°•|Capítulo 16|•°

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-¿A dónde me llevas? -preguntó el chico, siendo guiado por su novia, quien le llevaba los ojos cubiertos con sus finas manos

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-¿A dónde me llevas? -preguntó el chico, siendo guiado por su novia, quien le llevaba los ojos cubiertos con sus finas manos.

-Ya te dije que es una sorpresa, bebé -respondió, inquietando aún más la curiosidad del castaño.

Desde la mañana de ese día la novia del castaño estaba actuando de una manera poco común, y él lo sabía.

Sentía que algo extraño le estaba pasando a su novia y se preguntaba ¿qué era lo que le sucedía un día como hoy?

Seguía observando negro, pues aparte de las manos de su novia, que le cubrían sus ojos, también estaba aquella fina venda negra que le cubría en sobremanera sus azabaches y grandes ojos.

Empezaba a inquietarse aún más, seguía precavido pero confiado los pasos de su novia, quería saber dónde lo llevaba, quería saber qué cosa era la que su chica traía en manos.

¿Qué era lo que estaba pasando?

Se estremeció cuando sus pies pisaban un suelo irreal, llegando a sentir las mismísimas nubes. Respiraba un aire realmente agradable y fresco, mezclado de aromas frutales, lo que le daba un ambiente pacífico y de sueño.

Le picaban las manos por quitarse aquella venda que le obstruían a sus ojos la vista, estaba impaciente por saber cuál era la bendita sorpresa.

Sorpresa... sorpresa... ¿a qué sorpresa se refería?

¿Sería algún día especial? ¿Era un día único el cual se tenía que celebrar?

Joder... ¡¿sería un aniversario de novios?! Porque si era así, estaba totalmente jodido. Lo había olvidado del todo, es más, ni siquiera sabía qué día y fecha era hoy.

Empezó a ponerse nervioso, ya no estaba impaciente, ahora se sentía de alguna manera preocupado y nervioso. ¿Qué pasaría si su novia se entera que él olvidó su aniversario?

Tragó duro, apretando levemente las suaves y finas manos de su novia, las cuales se posaban sobre sus ojos.

-Tranquilo, mi amor, ya falta poco para tu sorpresa -comentó, poniendo nervioso aún más al castaño.

No hizo nada más que sólo asentir. Esperaba que hoy no fuese su aniversario.

[...]

Cada vez el viento les llegaba de manera directa, el olor a frutas se desprendía por todas partes, la pasividad del ambiente podía relajar tan solo un poco al castaño.

Escuchó murmullos, lo cual le dejó un poco descolocado. Quiso preguntarle a su novia quiénes estaban ahí, pero en el momento justo cuando abrió sus labios, sus ojos recuperaron la visión.

-¡¡Feliz cumpleaños, Jeon JungKook!! -gritaron al unísono todos los presentes, haciendo que el mencionado abriera tanto sus ojos como sus labios en gran manera.

°•|¿Y si me besas?|•°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora