

-aghh Sei-sei... Ghgg- gimió cuando comenzó a sentir las estocadas lentas. Era complemente diferente.  Todo su cuerpo vibraba. Quería sentir más a su alfa.

-Me estás apretando- gruñó al sentir la opresión.

Kōki comenzó a moverse lentamente. Quería más. Mucho más.

Gritó el nombre de su alfa al sentir la humedad en su interior. Jadeó y se dejó caer en la cama cuidando de no lastimar a su bebé.

-Kōki-devoro los labios rojos e hinchados de su Omega. Con cuidado y girandolo un poco fue bajando en la cama. Estaba anudado con Kōki y cualquier movimento brusco sería dolorosos para ambos, especialmente para Kōki.

Kōki acarició la mano blanquecina  que yacía sobre su pequeño vientre y cerró los ojos quedándose dormido en los brazos de su alfa. Sintiéndose seguro una vez más.

Seijūrō depósito un beso en la melena castaña y lo abrazó a un más de lo que ya lo hacia.

No dejaría  a Kōki olvidarlo. Esta vez lo recordarían.