Nos vemos en el futuro (Kaisoo)

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Lee Soo Mi no sabía a quién acudir. Le había rogado a su padre que hiciera algo para salvar a Minsoo, pero sólo se ganó un golpe directo en la cara que le había hecho doler hasta el orgullo.

Su padre le hizo entender que no iba a arriesgar su posición, su riqueza o su nombre por un muchacho estúpido que se dejó atrapar en un momento tan crítico para todos. "Si no estuviera condenado a muerte, lo mataría con mis propias manos" le dijo antes de marcharse de su casa. 

La mujer cruzó el puente de madera y avanzó por los coloridos jardines llenos de agua y hermosas construcciones mientras pensaba en una idea que fuera muy inteligente, que no la involucrara y que pudiera salvarlo. ¿Por qué?

En un inicio fue forzada a seducirlo y conseguir la traición del ingenuo príncipe a través de sus encantos. Lo odiaba. Detestaba ser amable y coqueta con él como una orden de su padre pero, conforme pasaba el tiempo, descubrió que el muchacho era tan cariñoso y preocupado, tan amable, tan diferente a Kyungsoo.

Nunca estuvo realmente interesada en el segundo príncipe, pero el evidente desinterés de su esposo la hería. Lo odioso era que Kyungsoo jamás le negó nada, era respetuoso y amable e incluso complacía sus caprichos, pero  completamente indiferente. Jamás vio el mínimo rasgo de cariño en sus ojos a pesar de sus palabras y le dolía la diferencia de su relación con la del príncipe y la princesa heredera, que era abismal.Fue tal vez por eso, que terminó por encariñarse con la constante preocupación y adoración que mostraba Minsoo por ella.

Estaba segura de que el tercer príncipe era el verdadero padre de sus hijos, y también se convirtió en el compañero que jamás pudo encontrar en su marido. Su padre no lo sabía pero, a escondidas, eran una pareja que a fuerza de las circunstancias terminó por quererse genuinamente.Kyungsoo no estaba enterado y Soo Mi estaba segura de que no le hubiera importado. Tal vez tenía sus sospechas, pues quedó embarazada tras un par de visitas maritales sin final feliz.

Su desesperación se debía a que esa persona, a la que había estado forzada a unirse y que terminó siendo el amor de su vida, estaba condenada a muerte por decisión del mismísimo rey. Una noticia que la destrozaba y llenaba de peligros su vida. No tendría a nadie que la protegiera de su padre, de su marido y de todo el resto de personas que la rodeaban. Minsoo siempre la cuidaba, fingía vivir en la casa de su familia materna, pero en realidad iba a escondidas a los aposentos de la princesa para visitarla y jugar con sus "sobrinos". Los niños jamás comentaban esas visitas, por orden de su madre.

El padre de Soo Mi siempre estuvo en contra de que se siguieran viendo, pero no pudo evitarlo, ya que su hija insistía en el hecho de mantenerlo interesado, para que fuera fiel a la causa. Negaba por completo tener cualquier tipo de sentimiento por el muchacho, pero la situación había traicionado sus palabras, porque no podía mostrarse más desesperada ante la espantosa situación.

No podía rogarle al rey, a la reina, a Minho, Ka Di o, peor aún, a Kyungsoo por la vida de su querido sin antes confesar sus razones. Intentó convencer a su padre, argumentando que no podrían continuar con el plan sin ayuda de Minsoo, pero de nada sirvió. No había forma de salvarlo y no la dejarían ponerse en riesgo para hacerlo tampoco. Era, de todas formas, sólo una ayuda para su verdadero plan. La persona que gobernaría hasta el crecimiento de su hijo sería el patriarca de los Lee.

Después de pensar en todas las posibilidades, Soo Min consideró su última carta, lo único que podría ayudarla. Acompañada siempre por su corte, cambió su camino para dirigirse al lugar donde tal vez podría encontrar a su última esperanza: Jongin.

***

Le costó un poco encontrar a alguien que le diera información sobre el astrónomo Lee sin que sus amigos cercanos se enteraran. Después de hacerse ver por muchos médicos, de tomar todo tipo de brebajes e incluso dejar que Ka Di mandara a hacer un exorcismo en su habitación, nada parecía ayudarle para detener sus pesadillas. Jongin sabía que ningún remedio podría hacerlo, ya que probablemente eran mensajes que debía descifrar. Pero, ¿cómo hacerlo si no tenía la suficiente información?