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La lluvia caía con muchísima fuerza e hizo que avanzar se convierta en un verdadero martirio para la pareja. Jongin se tropezó en el camino resbaloso y Kyungsoo regresó todos sus pasos al ver que caía. Lo ayudó a incorporarse y lo obligó a avanzar más rápido, le dolía ser brusco con él, pero debían alejarse y esconderse antes de que los hombres de Lee Soo Man los alcanzaran.

Cuando estaban casi a la salida del bosque, convencidos de que lo lograrían, más enmascarados armados los rodearon. El segundo príncipe se colocó frente a su amante, con espada en mano, dispuesto a protegerlo así le costara la vida. Sin poder moverse, para evitar cualquier ataque a traición, Kyungsoo estaba pensando en las posibilidades reales que tenían de poder escapar. Escuchó a su espalda un caballo y, cuando se volteó un poco, reconoció de inmediato a su suegro.

-Majestad.

¿Cómo terminaron así?

Todo empezó aquella mañana, cuando salieron de la biblioteca para dirigirse a sus respectivas habitaciones y prepararse. Después de desayunar, fueron al mercado para encontrar más libros y algunas respuestas. Querían averiguar si el hombre que vendía los manuscritos estaba consciente de que era el astrónomo quien mandaba todos los documentos importantes para el segundo príncipe o solamente era un intermediario que ganaba dinero sin entender lo que pasaba por culpa de los textos. Pero, cuando entraron a la tienda, todo estaba más oscuro de lo normal y había alguien que parecía estar esperándolos. Era el astrónomo real.

-Jongin, espérame afuera. Dile a la corte que no se mueva hasta que yo salga.

-Preferiría quedarme, majestad.

-Es una orden- exigió el segundo príncipe. El muchacho bajó la cabeza, derrotado y dispuesto a obedecer.

-No, no- interrumpió con voz ronca el hombre. -Deberías dejar que tu amante escuchara lo que quiero decir. Es preferible si se sientan y escuchan, es lo mejor para todos.

-¿Cómo te atreves?- preguntó Kyungsoo indignado. -¿Quién crees que eres para darle órdenes a un príncipe y hacer una amenaza así?

-Bueno. Tengo aquí la respuesta. ¿No quieren descubrirla?

-Es la fuerza roja, Lee Soo Man es la fuerza roja- murmuró Jongin, acercándose a su amado para tomar su mano y escapar si es necesario.

-No, no, no. Estás muy equivocado- aseguró el astrónomo. -Yo no soy la fuerza roja y tampoco la represento. Tampoco soy el creador, soy un simple conocedor que hizo un maravilloso descubrimiento. Después de investigar y poner muchos recursos y esfuerzos logré acumular suficiente conocimiento para elaborar la leyenda y todas las teorías que las acompañan.

-¿Todas las teorías? ¡Sólo existe una!- exclamó Jongin y Soo Man dejó salir unas carcajadas lentas.

-Que se la única que ustedes conocen no quiere decir que es la única que existe. Son sólo dos principiantes que apenas comienzan a entender la magnitud de esto. Sus años de estudio no se compara con la vida que le he dedicado al conocimiento de las doce fuerzas. Me tomó mucho tiempo y parte de mi cordura darme cuenta que eran personas las elegidas para representar algo tan importante y, más aún, que estaban tan cerca de mí. Consideré el destruirlas, pero eso sólo trajo problemas y desequilibrio. Pensé en juntarlas, pero resultó imposible, ya que necesito más tiempo y recursos. No podía seguir perdiendo mi valioso tiempo. Entonces pensé, ¿y si soy rey? Eso me daría todo el tiempo y recursos que quisiera. Si un hombre poderoso e incuestionable como un rey manda a buscar y traer a personas con características específicas, ¿no sería eso lo mejor?

-¿Por eso conspiraste en mi contra? ¿Para averiguar más sobre la estúpida leyenda?- Kyungsoo estaba indignado, tanto, que Jongin tuvo que evitar que se acercara a golpear a su suegro, ya que ganas no le faltaban.

Nos vemos en el futuro (Kaisoo)Where stories live. Discover now