Creciendo

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Kōki amaba acostarse en la cama con sus hijos.
Sus pequeños ya iban a cumplir dos meses, agradecía a sus suegros la atención con ellos, especialmente a Shiori-san; ella se había encargado de instruirlo en los cuidados para con sus bebés.  Agradecía a la omega toda la atención.

Su bebé pelirrojo balbuceo y Kōki le acarició la mejilla -¿qué pasa cariño?

Volvió a balbucear  y estiró sus manos.

Se sentó apoyado sobre la almohada y lo colocó en su pecho, de inmediato el pequeño se acercó a sus pezones -Tienes hambre.

En ese momento agradeció traer una camisa grande del alfa, la deslizó fácil y pego a su bebé al pecho -. Eres un comelón.  

-Yo también quiero.

Miró a la entrada de la habitación, era seijūrō. El pelirrojo entro por completo a la habitación y comenzó a desvestirse -¿Qué es exactamente lo que quieres? Preparé  una ensalada y carne ¿Quieres otra cosa?

-No. Eso está bien- se quitó la camisa -.   Me refiero a tu leche.

El pobre omega se sonrojo  y comenzó a balbucear incoherencias.

Seijūrō sonrió y nego, se acercó y beso  a Kōki -Tomo un baño. No me gusta cargar a los niños así. 

-Bien- Kōki sabía que seijūrō no se atrevia a cargar a los niños cuando llegaba del hospital, por ello llegaba a bañarse.

Cinco minutos después el pelirrojo salio del baño, únicamente utilizando un boxer negro. Para ese momento Kōki ya amabantaba a Seikō.

-¿Seiki?

-Ya está dormido. Lo coloque en la cuna- bostezo algo adormilado.

-Siento llegar tarde. Hubo una operación de emergencia.

-No preocuparse, Seijūrō-san. Coma.

-¿Cenaste?

-No. Estaba esperando. Ahora lo alcanzó.

-Bien.

Kōki negó al ver al alfa alejarse en paños menores. Siempre que podía andaba semidesnudo.

Terminó de alimentar a Seikō, se levantó de la cama y le hizo eructar como le enseñó su suegra; cuando se durmió lo acostó en la cuna al lado de su hermano.

Se dirigió a la cocina y Seijūrō estaba sirviendo la carne -. Tomaré la ensalada. No quiero carne.

-Bien.

Se sentaron uno al lado del otro y comieron en silencio... O al menos hasta que el pelirrojo decidió romperlo -¿Pintaste?

-No. No lo haré hasta en unas semanas. El olor de pintura puede hacerle daño a nuestros bebés. Así que solo estoy haciendo los bocetos en el bloc.

-Ya veo. Siento que...

-No- dijo rápidamente -. Es mi elección. Seijūrō-san no tiene que culparse. 

Seijūrō miró al Omega -Por eso cada día más me enamoró de tí...

El castaño se sonrojo mientras miraba sorprendido al alfa.

-¿Por qué me miras así?- preguntó seijūrō algo incómodo. No esperaba soltarlo así, y menos la mirada del castaño.

Kōki negó -. Solo que... No... Pensé que me amará.

El castaño cuando el pelirrojo se tumbó sombre la mesa, el sonido de golpe se había producido algo estruendoso.

-¿Tan difícil es creerme?

-no... Solo que... Bueno... No habíamos hablado antes del tema- dijo nervioso. Algunas veces habia cruzado por su mente que el alfa estaba con él por obligación.

Frunció el ceño -¿De verdad ?

-Seijūrō-San me pidió que viviéramos juntos al saber que mis padres me había corrido, y más por el embarazo... Así que.. pensé que quiso hacerse responsable por todo... Por marcarme... Y....

El castaño no pudo continuar hablado porque el pelirrojo lo calló a besos.

-Te amo, Kōki.

InesperadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora