makeup [Emiliaco]

41

–-Amoooor –-canturreó Joaquín entrando a la habitación de Emilio y éste levantó su cabeza de la almohada para mirarlo. —Necesito hacer una compra —se detuvo al ras de la cama y le sonrió inocentemente.

—¿De qué clase de compra estamos hablando? —preguntó el mayor y entrecerró sus ojos para luego enderezarse y sentarse para ponerle aún las atención.

Joaquín sonrió aún más y se subió a la cama con todo y tenis, aunque a ninguno de los dos le importó. Se sentó, como de costumbre, en las piernas de Emilio y colocó ambos brazos encima de sus hombros, abrazándolo y siendo sostenido de vuelta.

—Un rimel —contestó por fin y el rizado asintió, aunque sabía que había algo detrás de aquella sonrisa de su novio. —Umh, al parecer ese rimel promete varias cosas y sólo quiero... ya sabes, ponerlo a prueba. Haber si es cierto.

Su voz era liviana y despreocupada, inocente. Aunque Emilio sabía perfectamente que era una inocencia falsa. Algo, algo había detrás de lo que decía, lo sabía.

—Amor, ¿qué escondes? —preguntó después de unos segundos y Joaquín frunció el ceño y abrió levemente sus labios, fingiendo indignación —Algo tramas, ¿verdad?

—No, no —negó el menor, aunque no pudo evitar formar una sonrisa en sus labios. —Es sólo- es un rimel de Jefree Star —aclaró, aunque lo único que logró fue que Emilio frunciera su ceño confundido. —¡Jeffree Star, Emilio!

—No sé de quién madres me hablas, amor.

Joaquín sonrió aún más con emoción y dió unos pequeños saltos en su lugar. El mayor apretó su agarre en su cintura y lo detuvo, mirándolo con intensidad.

—No hagas eso, Joaco —pidió. —Ya dime qué tanto promete ese rimel que quieres probar, ¿quieres que lo pidamos por internet? ¿cuánto cuesta? Porque ya ves que ya nos dieron muestra última beca y-

El menor lo interrumpió con su dedo índice sobre sus labios y acercó su rostro al de Emilio, mirándolo fijamente.

—Fuck proof —susurró apenas y sus mejillas se pintaron de carmín.

El mayor frunció el ceño analizando lo que le había dicho su novio, hasta que pudo comprender y abrió más sus ojos.

—¿A prueba d-de... —dejó la pregunta al aire y levantó sus cejas —¿Eso dice?

Joaquín asintió y soltó una leve risa.

—Literalmente el rimel se llama así, tú dirás.

Emilio comenzó a sentir su corazón latir más rápido y apretó sus manos en la curva de la cintura de Joaquín, manteniéndolas ahí con firmeza.

—¿Entonces me estás diciendo que quieres ponerte ese rimel y probar si de verdad es fuck proof? ¿Eso quieres?

¿Que si Joaquín lo quería? Maldición, por supuesto que quería.

—¿Por qué no? —preguntó, aunque continuó hablando cuando Emilio abrió sus labios para decir algo —Emi, ya me vi como veinte reseñas y en ninguna ponen eso a prueba-

—Por supuesto que no iban a hacerlo Joaco.

—Quiero ver si es verdad, Emilio, ¿sí? —agudizó su voz y formó un puchero con sus labios —Porfis.

Ni siquiera tenía que convencerlo de absolutamente nada. Emilio estaba más que dispuesto, si le preguntaban.

—Bien, de acuerdo. Sólo dime que ese rimel no pasa de cien pesos.

Joaquín frunció sus labios y bajó su mirada.

—Pues así que tú digas uff qué barato, no es —comenzó a hablar y lo miró suplicante. —O sea, es que- ya sabes, Emilio, los productos que sacan youtubers e influencers usualmente no son baratos, excepto los de Yuya, pero me refiero a q-