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Era un día que prometía lluvia y que probablemente sería una larga y fuerte. Jongin avanzó siguiendo la dirección que se le había indicado con anterioridad. Fue con el corazón acelerado por la anticipación. Primero, no quería hacer esperar a un hombre mayor que él y, después, tal vez su verdadera razón era que quería tener tiempo de escapar si se le tendía una trampa. No confiaba en aquel hombre, especialmente si Kyungsoo no lo hacía.

El astrónomo apareció un poco atrasado. A Jongin le dio la impresión de que había estado paseando con calma antes de llegar al lugar acordado ya que no parecía en lo más mínimo preocupado por fallar al compromiso que había hecho de llegar a la hora acordada. Cuando notó que había sido descubierto, esperando, el viejo Lee parecía no haberse inmutado por su presencia.

–¿Temeroso?– preguntó finalmente, prestando atención a su inusual invitado.

–No, en absoluto– respondió el joven con seguridad. No podía mostrarse débil ante alguien que probablemente lo destruiría a la mínima muestra de flaqueza.

–Eres valiente para ser alguien sin memoria. No sabes que ni siquiera deberías estar aquí. ¿Estás consciente que si el segundo príncipe se entera, estaría muy molesto contigo?

–Es algo que me da mucha curiosidad– se atrevió a intervenir el amante de Kyungsoo y continuó con su pregunta. –¿Qué pudo haber hecho un hombre como usted para que la situación con un príncipe sea tan tensa?

–¿Qué hice yo o qué hizo el segundo príncipe?

–Usted. Yo confío ciegamente en el segundo príncipe.

–No tienes idea de quién soy, ¿verdad?

–El astrónomo Lee.

–Sí, por supuesto– el hombre dejó salir una risita seca al percibir la muestra de inocencia del muchacho. –Bien. Si te preocupa tanto, yo no he cometido ningún pecado. Tengo un don, pero eso no siempre contenta a los príncipes caprichosos. El segundo príncipe no entiende las estrellas. Yo advertí sobre tu muerte pero, como es tan escéptico, está convencido de que tengo algo que ver con tu accidente y otras cosas malas que han pasado en el palacio. Yo debo defenderme, ya que mi único delito es saber interpretar los astros correctamente, cosa que él no puede. El segundo príncipe no confía en mí porque está convencido de que soy un conspirador.

–¿Por qué me dice estas cosas?

–Para desenmascararte.

–¿A mí?

–Eres el verdadero traidor.

Jongin se sintió atacado al principio, indignado inmediatamente después y fastidiado al final. ¿Cómo un hombre que obviamente no era de confianza si Kyungsoo no le tenía la mínima estima, se atrevía a tratarlo de esa manera? Él era una víctima y no podía ser más fiel al segundo príncipe. ¿Un traidor? ¿Él? Ese viejo no sabía lo que hablaba, no conocía la verdadera historia. Era imposible que traicionara a Kyungsoo. A pesar de todo, seguía siendo su mano derecha y, más importante, el amor de su vida.

–No debí venir– sentenció indignado, dispuesto a marcharse.

Jongin se da la media vuelta y regresó caminando a paso rápido hasta el puente. Se asombró que al astrónomo Lee no le costó alcanzarlo. Ya no quería hablar con él, ya no quería mentirle a Kyungsoo y ponerse en riesgos innecesarios. Si se iba en ese momento, probablemente no causaría un verdadero problema.

–Está en terreno peligroso, joven Kim.

–No se preocupe, dejaré de estarlo cuando me aleje lo suficiente de usted.

–Muy divertido, pero no hablo de eso. Hablo de la vida que llevas.

–¿Qué sabe usted sobre eso?

Nos vemos en el futuro (Kaisoo)Where stories live. Discover now