24

4.5K 514 644
                                    

Emilio caminaba con prisa, su mente sólo le repetía: Corre, corre, puta madre. ¿No quieres ver la carita preciosa de tu novio al ver lo que le compraste? ¡correee!

Así que eso hizo. Comenzó a correr de repente, no podía esperar más, estaba seguro de que Joaquín le brindaría una de sus bonitas sonrisas y sus ojos se iluminarían de emoción y agradecimiento. La bolsa azul pastel donde estaban los productos era sostenida contra su pecho, apretándolos para que no se le cayeran y se echara todo a perder. Con la mala suerte que tenía, estaba seguro que en cualquier descuido esa paleta de sombras quedaría rota, y no quería eso por nada del mundo.

Aunque, bueno.

Justo cuando iba a dar vuelta en una esquina, un chico pelinegro chocó con él, haciendo que aquella bolsa cayera con un ruido algo fuerte. Emilio se detuvo y abrió la boca soltando un grito ahogado, abriendo más los ojos y mirando la bolsa en el piso.

--¡Puta madre, wey! --gritó y subió su mirada al chico, quien lo miraba asustado -¿Por qué vergas no te fijas? ¡¿Que no estás viendo?!

-P-Perdón, -habló el pelinegro -aparte tú ibas corriendo, también tú debiste fijarte, ¿no?

Emilio lo miró frunciendo el ceño y apretó su mandíbula.

-Que te valga, ¿no?

Pasó saliva y cambió sus facciones a unas preocupadas, frunció sus cejas y se hincó, tomando la bolsa con cuidado.

Por favor que siga intacta, por favor que siga intacta, por favor que siga intacta.

Tomó la bolsa, se puso de pie y la abrió, sacando la paleta de color durazno y, rezando para sus adentros, la abrió lentamente.

-Qué susto me dio, puta madre.

Volvió a respirar cuando miró las sombras intactas, el plástico protector las cubría y éste tampoco se había movido ni un poco, el rizado llevó su mano libre a su frente, limpiando el sudor de ésta y parpadeó varias veces.

-Si se hubieran roto sí te te hubiera partido la m-

-Hey, no fue mi culpa, ¿qué te pasa? -reclamó el chico -no se corren en las calles. Aparte -continuó -¿por qué te preocupas tanto por un simple maquillaje?

Oh.

Emilio lo miró molesto y cerró la paleta, la guardó de nuevo en la bolsa y la sostuvo más fuerte a su pecho.

-Me preocupo porque este no es un simple maquillaje -comenzó con voz dura -me preocupo porque es el maquillaje que le compré con mucho amor a mi novio, y por nada del puto mundo quiero que le pase nada porque él quería unas sombras y si se hubieran roto, adivina, ya no habría sombras para él, ¿y sabes qué más? yo estaría triste porque yo hubiera amado ver su cara de felicidad, así que no digas que es simple maquillaje porque no lo es.

Respiró y relajó sus facciones. Sabía que estaba siendo demasiado grosero, pero no podía no serlo cuando casi arruinaba todo, aunque en parte sí fuera su culpa y lo aceptaba.

-¿Le compras maquillaje a tu novio? -preguntó el chico y antes de Emilio contestara groseramente ahora sí, continuó -No, no quiero decir que esté mal, no me mires así, dios. Sólo- sólo-

-Quieres decir que está mal, -interrumpió el rizado -ya no le des más vueltas. Desde ahorita te digo que si no es opinión de mi novio o de mi madre me vale mierda las de los demás. Métete en tus asuntos y déjame pasar.

Y se fue. Como debió hacerlo desde antes.

-¿Le compras maquillaje a tu novio? -repitió con voz aguda y una mueca mientras caminaba -Santo Jesús.

makeup [Emiliaco]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora