°•|Extra VII|•°

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Los destellos de la luz del sol entraban desapercibidos a través de la ventana cubierta por una capa de la misma cortina a medio acomodar que obstruía el acceso total a la brillante luz del nuevo día, aquella habitación había quedado iluminada en ...

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Los destellos de la luz del sol entraban desapercibidos a través de la ventana cubierta por una capa de la misma cortina a medio acomodar que obstruía el acceso total a la brillante luz del nuevo día, aquella habitación había quedado iluminada en un brillo no tan intenso que reflejaba la parsimonia de aquel buen despertar del ser yaciente dentro de esas cuatro paredes que formaban la habitación.

El aroma que se desprendía por todas las paredes era tan agradablemente denso que te inducía a introducirte con mayor magnitud hacia el mundo de los sueños. Te hacía pensar que entre la suavidad de las nubes eras puesto cual gracia palpable de la dulzura divina. Te hacía no querer despertar jamás, no querer volver a la realidad del universo.

Hacía que JiMin no quisiese enfrentar la terrible resaca que afectaba su cabeza por la inundación de alcohol la noche anterior. El rubio no estaba despierto, pero sí que estaba en esa etapa en donde el sueño está soltando su mano y su cuerpo adquiriendo las ganas suficientes para realizar la rutina de su vida.

Todo el cuerpo del chico de tez blanca, un poco bronceada, quedó expuesto ante la luz entrante del sol, las sábanas blancas estaban en una posición en la que dejaban a relucir la mayoría de la anatomía completa del chico de hebras rubias. Pues estaba a tal acomodamiento en el que sola y únicamente la mejilla derecha del culo del chico era tapada por lo blanquecino de la tela.

Su rostro era cubierto por completo entre la densidad de la almohada morada, su pecho y abdomen junto con su hombría cubierta por el contacto con la cama, su desnuda y esbelta espalda dándole frente al techo de la habitación y sus pies colgando desde la superficie alta de la suave cama. Imagen que admiró la chica de hebras cenizas desde el umbral de la puerta y con orbes bien abiertos por tal revelación pese a ya haberlo visto todo desde mucho, mucho tiempo atrás.

Había llegado segundos atrás con el objetivo en mente de despertar una vez por todas a su hombre, reanimando a éste a enfrentar aquella muy probable resaca del demonio. Pues tal parecía que anoche estaba más que perdido en el viaje astral con todas y sus estrellas contadas.

Aproximando su fémina mano hacia el hombro al desnudo del rubio, el despertar de éste había tomado riendas de su anatomía, pues se removió entre las cortas sábanas dentro del pedazo de cielo en el que dormitaba y con sus ojos aún cerrados palmeó al otro extremo de la cama. T/N se retiró segundos después de haber dejado suaves golpecitos en el músculo del chico.

El chico, buscando a una persona en especial para cargar sus energías al mil, abrió sus ojos de golpe al no encontrar ninguna coincidencia en su cometido. Pronto la resaca le atacó de golpe, calando toda su cabeza, extremo a extremo, distorsionando todo pensar y toda acción. Arruinando así sus ánimos por completo.

Estaba exaltado porque su chica no estaba ahí, y estaba dolido porque la resaca era su única acompañante.

—MinMin, tienes que desayunar, anda ya.

°•|¿Y si me besas?|•°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora