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–Jongin-ah. Jongin-ah

La suave voz de Kyungsoo logró despertarlo, aunque con un poco de dificultad. El muchacho regresó a la consciencia un tanto confundido. No quería que aquel momento de felicidad y comodidad acabara. Era la primera vez en mucho tiempo que dormía así. Cuando Jongin abrió los ojos fue capaz de ver al príncipe completamente vestido, listo para irse. No había mucho luz en la habitación, sólo estaban iluminados por la lámpara que habían llevado.

–¿Kyungsoo? ¿qué pasa, es de noche aún? ¿qué hora es?– Jongin usó un acento muy juvenil, muy de su época.

–Hablas de manera tan extraña. Tal vez todavía tienes sueño. Debes levantarte, pronto va a amanecer, ¿sabes como regresar?

Jongin se incorporó y se rascó un poco la cabeza, luego se golpeó un poco la cara para reaccionar. Necesitó un momento para recordar donde estaba y lo que había pasado la noche anterior con Kyungsoo. Se mordió los labios y suspiró con fuerza.

–¿Debo regresar?

–Sí. A tu habitación. Yo tengo que estar en la mía antes de que me descubran. Normalmente me despierto temprano, pero no salgo hasta un poco después. Eso siempre me da tiempo, pero tengo que irme ya, ¿recuerdas como regresar?

–Sí, creo que sí– murmuró mientras se frotaba los ojos.

–Sabes que no pueden saber que estuvimos juntos toda la noche, ¿verdad?

–Lo entiendo perfectamente.

–¿Te sientes bien?

Kyungsoo lo miró preocupado. Llevaba sus ropas de sedas finas y su cabello perfectamente agarrado. El de Jongin estaba suelto porque no era lo suficientemente largo para poder llevarlo recogido todo el tiempo, especialmente en una noche como la que compartieron.

Los amantes hablaron antes de quedarse dormidos, acurrucados en la cómoda cama, dándose calor el uno al otro. El príncipe le preguntó muchas veces cómo es que había terminado luciendo así. Consideraba una afrenta personal el que hubieran cortado su precioso cabello. Jongin aseguraba no recordarlo. No podía culpar a nadie por su aspecto físico. El chico prefería seguir usando la excusa de su amnesia, porque eso justificaba en gran parte su ignorancia en algunos temas. Sabía que su forma de hablar podría resultar extraña, tendría que acostumbrarse a expresarse conforme a la época, ya que no quería meterse en problemas.

–Yo no quiero ocultarte nada. Así que te diré algo muy importante, pero... te ruego que lo tomes con calma– le dijo el príncipe mientras lo abrazaba.

–¿Es muy malo?– quiso saber Jongin, preocupado. La expresión de Kyungsoo se veía algo tensa.

–Antes de que... desaparecieras... tú y yo tuvimos una pelea muy fuerte. Querías regresar a casa de tus padres por un tiempo. Supongo que querías alejarte un poco de mí, de las tensiones del palacio. Tal vez temáis que sospecharan de nosotros o que nuestra relación trajera consecuencias. Pero yo fue muy egoísta e hice todo lo posible para evitar que te fueras. Peleamos, nos alejamos, dejamos de vernos a solas y casi no hablábamos en las reuniones con los demás. Dijimos cosas hirientes.

–¿Por qué me cuentas esto?– Jongin se dio la vuelta y quedaron cara a cara.

–Porque estoy muy arrepentido de lo que hice. Me enloquecía pensar que querías irte para alejarte de mí. Nunca consideré que tal vez extrañabas tu casa, a tu familia. Tal vez sólo necesitabas un poco de espacio para pensar. Te quería cerca y terminé por alejarte. Y lo peor de todo era tenerte tan cerca y aún así no poder tocarte y estar a tu lado. Estuve muy enojado.

–¿Conmigo?

–No, conmigo. Fue todo mi culpa. Si no te hubiera forzado a quedarte y a seguirme, esos ladrones del camino no te hubieran hecho esto. Salvaste mi vida incluso en nuestro peor momento como pareja. Te lanzaste para que las flechas te lastimen a ti y no a mí. Yo... quiero disculparme– era muy extraño escuchar a Kyungsoo con la voz quebrada y lágrimas en los ojos. –Pensé que no iba a poder vivir con la culpa... pero ahora estás aquí...

Nos vemos en el futuro (Kaisoo)Where stories live. Discover now