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Joaquín tomaba con su mano aquel delineador que le había regalado una de sus amigas.

–-Joaquín, ten —le tendió la mano, en ella estaba un delineador líquido negro, —te lo regalo, no lo quiero tirar.

Joaquín sólo la miró con el ceño fruncido, pero luego estiró su mano recibiendo el producto.

¿Por qué me lo das a mí?

¿Por qué no?

Así que ahí estaba, frente a su espejo, intercalando miradas de sus ojos al delineador. No sabía si usarlo, le daba... miedo. Pero vamos, sólo estaba él en su habitación, y su puerta tenía seguro, sería rápido, sólo para ver cómo se le veía.

—Okay, Joaquín —se susurró —sólo es un delineado.

Destapó el producto y miró la pequeña punta de éste, la pintura negra resaltaba, así que se miró de nuevo en el espejo y se acercó. Su mano temblaba, estaba seguro que le iba a quedar de la mierda, pero el punto era intentarlo al menos.

Entrecerró su ojo derecho y comenzó.

La línea negra, aunque no iba perfecta, tampoco estaba quedando mal, normal para la primera vez. Iba justo por arriba de sus largas y tupidas pestañas, trataba de no temblar e ir derecho, aunque le era un poco difícil, al llegar al final (¿o inicio?) de su ojo, decidió hacerse una pequeña cola de gato, no tan larga.

Se alejó del espejo y abrió su ojo.

—Bueno, no quedó tan mal cómo pensaba —le dijo levantando un poco sus cejas.

Movió su cara en diferentes ángulos, admirando su trabajo. Sonrió leve y volvió a tomar el delineador yendo ahora por su ojo izquierdo. Se le hizo un poco más difícil, pero lo logró. Se alejó de nuevo del espejo y se observó.

—Me quedaron diferentes, mierda.

Frunció el ceño y cuando estaba a punto de regresar el delineador a su ojos para corregir un poco, se oyeron un par de toques en su puerta. Abrió los ojos como platos y soltó el producto de su mano.

—Joder, joder —susurró en pánico y miró a la puerta —joder, no, no, no —se paró y comenzó a buscar el desmaquillante que... oh, sorpresa, no tenía —no puede ser, soy un estúpido.

—¿Amor? —la voz de Emilio sonaba del otro lado de la puerta.

—Ay, no —se quejó Joaquín y se llevó una de sus manos a su cabello —¿en serio?

—Joaco, Liz me dijo que estabas aquí, ¿estás ocupado? —continuó el rizado y tocó de nuevo.

—¡E-Emi!

—Joaquín, hey, ¿me abres?

No, no, no ¿por qué justo ahora? no. No podía ser más estúpido, ¿cómo por qué no se le ocurrió tener un jodido desmaquillante cuando iba a delinearse?

—No.

—¿No?

Por otro lado, Emilio fruncía en ceño, confundido. ¿Joaquín le dijo que no?

—Emi, yo... amh —comenzó Joaquín, trabándose.

—Joaquín, ¿estás bien? —preguntó el rizado y se acercó lo más que pudo a la puerta —¿qué pasa, amor?

—Yo... sí, estoy bien, Emilio, no te preocupes —dijo y fue a su baño, tomó un pañuelo y lo llenó de agua de su lavabo —¡estoy bien! sólo... espera un minuto, ¿sí?

—¿Qué haces? —preguntó Emilio, seguía confundido.

—¡Sólo espera!

—Okay —susurró el rizado y se recargó en la puerta, no oía ningún ruido, pensaba que quizá su novio se estaba cambiando pero no oía nada.

Joaquín llevó el pañuelo húmedo por uno de sus ojos, lo pasaba una y otra vez, y se dio cuenta que lo único que estaba haciendo era irritarse la piel de su ojo, ya que la línea negra seguía ahí, apenas con algo borrado. Caminó hacia donde había dejado el delineador y lo miró.

waterproof.

Joaquín suspiró.

—A prueba de agua —susurró.

Joder.









💐 NOTA: esta fic no está terminada y no lo estará, ya que está cancelada desde hace mucho tiempo. aún así, si decides leerla de igual forma, muchas gracias♡

makeup [Emiliaco]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora