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Disfrazado como funcionario de alto rango, el segundo príncipe caminaba por un mercado popular, a las afueras de Hanseong, la capital, acompañado de sus hombres de confianza. Como estaba oscureciendo, era improbable que alguien pudiera hacer preguntas. En esa zona era prácticamente imposible que alguien reconociera su rostro. 

–Majestad, ¿está seguro de que la información es correcta?

–Debemos encontrar a la persona que le vendió los manuscritos al sirviente. Si tenemos que ir de puesto en puesto preguntando de dónde los sacaron, eso haremos– respondió con su característica voz grave, fuerte y clara, pero a la vez calmada y melodiosa.

–Tal vez si vamos donde los grandes maestros...– sugirió uno de sus acompañantes. –¿Y si no estamos comprendiendo bien el mensaje?

Los hombres tuvieron que detener bruscamente sus pasos, ya que su líder había dejando de avanzar en medio del camino. Se volteó sobre sus talones lentamente, la señal para que hicieran dos filas y dejarlo pasar por la mitad. El príncipe avanzó hasta encontrar a la persona que había hecho la errada recomendación. 

–¿Estás insinuando que todo el estudio que hemos hecho está mal?  Es decir, ¿estás diciendo que no entiendo lo que hago y que mis ideas no son correctas?

La mirada penetrante y directa del segundo príncipe hicieron que el hombre se contrajera entre la vergüenza y el pánico. Negó con la cabeza, como pidiendo disculpas, y no se atrevió a abrir los ojos, cerrados por la tensión.

–No, no majestad– murmuró con nerviosismo.

–Le estoy dedicando mi vida al estudio de estos manuscritos. Son muy importantes para mí. Sé que contienen la respuesta que estoy buscando, la respuesta que necesito encontrar. Los he elegido porque son los jóvenes más sabios y entusiastas del palacio. No hagan que me arrepienta de mi decisión.

–Trabajaremos muy duro, majestad– Baekhyun hizo un gesto para dejarlo pasar nuevamente al frente y todos se apresuran a continuar detrás de él.

Su objetivo era encontrar a un extraño vendedor de libros. Según el sirviente tenía  entre sus colecciones muchas novelas eróticas, aprendizaje esencial, libros de pensadores como Jeong Yak Yong, Kang Se Hwang o manuales de uso de hierbas medicinales.

Pero entre todos esos preciosos manuscritos, el encargado del segundo príncipe encontró un ejemplar muy particular. Eran un grupo de poemas anónimos. Algo muy particular que podría llamar mucho la atención a su amo.

Cuando el texto estuvo en sus manos el príncipe estaba increíblemente satisfecho. Quiso saber de dónde había salido y su ayudante le habló del lugar donde vendían libros en uno de los mercados ubicados en la ciudad que rodeaba al palacio. Después de mucho análisis, el príncipe entendió que era una necesidad conocer el origen del documento. Reunió a sus fieles funcionarios y pensadores para ir en busca de más y más respuestas a todas las preguntas que tenía.

Caminaban todos, en completo silencio y tensión por culpa de su compañero, cuando el príncipe volvió a parar en seco. Kyungsoo, el segundo príncipe hijo del rey de Joseon, se quedó estático. Baekhyun, su fiel mejor amigo, lo miró un tanto contrariado. Sus ojos se abrían grandes y redondos como la luna. Abrió la boca, pero no dejó salir ningún sonido. Curioso, el juguetón Baekhyun miró a su alrededor en busca de la causa del desconcierto de su príncipe.Cuando lo descubrió su reacción fue distinta. El funcionario se tapó el rostro con ambas manos después de dejar salir una pequeña exclamación de sorpresa. El resto de hombres no se quedaron atrás.

–No... puede ser– Baekhyun dio unos cuantos pasos para acercarse. ¿Era posible? ¿era realmente posible?

–Imposible... ¡Nosotros lo vimos con nuestros propios ojos!- dijo alguien entre los funcionarios.

Nos vemos en el futuro (Kaisoo)Where stories live. Discover now