Emma
La vida es como la flor del campo dice un pasaje que leía mi madre en la biblia, también es efímera y a todos nos llegará la hora de nuestra muerte, no es algo en lo que debería estar pensando antes de dormir lo sé, pero hoy no puedo conciliar el sueño, no suelo abrir mi corazón de la forma que lo hice hoy con Gabriel, pero se veía agobiado y después en su rostro había paz, creo que fue lo mejor.
Mi celular empezó a sonar, mi padre está en casa, mi corazón late cada vez con mas fuerza, son la una de la mañana, solo puede significar una cosa, lentamente se forma un nudo en mi garganta y lagrimas ruedan por mis mejillas. El celular deja de sonar y lentamente me pongo en pie, me paro en frente de mi ventana, la luz de la suya está encendida.
Mi celular vuelve a sonar y esta vez decido contestar.
-¿Hola? -la persona al otro lado de la línea respira profundo.
-Emma... -es Alejandro- Emma... -se escuchan sus sollozos- se ha ido Emma...
El celular se me cae de las manos, siento mi corazón encogerse tanto que me falta el aire y caigo sobre mis rodillas... veo a mi padre entrar corriendo a abrazarme y me suelto de su agarre... yo solo puedo gritar ¿por qué? ¿por qué pasa todo esto? qué hice mal. Mi padre intenta calmarme pero no puede sujetarme y salgo corriendo, no sé ni como he llegado hasta la puerta de su casa y Alejandro me detiene, me abrazo fuerte a él y me derrumbo en sus brazos.
-Quiero verlo -grito contra su pecho- ¡déjame pasar, quiero verlo!
-No puedo dejar que lo veas -me sujeta fuerte- no puedo -lo empujo con fuerza.
-¡Déjame! Déjame verlo yo necesito verlo -me tomó gentilmente de los hombros- no puedo mocosa, -lagrimas corrían por sus mejillas- fue su último deseo, el ultimo favor que me pidió. Quería que lo recordarás como esta tarde y no como está ahora, por favor no insistas... por favor -cayó de rodillas con sus manos cubriendo su rostro, se ve tan frágil, tan dolido.
Me arrodille junto a él en la puerta de su casa, mi padre llegó y nos abrazó a ambos.
La vida es corta, frágil y se va tal vez cuando menos lo esperamos, decía el sacerdote frente al ataúd, dudo que alguien le estuviera prestando atención, la señora Greta ha estado en un estado de trance y su esposo no la ha dejado sola en ningún momento, Alejo ha estado todo el tiempo con Mikaela y mi padre ha estado conmigo, aunque la verdad quisiera que quien estuviera conmigo fuera la persona que está dentro de ese ataúd, pero ya no se puede.
Ya no volveré a ver esos hoyuelos, a escuchar su sonora risa, no volveré a sentir sus suaves caricias ni a contemplar sus hermosos ojos, me recuesto en el hombro de mi padre y las lágrimas empiezan a salir, Alejo me toma de la mano y la sujeta fuerte, sus ojos esta hinchados de tanto llorar, el ya no va a estar mas en nuestras vidas, se fue para siempre.
Estar sola en mi auto me ha dado un poco de paz, no quise quedarme a mirar cuando la lanzaban tierra al ataúd así que me fui a mi auto a estar sola por un rato, me concentré en un niño que corría tras un globo a lo lejos del cementerio, escuche la puerta del auto abrirse.
-¿Terminó? -pregunté, él solo meneo la cabeza- también huiste, ya veo.
-Cuando hables con él en tus sueños, no le digas que sufrí tanto ¿vale? -reí, por primera vez desde esa tarde- te vestiste como a él le gustaba -asentí- no es la mejor forma de venir a un funeral.
-¿Quien dice que los pantalones y chaquetas de cuero no son la mejor forma de venir a un funeral? ¿Notaste que son negros? -reímos- ¿estuvo solo? -pregunté con la vista puesta al frente.
-No -respondió con la serenidad que había perdido desde esa noche- me llamó para que fuera a su habitación, me preocupe y fui corriendo, cuando llegué me pidió que me sentara a su lado, estaba sonriendo y dijo que me amaba, maldito idiota -rio mientras secaba sus lágrimas- me pidió que te cuidara, que cuidara a mis padres y que fuera un gran medico y me dio esto para que te lo entregara -me paso un sobre, al abrirlo me di cuenta que era la carta de admisión al conservatorio- estaba feliz porque dijo que te sentirías orgullosa.
-Siempre he estado orgullosa -sonreí- debió haber ido hasta ahí.
-Debió hacer muchas cosas, pero ya no estamos para eso -suspiró- él dijo que estaba feliz porque tú eres fuerte y que serias feliz, por favor cumple eso.
Suspiré
¿De verdad podré ser feliz sin él?
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Hasta que el amor termine
Teen FictionEmma es una joven con una vida aparentemente normal, que se dedica a sus estudios con devoción, de pocos casi ningún amigo, pero llegara alguien a su vida que descubrirá el secreto que esconde provocándole un sinfín de emociones.