Baekhyun miró con nostalgia el pabellón. Muchos de sus amigos, que antes iban con tanta frecuencia, se estaban acomodando en el lugar de siempre después de tanto tiempo, esperando a que el segundo príncipe apareciera. Los había convocado a todos con el argumento de que lo mejor que podían hacer era reunirse nuevamente para seguir con sus estudios. Lo peor había pasado ya y lo mejor era retomar sus antiguas y buenas costumbres que tenían antes de todo el caos provocado por la traición.
Jongin fue extrañamente el último en llegar, se disculpó y se sentó en un rincón. Durante la reunión, casi ni miró al segundo príncipe. Más bien, parecía algo agitado y nervioso. Baekhyun fue el único en notarlo. Todos recibieron una lectura y una investigación particular. Kyungsoo parecía especialmente interesado en los manuscritos de las leyendas y de la teoría del poder. No pasó mucho tiempo hasta que las mejores mentes del reino empezaron a debatir acerca de los textos.
–Hay algo que no comprendo, majestad– comentó en voz alta uno de los jóvenes maestros. –Normalmente nos dedicamos a temas como la literatura o la historia, la geografía y la filosofía... pero es la primera vez que nos enfrentamos a algo como vidas pasadas o vidas futuras. No termino de entender el por qué este tema tan repentinamente.
–Es algo que ha estado rondando mi mente por algún tiempo– admitió Kyungsoo. –Tengo muy buenas razones para incursionar en estos mundos. Me gustaría averiguar sus opiniones sobre algo tan curioso. ¿Cómo actuarían ustedes en una época a la que no pertenecen? Es decir, acoplarse a costumbres, comida y hasta lenguaje. ¿Hay una vida después de la muerte? ¿Se puede realmente adentrarse en un tiempo al que no pertenecemos?
–La vida después de la muerte. Bien, parece que su majestad nos ha dejado un arduo y complejo trabajo esta vez. Una tarea digna de un grupo que se dedica al conocimiento. ¿Verdad, Jongin?
Kyungsoo miró fijamente a Baekhyun. Lo conocía y sabía que estaba intentando buscar una respuesta de manera no tan sutil. Nadie, además de Jongin y él mismo, debían saber sobre los extraños sucesos que su amado le había contado. No quería poner la cordura de la persona que más le importa en el mundo bajo ningún tipo de duda. Entonces, por mucha confianza que le tuviera a su gran amigo, el secreto debía mantenerse.
–Creo que es importante, sí. He leído hasta aprenderme de memoria la leyenda y la teoría del poder. Hay un mensaje escondido detrás de esas palabras y, como fieles estudiosos, deberíamos ser capaces de entender el mensaje oculto. El segundo príncipe quiere dedica su vida al conocimiento y nos ha escogido para acompañarlo en el camino. Así que sí, Baek, es verdad.
El silencio en el pabellón resultó un tanto incómodo. No había sido una discusión, ni siquiera habían usado un mal tono, todo se manejó en los mejores términos, pero era evidente que los dos hombres más cercanos al segundo príncipe se estaban lanzando algún tipo de indirecta. Nadie se atrevió a intervenir y por eso reinó la calma entre los jóvenes maestros.
–Bueno– interrumpió con valentía uno de los muchachos. –Habla de doce fuerzas. El número puede ser importante. Doce son los animales del calendario chino. También está el árbol de la vida. Es decir, el origen de todo.
–La leyenda insiste en que las fuerzas rojas fueron las que crearon el mal y que por eso se secó– intervino Baekhyun.
–Por culpa de ese mal el árbol de la vida, para protegerse, se dividió en dos y así mantener el equilibrio. Seis fuerzas fueron escondidas en un lugar y seis en otro. Eso hizo que tanto el tiempo como el espacio se vieran afectados, habla de que todo se volvió complicado después de esa división– explicó Kyungsoo.
–Porque están juntos y separados al mismo tiempo– añadió Jongin.
–Eso es una contradicción– opinó uno de los pensadores.
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Nos vemos en el futuro (Kaisoo)
FanfictionHay una nueva leyenda. Son doce de nuevo. La teoría del poder aparece. La fuerza roja llena los soles de oscuridad. ¿Qué le pasa a Jongin? ¿Dónde está? ¿Y si te quedas? Esta no es mi época. ¿Les gustó Overdose: Sobredosis de emociones? Bien, les...