°•|Capítulo 4|•°

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La luz del sol chocaba contra el pacífico rostro fino que yacía en pleno sueño, mientras el reflejo perturbaba el sueño del contrario

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La luz del sol chocaba contra el pacífico rostro fino que yacía en pleno sueño, mientras el reflejo perturbaba el sueño del contrario.

Un no muy alegre azabache abrió de golpe sus ojos, teniendo una excitante vista mañanera.

—Uff, nena —pegó su cuerpo contra el otro que descansaba plácidamente.

El azabache restregaba su hombría contra las estrechas curvas de la de tez blanca, adelantando el despertar de ésta misma.

JiMin mordía sus belfos cada vez que meneaba obscenamente su cintura, empezando a sentir pequeños movimientos incómodos frente sí.

T/N estaba despertando y JiMin, pues, estaba excitándose tan temprano.

—Hmm… MinMin… —susurró la chica, removiéndose un poco por los cosquilleos que le causaban los meneos de su novio.

—Me pones tan de mañana —mordió el lóbulo de su oreja, causando que la piel de la contraria se erizara.

—Apenas amanece —se quejó, sintiendo una electricidad chocar en su vientre.

—Un buen amanecer —la pegó más contra él, besando la nuca de la misma.

Mientras T/N arqueaba su espalda y escondía su rostro en la almohada, pues el típico sonrojo había llegado a sus calientes mejillas.

Con JiMin siempre se sentía avergonzada, en el punto de que sus mejillas se calienten por las palabras y acciones que su azabache decía y hacía.

No desaprovechó la oportunidad en que JiMin se distrajo en unos pequeños instantes, y entonces, salió abruptamente de la cama antes de que el azabache volviera a apresarla entre sus brazos.

Con un gruñido, acompañado del cuerpo tonificado del azabache, JiMin siguió a la expuesta piel de su novia.

Queriendo volver a echarla en la cama y comérsela desde temprano.

—B-basta, ¡es muy temprano! —chilló, buscando escapatoria de los peligrosos pasos del chico de tez blanca.

—No podrás salir, nena, no tienes por donde escapar —sonrió con sorna, pensando que ya había ganado en cuanto la fina espalda de su jagi había chocado contra la pared.

—Si tengo escapatoria —con paso ágil esquivó con éxito el movimiento del contrario, escapando de éste y tomando rumbo hacia el baño.

Nuevamente el gruñido ronco del azabache estremeció los vellos de su piel, alentándose a correr lo más rápido que sus piernas puedan ofrecerle.

Con una bestia hambrienta con ganas de devorarla siguió su rumbo, hasta que con éxito logro adentrarse en el baño y, posteriormente, encerrarse con todo y seguro en el baño.

Y no era como si no quisiera que JiMin se la follara en esos momentos mañaneros, sino que quería divertirse y jugar un poco con su novio.

Después de todo ella aún era inocente, con ciertas actitudes infantiles que la caracterizaban como persona, que le daban una diferencia entre las millones de personas alrededor del mundo.

°•|¿Y si me besas?|•°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora