°•|¿Y si me besas?|•°

°•|Capítulo 7|•°

Los días habían pasado tan veloces que este día era el último de la segunda semana.

La expulsión del azabache se habló por todos los rincones de la universidad de Hanyang.

T/N evadía a los hombres con sus confiables amigas, y si antes no pasaba el tiempo con ellas, ahora lo hacía de manera exagerada.

Pues ella era una mujer de palabra y si le hizo una promesa a JiMin, la estaba cumpliendo exitosamente.

Ella no se había acercado a ningún varón desconocido, claro, porque a sus amigos si les hablaba.

Además no estaba sola, su querido hermano mayor estaba cuidándola desde lejos, pues él había sido mandado por JiMin.

No era como si JiMin no confiara en ella, pero sabía que su alma era tan pura y noble que cualquiera podía aprovecharse de eso.

Así que JungKook, como todo un buen amigo y cuñado, estuvo protegiendo a su hermana muy sigilosamente.

La hora de descanso ya estaba siendo tomada, miles de universitarios deambulaban de aquí hacia allá por toda la universidad.

Y mientras T/N platicaba de lo más tranquila con sus amigas, el castaño estaba comiéndose, literalmente, los labios de su intocable novia.

Si uno se atrevía a tocarla, ése uno se daría por muerto. Pues JungKook no perdonaba que le tocaran a su novia si no era de una forma vulgar u obscena.

—¿Entonces tu romeo ya volverá? —preguntó la de cabellos rojos, mirando de manera curiosa a su amiga.

—¡Siii! —chilló de alegría, causando risas burlescas por parte de sus amigas, haciéndole sonrojar.— Lo siento, f-fue la emoción —habló cabizbaja, queriendo a toda costa ocultar su sonrojo.

—De verdad que ese JiMin te tiene tan enamorada, niña —habló otra de sus amigas, rodeando el hombro de su pareja con todo su brazo.

—Silencio, unnie, usted también está que se muere de amor por Jennie —comentó, haciendo y deshaciendo la mirada que le dió a su unnie.

—¡Hey!… Tienes razón, muñeca —confirmó, besando los labios de su pareja.

—Iré por un juguito de fresa —anunció, levantándose de su lugar y marchándose hacia la cafetería.

—Oye, la gaviota voló, ve por ella, tigre —habló un chico, avisando a su amigo, quien no dudó mucho pues salió al ataque.

[…]

Disfrutaba del gustoso sabor de su jugo de fresas, cuando volteó su cuerpo, chocando con una alta y fuerte anatomía varonil.

Si no hubiese sido por su reacción de reflejos, su jugo se hubiese echado a perder sobre el suelo.

—L-lo siento, no t-te vi —comenzó, sintiendo calientes sus mejillas por el reciente sonrojo de vergüenza.

—Tranquila, nena, yo fui el despistado —tomó su suave mano derecha, ayudándole a ponerse sobre sus pies.

Pues si, ella había caído por la dureza de cada extremidad del chico.

—Más despistado seré yo en romperte la cara de niño bonito si no te alejas de mi hermana —se escuchó una voz ronca detrás del chico, estremeciendo a éste y causando que voltee su mirada.

Era JungKook, su hermano mayor estaba al asecho.

«Tienes mi palabra, la cuidaré de todo chico que quiera ligársela»

La familia Jeon definitivamente eran personas que sí daban su palabra a las promesas que aceptaban cumplir.

Pues si algo les molestaba a los Jeon, eran las promesas incumplidas.

—J-jungKook —tembló el chico en su lugar, soltando de inmediato la mano de la peli-ceniza.

—Que buen muchacho, retírate ya, fuera, fuera —ordenó rápido, recibiendo un asentimiento rápido por parte del chico y consiguiendo que se marche del lugar.

La extrañeza en los ojos de T/N no pasaron por alto en el entendimiento de JungKook.

Y si, el castaño ya sabía qué quería saber su pequeña hermana con sólo el hecho de ver su fisonomía.

T/N era una chica fácil de leer lo que por su mente pasaba, cada pensamiento era muy fácil de descifrar.

—No me culpes, tengo una orden de tu querido novio, hermanita —picó sus mejillas, desapareciendo cual fantasma entre la multitud.

Tenía una sesión de besos que reanudar.

¿Y T/N? Pues ella se quedó ahí, quieta, procesando las palabras de su hermano mayor.