Nos vemos en el futuro (Kaisoo)

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El patio del palacio donde los príncipes habían estado haciendo su pequeño juego terminó siendo el lugar de los hechos. Gracias a la rápida acción de Kyungsoo, el hombre que estaba apuntando al príncipe heredero fue atrapado. Actuó por reflejo, pudo haber sido un animal, pero después de ver algo moverse y descubrir que era alguien y  no algo, supo de inmediato que nadie de su gente se escondería tras los arbustos de manera tan sospechosa.

El hombre estaba vestido como campesino, pero todas sus armas eran increíblemente costosas y difíciles de conseguir, tal como Minho había descrito a los atacantes del segundo príncipe y sus amigos en el día de caza. Kyungsoo estaba increíblemente molesto y preocupado por la situación.

Cuando fue apresado, el agresor aseguro que estaba de paso, luego rogó por su vida diciendo que no sabía que se trataba del palacio real y, finalmente, en medio de la noche, tomó veneno que tenía escondido en sus ropas. Murió antes de que los guardias pudieran hacer algo. Debía ser un servidor increíblemente fiel o un condenado a muerte, pues se había llevado a la tumba el nombre de su jefe.

La situación conmocionó al rey, pero especialmente a la reina. A partir de ese momento, la seguridad del palacio se triplicó, especialmente la de sus hijos, que perdieron por completo su privacidad y se vieron forzados a tener más acompañantes, a toda hora y en todo lugar. A pesar de lo agradecidos que estaban por la preocupación de sus padres, los príncipes se sentían asfixiados e incómodos. No podían vivir escondidos y temerosos el resto de sus vidas. Debían hacer algo al respecto. 

El heredero del trono se fastidiaba porque sus prácticas, que eran su única forma de relajarse durante su atareado día, se habían limitado por las investigaciones. Estaba ansioso e impaciente porque no podía estar al aire libre como tanto le gustaba. Kyungsoo tenía otras razones para agobiarse. No sólo habían hecho que sus reuniones con sus estudiosos fueran dentro del palacio y no en su pabellón favorito, sino además... sus visitas nocturnas a la biblioteca se habían visto forzosamente canceladas. Después de varios intentos fallidos, descubrió que no podría pasar la noche ahí sin ser descubierto por sus "cuidadores" dejando plantado a Jongin más de una vez. 

De todas formas su amante parecía tranquilo, obedeciendo en todo lo que se le pedía y dedicándose a su propio entrenamiento, sin ninguna queja. El rey había ordenado que se le convirtiera en el increíble arquero que había sido en el pasado y el pobre muchacho tenía que trabajar muy duro, presionado por regresar a ser su yo del pasado. El padre de Kyungsoo pensaba que siempre era positivo que la gente cercana y de confianza a los príncipes pudiera ser de ayuda para protegerlos. Los monarcas estaban actuando de manera paranoica, ante la terrible posibilidad de perder a sus hijos.

Pero no eran los únicos. Kyungsoo también se iba a volver loco. La abstinencia lo mantenía en un total estado de fastidio y malhumor. Todos pensaban que la causa de su actitud se debía a la impotencia de no poder resolver un crimen que atentaba la vida de su hermano y la suya por segunda vez, pero ese era sólo uno de los tantos problemas en su mente. Él podía soportar el desconocimiento, eso siempre tenía solución: con el estudio y suficiente perspicacia atraparía al conspirador.

Pero la sedosa piel de Jongin que sus manos tanto añoraban estaba tan cerca y él no podía tocarla. Eso no tenía solución inmediata. Mientras no pensara en un excusa lo suficientemente buena para quedarse con Jongin en un espacio cerrado sin que nadie los interrumpiera, no podría deshacerse de su frustración. Debía utilizar esa mente tan brillante que tenía para resolver su penosa situación.

–¿Una investigación secreta?– el rey frunció el ceño. –Es demasiado peligroso.

–Mi gente está verificando las flechas, el arco y las posesiones del asesino contratado. Su majestad sabe sobre mis hombres de confianza y como me ayudan, pero hay cosas que son muy delicadas de tratar en público. Me gustaría un poco de privacidad.