Su visita a la dirección era tan normal para el azabache que ya le daba igual estar o no ahí.
Lo que más le importaba en esos momentos era correr a los brazos de su chica, joder que quería llevarlo todo a la mierda e ir por ella.
Porque realmente le preocupó verla en ese estado, estaba jodidamente preocupado por ella.
Estaba harto del sermón que el director le estaba dando, no le importaba lo que de sus ancianos belfos salía, no le importaba nada más que no fuese ella.
Quería estrecharla entre sus brazos, hacerle ver que ella lo tenía a él y que nunca estaría en peligro mientras él estuviese allí.
Golpeaba su talón con el suelo en acto de impaciencia, quería salir del aprieto en el que no se arrepentía de haberse metido.
Pues a pesar de que estuviera en problemas, estaba más que orgulloso de sí porque había defendido a su mujer de una posible violación.
Estaba tan jodidamente satisfecho consigo mismo que ya había sido otra mancha para su reputación.
—¡Este es el colmo, Park JiMin! ¡Ya has sobrepasado el límite! ¡Esto te costará muy caro! —atacó el señor director, sacando del trance al despreocupado azabache.
—¡Él se lo buscó! ¡Estaba queriendo violar a MÍ novia en sus malditas instalaciones! —contraatacó, poniéndose en pie por reacción de la acción del director.
—¡No tenías porqué llevar a ese chico a escasos metros de la muerte! ¡Pudiste haberlo matado si no llegábamos a tiempo! —golpeó su escritorio, dejando ver aquella vena resaltada en su cuello.
—¡Estaba tocando a mi mujer! ¡Yo sólo la defendí de ese cerdo asqueroso! —contraatacaba contra cada frase que decía el peli-gris.
—¡No era manera!
—¡¿A usted le hubiese gustado que llegaran al jodido punto de violar a su mujer?! —tocó el tema delicado, sintiendo su rostro correrse hacia su hombro derecho, con un leve ardor en su mejilla.
Miró con odio al director, posando su mano izquierda en su mejilla izquierda.
Si blanquecino rostro había recibido una fuerte y sonora bofetada.
Quiso devolver el golpe, pero se abstuvo de más violencia sólo por el jodido respeto a sus mayores.
—¡No metas a mi esposa en esto! ¡Estás expulsado por dos semanas! —gritó aún desconcertado por su acción que había salido naturalmente.
El azabache no tuvo más impulso que tomar su mochila negra y marcharse de ese horrible lugar con un rojo carmesí en su mejilla izquierda.
Con el fuerte estruendo de la puerta, la retirada del azabache había sido anunciada.
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°•|¿Y si me besas?|•°
Hayran KurguPark JiMin Jeon T/N "No puedo creer cómo es que ella es su novia..." "¿Será amor por conveniencia?" "Seguro Park le da maltrato" "Cállense, aquí viene el bravucón" Comentarios como esos y más rondaban por toda la universidad de Hanyang, y era de esp...