27

4.9K 522 603
                                    

Joaquín bostezó y soltó un leve gemido, frotando su frente contra el pecho de Emilio, quien seguía dormido y lo rodeaba con sus brazos. El sol ya se asomaba por la ventana, indicando que ya había amanecido.

Esta vez dormían en la cama del mayor, y aunque a Joaquín le costó mucho (bastante) convencer a Elizabeth de que lo dejara quedarse a dormir con su novio, lo logró, difícilmente, pero lo hizo. Habían disfrutado mucho su noche, comenzaron a ver una serie sombre hombres lobo, miraron vídeos de maquillaje y después se besaron una y otra vez, diciéndose apodos cursis y mimándose como tanto les gustaba.

Habían acordado de hoy ir a la tienda de cosméticos en donde Emilio le había comprado la paleta de sombras y los demás productos, Joaquín quería algunos delineadores de colores y quizá comprar alguna base (aunque realmente no la necesitaba mucho, pero la quería por si acaso).

Emilio no despertaba, así que el menor se enderezó un poco y se subió a su regazo, llevó sus pequeñas manos al pecho desnudo de su novio para recargarse y acercó su rostro, dejando un beso en la punta de su nariz, haciendo que el rizado la arrugara un poco.

–-Amor mío –-susurró Joaquín, besando la comisura de los labios de su novio —amor de mi vida —continuó y besó su frente —corazón —besó una de sus mejillas —honey —besó su mejilla contraria —Emi, despierta, amor.

Emilio frunció su ceño y gimió levemente, removiéndose y llevando sus manos a la cintura de Joaquín.

—Hey, despierta, Emilio —habló el menor y sacudió los hombros de su novio, haciendo un puchero.

—Es sábado, bebé —apenas dijo, sin abrir los ojos.

—Ya son las doce, amor, vamos a desayunar para irnos a ver los delineadores que te dije, por favor.

Emilio no hizo ningún movimiento más.

—Emi, no te duermaaas —habló y suspiró, dejándose caer suavemente en el pecho de su novio, acurrúcandose —te dormiste —susurró —Aún así te amo mucho, ¿lo sabías?

Emilio abrió sus ojos y una sonrisa se formó en sus labios —Yo también te amo mucho —dijo con voz ronca y soñolienta y se acercó como pudo a dejar un pequeño beso en el cabello de su novio —mucho.

Joaquín se enderezó y lo miró tiernamente, sonriéndole —¿A qué hora te dormiste? ¿Tienes mucho sueño, amor?

—No pude evitar distraerme con tu belleza, bebé, —respondió Emilio y se sentó, tomando con más fuerza la cintura de Joaquín y acercándolo más hacia su cuerpo —tú dormido, con tus labios entreabiertos y tu respiración calmada es una de las mejores cosas que puedo apreciar en la vida.

El menor sintió su rostro caliente, y sonrió tímidamente —Emiliooo.

—¿Qué, amor?

—Te amo.

—No más que yo.

Ambos se amaban por igual. Ambos se amaban con una intensidad maravillosa.

Sólo esas palabras necesitaban, sólo aquellos besos y caricias necesitaban para estar bien, felices.

Amaban tanto amarse.







—No sé cómo es que nunca vine a esta tienda, es increíble —habló Joaquín mirando a su alrededor.

Estaban justo en la tienda donde Emilio había ido antes con su hermana. Así que entraron y un Joaquín emocionado comenzó a ver todas las repisas, asombrándose con todo lo que estaba ahí. Necesitaba absolutamente todo.

makeup [Emiliaco]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora