16

6.1K 579 654
                                    

Emilio se encontraba en su cómoda cama, acostado de los más a gusto con su celular de forma horizontal en sus manos, mirando la pantalla de éste. Su ceño se hallaba fruncido, prestando total atención a lo que la chica del vídeo de YouTube decía. 

"Y aquí traigo una brocha, esta es de MAC. Estoy tratando de organizar mis brochas porque ahorita tengo que hacer todo esto pero en verde, entonces estoy tratando de no ensuciar todas las brochas de una sola sentada. Limpio esta parte de aquí a manera de cut crease..."

–-¿Cut crease? —se susurró a sí mismo con una mueca en sus labios y el ceño fruncido —¿Qué verga es eso? No mames —Continúo mirando el vídeo, dándose cuenta lo que era un cut crease y levantó una de sus cejas —ah, ya vi.

–-¿Otra vez hablando solo, Emilio?

El rizado pasó el vídeo para no perderse de ningún paso y miró a su hermana en la puerta.

—Que te valga.

Regresó al vídeo y lo despausó.

"Hasta este momento he trabajado con sombras mate y ahorita voy a empezar con las satinadas"

—¿Qué estás viendo? —preguntó curiosa Romina entrando a la habitación de Emilio.

—Sabe, —contestó él y se encogió de hombros —una tal Rosy McMichael.

La chica frunció el ceño —¿Ella no hace vídeos de maquillaje?

—Ajá.

—¿Y por qué...?

—Quiero ver qué tan bien le quedarían unos de estos a mi bebé —interrumpió Emilio, sin dejar de ver el vídeo.

Su hermana sonrió con ternura.

—Aww, eres un cursi.

—Yo sólo amo a mi novio, Romi.

Nunca quitó su mirada de la pantalla del celular, tenía pensado mencionarle a Joaquín sobre aquel maquillaje que, sinceramente, amaría que usara.

Pero antes de eso tenía que ir de compras, ya que el maquillaje no se hacía por arte de magia, necesitaban paletas de sombras, corrector, más brochas. Oh, sí, definitivamente tenían que ir de compras.

Así que después de ver un par de vídeos más, se puso de pie y tomó su cartera, salió de su habitación para caminar hacia las escaleras y salir de su casa. Iba con su novio, con su hermoso y perfecto novio.

Cuando llegó a su casa tocó la puerta. Música a todo volumen se escuchaba dentro, así que decidió llamarle a Joaquín porque estaba seguro que no escucharía los toques en la madera.

Sacó su celular y llamó.

—¡Hey, Emi! —gritó el pequeño por encima de la música —¡¿Qué pasa, amor?!

—Estoy afuera de tu casa, cariño.

—¡¿Qué?! ¡No te escucho, Emilio!

—¡Que estoy afuera de tu casa!

—¿Qué- ¡Renata, bájale a la música, chingada madre!

Emilio reprimió una carcajada. No podía ser que Joaquín sonara tan tierno hasta diciendo malas palabras. No podía creer que su novio fuera lo más hermoso del mundo haciendo literalmente cualquier cosa.

Cuando el sonido de la música bajó considerablemente Joaquín volvió a hablar.

—Perdón, amor, Renata no me dejaba escuchar con sus canciones.

makeup [Emiliaco]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora