Emma
Hoy es el día, las clases terminaron hace unas semanas y me fue tan bien como esperaba por ahora todo está saliendo bien, estoy terminando de meter en mi maleta lo que hace falta para el viaje, sé que Alejandro nos va a acompañar porque Gabriel se puede poner mal, espero que eso no pase, me asomo por la ventana y veo que los chicos están metiendo las maletas al auto del padre de los mellizos, alguien toca a la puerta.
-Pasa.
-¿Estas segura que no quieres que vaya? -no puedo evitar sonreír, soy consciente de lo malote que se ve mi padre ante el mundo, pero conmigo es un terroncito de azúcar, desde que se enteró del viaje a puesto muchos peros- ten en cuenta que pueden haber tormentas, a ti no te gustan las tormentas.
-Papá, voy a estar con Gabriel.
-Si, pero en su relación no se sabe quién debe cuidar a quien -en eso tiene razón.
-También va Alejandro papá -digo mientras meto los últimos cosméticos a mi maleta de mano.
-Pues ese muchacho es el que menos me inspira confianza de esa familia -no puedo evitar sonreír, él ha sido mi padre y mi madre la mayoría de mi vida.
-Voy a estar bien papá -digo acariciando su mejilla- te lo prometo -le sonrío- ya no soy esa niña tan pequeña he indefensa a la que defendías de los gatitos callejeros papá -pude notar en sus ojos un atisbo de lágrimas, pero solo fue eso- te prometo que estaré bien ¿vale?
-Espero que ese mocoso te cuide bien -me tomó en sus brazos y me dio un beso en la frente- vamos abajo que nos están esperando, te ayudo con eso.
Cuando bajamos la madre de Gabriel estaba en la acera llorando cual magdalena, Alejandro le acariciaba la espalda y Gabriel la abrazaba, se separaron al verme llegar, la señora me miró con algo parecido al odio, supongo que soy la culpable que su hijo se separe de ella por unos días, ellos terminaron de despedirse y cuando me despedí de mi padre subimos al auto los tres, Alejandro dijo que el conduciría porque si nos llevaba el padre de Gabriel la señora Greta insistiría en ir y en el aeropuerto se pondría peor, y ahora le doy la razón.
-¿Estas lista pequeña? -asentí levemente- será un viaje inolvidable ya lo verás -me incline para besarlo pero Alejandro nos interrumpió.
-Hagan el favor de comportarse, no pienso ver sus escenitas todo el camino- Gabriel y yo sonreímos, mi mirada se fijó en una maleta que llevaba Gabriel, era más grande que una de mano y más pequeña que una de equipaje.
-¿Qué hay en esa maleta? -pregunté y pude notar como Gabriel se ponía incomodo y Alejandro lo miraba por el retrovisor, al ver que nadie respondía volvía a hablar- bueno no es que sea importante -Alejandro suspiro pesadamente.
-¡¿No crees que ya es hora de empezar a sincerarte hermanito?! Ella es parte de tu vida ahora ¿le seguirás ocultando cosas? A mí no me molesta ser el portavoz.
-¡Basta! -le respondió Gabriel a Alejandro- yo... esto es... Emma es que...
-Es su equipaje de medicamentos, ahí hay un kit de primeros auxilios y medicamentos esenciales, también cosas que son indispensables en su tratamiento -respondió Alejandro, no dije nada más, estaba claro que por más que me esfuerce Gabriel no confía en mí, me dedique a mirar por la ventanilla durante todo el viaje hasta el aeropuerto.
Cuando llegamos a este Gabriel se ofreció a llevar mi maleta pero me negué, si él no quería mi ayuda yo no aceptaría la suya, después intentó hacerme conversación pero solo respondí cortante, sería demasiado incomodo el viaje y aún faltaba para embarcar, me tomo de la mano y me llevo hasta un pasillo apartado.
-Lo siento ¿okey? No es mi intención ocultarte cosas.
-Pues, aunque no es tu intención lo haces muy bien -espeté con frialdad.
-Pequeña es difícil para mí -me acercó a él, me rodeo con sus brazos y junto nuestras frentes- todo este tiempo he pasado esto solo con mi familia, estoy intentando incluirte en todo esto pero aún no me acostumbro, sé que tú ya lo asimilaste, pero para mí aún es muy difícil, no soy tan fuerte como parezco y tú lo sabes pequeña.
Tenía razón, todo esto es demasiado difícil para ambos, apenas somos unos jóvenes afrontando a este caos llamado vida.
-Solo quiero que te sinceres y cuentes conmigo -deje un casto beso en sus labios que habría podido ser más si no nos hubieran interrumpido.
-¡Nos va a dejar el avión si ustedes siguen besuqueándose en todos los rincones que encuentran, no pienso ser su niñera ¿me entendieron?! -nunca sentí tantas ganas de asesinar a alguien.
Al final nos reconciliamos y subimos al avión.
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Hasta que el amor termine
Teen FictionEmma es una joven con una vida aparentemente normal, que se dedica a sus estudios con devoción, de pocos casi ningún amigo, pero llegara alguien a su vida que descubrirá el secreto que esconde provocándole un sinfín de emociones.