VI

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Al terminar la clase Gabriel estaba en el pasillo que lleva hacia el salón de clase tomando un poco de aire cuando vio salir a Emma apresurada a contestar su celular y ella se ubicó justo a su lado sin notar su presencia.

-Hola Harold ¿Por qué me llamas a esta hora si sabes que estoy en el colegio? –Contestó ella al teléfono-

-Necesito verte esta noche a la misma hora y el mismo lugar –dijo la persona al otro lado de la línea-

-¿Pero por qué? En eso no habíamos quedado. –Emma se oía exasperada-

-Por Dios mujer, solo ven que hasta donde sé no tienes otra cosa que hacer. –dijo y después colgó-

Emma dio un largo suspiro y volvió al salón.

Gabriel

No puede dejar de pensar en lo que vi y escuche hoy en la escuela ¿será que Emma está en problemas? ¿La estarán chantajeando? ¿Qué será que debía hacer esta noche? Aun en la comodidad de mi cama no logro descifrar qué es lo que está pasando ¿y si en realidad está en peligro? Mejor tomare una aspirina para este dolor de cabeza que me está matando, cuando me acerco a mi ventana ahí esta ella, escapándose por su ventada ¡Diablos, esta mujer está loca! Pero parece asustada, oh Dios ¿Y si de verdad está en peligro? Sé que no me incumbe, pero si está en peligro no puedo quedarme sin hacer nada, bueno está decidido, la voy a seguir.

Al salir por mi puerta trasera ella está por entrar a un Alfa Romeo Giulia Duetto Spider 1966 ¡vaya que gran auto!, pero yo la he visto ir todos los días caminando al colegio ¿será suyo? Esto es demasiado extraño, creo que me estoy poniendo paranoico, la sigo hasta un estacionamiento de un centro comercial muy al centro del lugar, han pasado más de cinco minutos y no se baja del auto ¿será que se encontrara con alguien? ¿Aún no habrá llegado? Al momento veo a alguien bajarse de auto pero esa no se ve como Emma, más bien parece la chica de... ¡Oh por Dios es ella, Emma es la chica de bar! ¿Pero qué? Emma no se parece para nada a esa mujer, esto tendré que confirmarlo.

Emma

Cuando salgo de bar me dirijo hasta mi auto, un lindo convertible que me regalo mi padre, estaba por abrir la puerta cuando sentí alguien parado detrás de mí ¡Oh por Dios, no puede ser! Luego escucho a la persona suspirar y suavemente toca mi hombro, me giro hacia la persona y oh no, ahí está Gabriel mirándome con una sonrisa pícara y cara de ¡Te tengo!

-Hola –dice sin quitar su expresión- ¿algo que decir señorita? ¿Por qué estás en un lugar tan solo a estas horas de la noche? Podría ser peligroso ¿no crees? –quien pidió tu opinión metiche, no tengo idea de cómo saldré de esta-

-Estaba de compras –dije con la serenidad que me caracteriza- y no tengo por que responder ninguna de tus preguntas, así que si no hay nada que más que decir como supongo que es, entonces me retiro –al momento siento que sujeta mi brazo ¡No, no, no! Solo déjame ir-

-¿Te suena el nombre de dark lights? –no puede ser que haya estado ahí antes, bueno el no parece ser un niño muy bien portado así que probablemente si haya ido al bar, ahora que lo noto tiene un aire a chico problemático ¡Oh Dios en qué me metí!- ¿no piensas responder?

-No tengo nada que decir, no sé de qué estás hablando –dije con mi mirada fija en el piso, solo hay algo que nunca he logrado hacer bien por más que lo intente y es mentir-

-Estas empeñada en ocultarlo ¿no te das cuenta que te he descubierto? –dijo con un aire de superioridad pero sin dejar a un lado su dulzura-

-Bien, sí me descubriste, y bien ya puedes ir a publicarlo en todas partes y contárselo a todo el mundo. –digo levantando un poco la voz bastante ofuscada-

-¿por qué haría eso? -¿Qué? Este sujeto es demasiado extraño-

-¿A qué te refieres? ¿No piensas chantajearme a cambio de tu silencio o algo? –dijo muy confundida-

-No ¿por qué haría eso?

-Siempre supuse que eso sería lo que pasaría si alguien se enterara.

-Pues no sé con que gente estas acostumbrada a tratar pero no pienso chantajearte, pero si quiero pedirte algo –sabía que no sería gratis, siempre quieren algo- se mi amiga y guardaré el secreto –espera ¿qué? ¿Cómo es eso de que seamos amigos?-

-¿De qué estás hablando? ¿Qué ganarías tú con eso? Sé que tendría tu silencio pero tú ¿Qué ganas siendo mi amigo?

-Pues veras yo también soy músico, toco la guitarra, el piano y el violín, pero nunca había escuchado a alguien cantar como tú lo haces, cuando te escuche cantar sentí como su la música estuviera fluyendo por mis venas, quiero aprender a cantar de esa forma y si somos amigos estaré cerca de ti y podre aprender -se encoje de hombros sonriendo, al parecer lo dice en serio.

-Vaya eres algo extraño, pero igual no me queda de otra.

-¿Trato? –dice mientras extiende su mano derecha hacia mí-

-Trato –digo apretando su mano-

Hasta que el amor termineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora