Park JiMin
Jeon T/N
"No puedo creer cómo es que ella es su novia..."
"¿Será amor por conveniencia?"
"Seguro Park le da maltrato"
"Cállense, aquí viene el bravucón"
Comentarios como esos y más rondaban por toda la universidad de Hanyang, y era de esp...
Extra pedido por y dedicado a: mar364 ❤️ ¡Disfruta, linda personita! 🐇♡
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-Nena, ¿quieres dejar de verte al espejo? -inquirió por milésima vez el chico de ahora cabellos rubios, quien acomodaba su corbata en su formal traje negro.
La chica le miró mal, enterrando su filosa mirada en su complexión mientras no paraba de devorar la decoración de sus uñas, estaba más nerviosa de lo que hubiese imaginado, lo sabía. Y era muy entendible, pues no es fácil estar a minutos de ir a la ceremonia de tu graduación de tu carrera y menos si tienes...
-Un embarazo de ocho meses... -inició la chica en respuesta, a lo que él la miró confundido no entendiendo muy bien el por qué de que sacase ese tema de momento. Por lo que ella siguió-, ¿crees que es fácil asistir a una ceremonia de graduación con una barriga exageradamente grande de ocho meses?
El chico de melena rubia lo entendió todo, por lo que sonrió divertido y bajó su cabeza para disimularlo, acto en vano ya que la peli-ceniza le había visto justo antes de que descendiera su rostro.
-¿Qué es tan gracioso para tí? -cuestionó irritada, mas no enojada con él-, ¡tú me has dejado embarazada!
-Mira, bebé, no eres la única chica que se graduará con una hermosa barriga de ocho meses, y si lo fueses, ¿qué más da? Crearás toda una historia siendo la primer dama teniendo una graduación de ocho meses de embarazo. No es tan malo, nena -le abrazó por detrás una vez ella volvió a ojear su complexión en el espejo.
JiMin estaba realmente feliz, y con saber que aquellos niños que estaban dentro de la mujer que ha amado desde que tiene uso de razón su corazón extasiado queda de felicidad por tan grata noticia. T/N suspiró, dejándose hacer por los mimos que su comprometido le estaba haciendo hace unos minutos atrás. Pues realmente las caricias que éste le daba a su barriga le tranquilizaba tanto a ella como a sus niños.
Sí, sus niños.
-¿Realmente crees que todo saldrá bien? -volvió a cuestionarse más a sí que a su acompañante, pues las dudas aún estaban presentes a pesar que toda la universidad estuviese informada sobre su embarazo.
El rubio volteó a su prometida de manera delicada cual joya más preciada, dándole frente a ésta y depositando un beso en sus mejillas rechonchas, luego en la punta de su nariz y por último aparcando su viaje en los rosados labios de su chica. Dejó que su lengua fuese la protagonista de la función que él mismo estaba montando con ese beso que inocentemente comenzó siendo uno tierno y de amor, para posterior a ello convertirse en uno a nivel más elevado y sobrepasado.
