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El patriarca de los Lee estaba sentado tomando un poco de alcohol en una pequeña taza de cerámica que había sido servida por uno de sus empleados. Con cuatro dedos, tamborileaba sobre la mesita a su lado mientras murmuraba algo en voz baja, intentando organizar bien sus pensamientos.

Por pura casualidad había descubierto algo terrible. Se percató de su ingenuidad y del error gigantesco que cometió. Una falla digna de recriminar al confiar en alguien como Sehun. ¿Cómo no se dio cuenta de eso antes? ¿A quién va a ser fiel un espía? Evidentemente al más poderoso, no al que ofrece serlo en el futuro. Por eso le ha sucedido lo que le ha sucedido. Por confiar. Oh Sehun le traicionó y le contó todo al príncipe. ¿Cómo? ¿Cómo fue tan ciego? No tiene pruebas, pero las posibilidades son altísimas. 

Empezó a sospechar cuando se enteró que estuvo en el ataque al segundo príncipe, el día de la casería. Su excusa fue convincente y por eso le creyó. Dijo que estaba siguiéndolo para asegurarse de que la tarea fuera completada, pero cuando el príncipe lo vio, intentó salvarlo para guardar apariencias y que Kyungsoo no desconfiara de él. Todo sonaba muy bien, hasta que uno de sus empleados le hizo caer en cuenta, que Sehun no estaba enterado de qué día se iba a realizar el plan contra el segundo príncipe. No se confiaba todavía mucho en él. ¿Cómo supo que se iba a atacar? ¿Por qué estaba ahí? ¿Cómo se le había pasado un detalle tan importante? Imperdonable. Pero Sehun fue convincente de nuevo, asegurando que fue el mismo príncipe quien le dio la información. 

Después se enteró que su yerno era amigo de la infancia de Sehun. El joven había crecido cerca de los príncipes y, a pesar de que su amistad no era muy conocida, varias personas estaban enteradas de lo fiel que le era Sehun a Kyungsoo. Mandó a varios de sus más capaces hombres y se enteró de lo peor: Sehun no trabajaba para él en contra de el segundo príncipe. Trabajaba para el segundo príncipe en su contra. Y si eso era cierto, probablemente información muy delicada había llegado a sus oídos. Conocía bien a los hijos del rey, no iban a parar hasta que se hiciera justicia.

–¿Hay algo que le preocupe, padre?

Soo Mi se acercó a la entrada y se paró justo al frente de donde el hombre descansaba. Su corte estaba acompañándola, pero se mantiene alejada de la princesa, una orden que el maestro Lee le obligaba a su hija a cumplir.

–Tengo muchas cosas en la cabeza, pero tú también eres un problema muy grande. ¿Qué te dije sobre Minsoo? Debe morir. Se lo merece. Atentó contra la vida de tu marido. Así que por favor, olvida el tema.

El cinismo con el que el hombre hablaba no tenía igual, la mujer cerró los ojos intentando no parecer afectada por aquellas palabras. Había sido descubierta intentando ayudar a su amante, así que debía mantener la calma para no empeorar las cosas. Si mostraba sus verdaderos sentimientos, quedaría más en evidencia y podía ponerse en riesgo.

–Padre...

–¿Quieres que la gente se entere de tus pecados? ¿De lo que has hecho? ¿Quieres que Kyungsoo tenga la oportunidad de rechazarte públicamente?

–No creo que se atreva. Yo sé muchas cosas– se defendió Soo Mi con firmeza.

–Eso no sirve de nada. Él es hijo del rey, algo que tú nunca serás si sigues tomando decisiones estúpidas. Escúchame bien: todo este tiempo te he estado dando oportunidades para que te conviertas en reina. Minho no aceptó y el rey cumplió su estúpido capricho. Aún así puedo hacerte reina madre. Podrías ser la mujer más poderosa que pise estas tierras. Pero eso no quiere decir que si se te ocurre traicionarme o cometer más errores, no puedo renegar de ti. Si el rey lo hizo con un príncipe, yo también puedo repudiar a mi hija. Especialmente si ha engañado a su marido.

–Pero...

–Cállate. Harás lo que te diga. No quiero enterarme de que vas por aquí y por allá pidiendo favores. Podrían acusarte de conspiración. Tienes hijos y un hogar que cuidar. No necesitas salir de tus aposentos. Y no lo harás hasta que esto termine.

Nos vemos en el futuro (Kaisoo)Where stories live. Discover now