Tú eres mío

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Seijūrō miro a Kōki dormir. Había llegado tarde a casa, pues fue por  unas copas con Shintarō y Ryōta.  Les dijo todo lo que averigüo ese día.

Se acercó a los bebés y yacían dormidos. Se acercó al buró de la lámpara y dejó el paquete que Shintarō le había conseguido. Abrió el  contenido y saco el kit.
Fue al baño rápidamente y lavó sus manos, colocó los guantes y abrió el recipiente. Saco el hisotopo y lo frotó en la mejilla de interna de su omega, algo fácil ya que estaba con la boca semi abierta.  Espero a que se secara la muestra y la guardo en el contenedor.  Con cuidado sujeto unos cuantos cabellos y tiro de ellos. 

-hmmm.

Kōki se había rascado el lugar del que acaba de jalar el cabello. Rápidamente lo guardo en el sobre.

Empacó rápidamente el kit y lo guardo en su bolso.

Era mejor no decirle por el momento. Lo mejor era esperar a los resultados.

Kōki se volvió a girar y olfateo, sintio un aroma familiar. Abrió los ojos y miro al pelirrojo -Hola.

-Duerme. Siento llegar tarde- le beso la frente.

-¿Bebió?

-Un poco. Los chicos me invitaron una copa.

-hmmm ya veo- murmuró cerrando los ojos. 

Seijūrō negó y se dirigió al baño mientras se desvestía.  Cuando regresó se acostó junto al castaño y lo miro dormir.

Solo dos días...

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Kōki miró al pelirrojo.  Había salido a buena hora y sin desayunar, algo que no sucedía a menudo. Y ahora estaba en el jardín mientras cargaba a Seikō, ya que Seiki estaba dormido.

Seiki era un dormilón, y comelón. Ya sus tetillas dolían, pero era lo de menos. Le estaba preocupando que ya casi no lactaba. Se había dado cuenta al notar que sus bebés estaban demorando más de lo normal en alimentarse.  Así que tuvo que preguntar,  ahora estaría utilizando fórmulas lácteas.

Kōtaro Hayama era muy bueno en su trabajo. Sabía lo que hacía. 

Realmente había cambiado como seijūrō le había dicho. Era un alfa alto y atractivo, no lo iba a negar.  Así mismo, era muy carismativo y risueño con los niños. Ahora entendía porque Reo estaba enamorado él.

Un suspiro de seijūrō le hizo mirar, algo le pasaba con él. Pero ya le había preguntado y de decía que nada.

-kōki.

-mmm...

-Mañana  a las 10 viene por los niños,  mi madre. Tú y yo iremos a un lugar.

-¿Seguro?- preguntó Kōki, por el gesto dudaba que fuera una cita.

-Si.

-Esta bien.  Estaré listo para esa hora.

Exactamente a las 9:30 arribó Shiori a la casa. Para ese momento los cuatros ya estaban listos.

-Gracias, mamá.

-No es nada hijo. Al contrario, voy a tener un día completo con mis nietos- sonrió a su nieto. El pequeño estiraba los brazos, por lo tanto lo cargó. 

-Shiori-san, empaque todo. También la leche. Ya no estoy lactando. Sensei la prescribió.

-Comprendo- dijo mirando la leche.

-Se hace tarde- dijo seijūrō al ver que ya iban a dar las 10 de la mañana. Ya había colocado los porta bebés en la camioneta. Y había subido la maleta con cambio de ropa, pañales y los juguetes favoritos de sus hijos.

-Nos vemos más tarde.

Vieron partir a Shiori y luego ellos subieron al auto de seijūrō.

El pelirrojo condujo hasta el departamento de "soltero" de Shintarō; cuando se casó con Kazunari busco un lugar más con más espacio para formar una familia, en el ambiente adecuado.

-¿Dónde estamos?- preguntó Kōki curioso.

seijūrō miro al castaño, acarició la mejilla de su Omega y lo besó -. Tú eres mío.

Kōki sujeto la mano de su alfa y respondió tímidamente-Lo soy.

Seijūrō beso la frente del castaño -. Vamos.

InesperadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora