Era una noche especial.
Era su cumpleaños número 22, y sus amigos lo habían invitado a un club nocturno.
El ambiente era seguro y protector con Kagami y Aomine queriendo asesinar a esos alfas se atrevían a poner sus miradas en Kuroko Tetsuya y Sakurai Ryō.
Lo bueno de estar rodeado de alfas es que aún no era su celo, y se había colocado supresores esa noche. Por lo que no tendría ningún problema por los aromas de los alfas.
Incluso evitó beber alguna bebida alcohólica. Por lo que se pasó bebiendo agua mineral y gaseosas.
Dejó le vaso en la mesa y miró al rededor. Había varias parejas bailando en la pista, y otros besándose como si no hubiera mañana.
Una sola mirada rojiza hizo que su conciencia sucumbiera en la oscuridad.
Abrió los ojos. Yacía en una cama desconocida.
-¿Qué?
Se sentó abruptamente, y sintió un horrible dolor. Se asustó al sentir la zona de los dolores -N-No. No-No puede ser.
Llevó rápidamente su mano a la zona de la nuca. Lo sentía. Tenía las marcas... Y su mano yacía manchada de sangre. Se miró el cuerpo...
Grandes lágrimas comenzaron a surgir de sus ojos. No podía ser.
De pronto escuchó el agua correr. Alguien se estaba duchando.
Su corazón se aceleró rápidamente. Lo sintió, el alfa que lo había marcado y tomado estaba a solo unos metros.
No lo pensó dos veces.
Se levantó como pudo, vistió y huyó.
No miró atrás. No le importó que la gente lo mirará. No le importó correr mientras salía de un lujoso hotel.
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Se sostuvo de la taza del baño, quien se había vuelto su mejor amiga el último mes.
-¿Seguro estás bien?
Negó y miró a su amigo peliceleste -N-No... Tetsuya-kun... Creo que estoy en cinta.
-Espera. Iré a farmacia.
-L-Lo siento- sollozó.
-No es tu culpa- le revolvió el cabello castaño -Todo estará bien. Te apoyaremos.
-Mis padres...
Frunció los labios -Se perderán ser abuelos. Tú no tuviste la culpa.
-La tuve yo...
-No. Algo sucedió esa noche contigo y ese tipo... Si tan solo no hubiera está distraído.
Negó -No fue culpa de ustedes. Simplemente sucedido. Ahora regreso.
Asintió. Se levantó del piso y enjuagó la boca. Tenía un mes con náuseas, y sentía diferente su cuerpo. Lo sentía.
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Ambos miraron fijamente las pruebas.... Las tres marcaron positivo.
Kōki sollozó mientras era abrazado por su amigo.
-No estás solo. Mi familia y yo te apoyamos.
-GRACIAS.
Kōki frotó su pequeño vientre de apenas tres meses.
Saldría a delante. No importaba que ese alfa lo marcará, y mucho menos que no estuviera con ellos. Encontraría la forma de sobrevivir, aunque las estadísticas estuvieron en su contra.
-¿Y si lo buscas?
-¿Alfa? No. No sé ni quién es. ¿cómo lo voy a encontrar? Apenas y me quedo registro de su aroma.
-Entiendo.
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Mientras tanto, a miles de kilómetros, cierto alfa pensaba que el delicioso omega que se le escapó de la cama. Un descuido de su parte. Jamás volvería a pasar.
Lamentablemente, aún no podía ir a buscarlo. Tenía que terminar sus pendientes.
Solo dos meses más, y el omega sería completamente suyo.
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Inesperado
Hayran KurguPara Kōki Furihata todo cambió en una noche. Y no solo para él. Akafuri