Gabriel
Emma lleva más de tres días sin hablarme después de lo que hablamos en el colegio ¿de verdad le importo que desapareciera? Ella no parece ser de las que se preocupan por los demás o bueno tal vez si pero no lo demuestra, tengo que disculparme con ella por lo que sea que haya pasado y se dónde la puedo encontrar a estas horas de la noche, ahora debo usar el auto de mi madre para salir de casa porque me prohibió viajar en moto y todo sea por hacerla feliz a ella.
Cuando llegue al bar estaba igual de lleno de siempre y aún no había empezado la función de su grupo, me senté en una de las mesas alejadas de la tarima porque no quiero que ella me vea por ahora, pedí un refresco y me dedique a observar a esa increíble chica que parecía una ángel que aunque sin alas podía volar, su voz angelical deleito a mis oídos con tres canciones y luego su grupo bajo del escenario indicando que su función terminó.
Necesitaba hablar con ella y supuse que saldría por la puerta trasera y me dirigí hacia ahí, cuando me acercaba escuche una discusión, no, no estaban discutiendo un hombre estaba hablando de una forma muy extraña -Parece que el ratón se te comió la lengua, canta para mi princesita- ¿cantar para él? ¡Maldición es Emma, ella está en peligro! Corrí hacia ellos y escuche un golpe y luego a Emma gritar ¡Maldito infeliz! Cuando llegue a ellos tome su cuello y lo golpee varias veces hasta que cayó al piso.
Emma estaba en el piso y temblaba poco, pero se veía que estaba muy nerviosa, la tome en mis brazos y la lleve hasta mi auto, le puse mi chaqueta de cuero, pero ella solo miraba sus manos que sostenía sobre sus piernas, estuvimos en silencio unos minutos.
-¡Ese maldito! Te aseguro que lo pagará caro –ella seguía mirando sus manos y no respondió nada- Te sacaré de aquí ¿quieres ir a tomar algo? –ella solo asintió y me dispuse a conducir, a veces volteaba a mirarla y ella solo miraba por la ventana, al principio creí que iba a llorar pero no lo hizo, la llevé a la cafetería que estaba al otro lado del pueblo y cuando le abrí la puerta ella salió del auto y me abrazó con fuerza, su corazón palpitaba muy fuerte y su respiración estaba muy agitada se notaba que aún estaba asustada, le acaricie la espalda suavemente y se empezó a calmar.
-¿Ya estas mejor? –Ella asintió y se separó de mí lentamente pero aún no levantaba su mirada - ¿Entramos? –ella volvió a asentir y le tome de la mano para entrar a la cafetería.
Dentro no había muchas personas, era un poco tarde y no es fin de semana entonces las personas suelen estar en casa, una señora se acercó a nosotros y nos tomó la orden.
-Un jugo natural por favor ¿tú qué deseas Emma? –Ella miró a la señora y cuando levantó su rostro pude ver su mejilla roja, la rabia se encendió en mi interior si algún día vuelvo a ver a ese infeliz juro que le partiré la cara-
-Una malteada de chocolate por favor –le dio una sonrisa a la señora y esta al verle la mejilla me vio con cara de desaprobación y se fue con el ceño fruncido murmurando algo- gracias -dijo Emma posando su mirada de nuevo en la mesa, tomé su mentón y levante su rostro para que me mirara, ella tenía su mirada un poco perdida, acaricie su mejilla con mi pulgar lo que causó que sonriera –Gracias de verdad-
-No tienes nada que agradecer –le sonreí- le diremos a tu padre lo que pasó y estoy seguro que tomara cartas en el asunto –ella meneó la cabeza.
-No hagas eso por favor –dijo mirándome con súplica- si mi padre se entera no me dejará volver al bar y las personas podrían darse cuenta de quién soy.
-No puedo creer lo que estás diciendo Emma ¿te das cuenta de lo que pudo haber pasado si no llego a tiempo? Quien sabe que cosas te habría hecho ese hombre –mi rabia empezó a florecer de nuevo- no pienso dejar un criminal como ese suelto por ahí.
-Sería el final de mis sueños, entiéndelo por favor –me miró y pude ver la tristeza en sus ojos, nunca la había visto en ese estado- sé cómo es mi padre y no se quedará de brazos cruzados, se hará un gran alboroto con todos esto –lo medite por un momento ella tenía razón por todo lo que ha luchado se iría al carajo por un maldito infeliz.
-Está bien, pero debes prometerme una cosa –hice una pausa y ella me miró con curiosidad- promete que no saldrás de nuevo sola de ese lugar ¿nunca creíste que algo así podía pasar? ¿Qué piensan tus compañeros al dejarte sola? De ahora en adelante saldrás con ellos y no te la pasaras sola en la mitad de la noche a la salida de un bar.
-Entendido mi general –sonrió y se llevó una mano a la frente como si fuera militar, menee la cabeza y le brinde una sonrisa.
Después de eso llegaron nuestras bebidas y Emma llamó a su padre para decirle que estaba conmigo, al parecer al señor no la hizo mucha gracia pero Emma me dijo que lo entendería.
-Lo de llegar tarde ya lo has solucionado, pero como vas a disimular eso –dije señalando su mejilla, ella pareció recordarlo y se frotó su mejilla con su mano inmediatamente hizo una mueca de dolor- ¡Señora puede venir por favor! –La mesera se acercó a nuestra mesa con el ceño fruncido- ¿podría traerme una bolsa de hielo por favor?
-Es el colmo que después de hacerle lo que le hizo intente arreglarlo de esa manera.
-Él no lo hizo señora, él fue quien me defendió –dijo Emma con voz suave y la señora relajo su expresión, asintió y se fue por los hielos- disculpa por eso-dijo Emma dirigiéndose a mi.
-No hay problema, parece una persona que se preocupa por el bienestar de los demás.
Después llegaron los hielos y estuvimos ahí un rato más mientras desaparecía la hinchazón de la mejilla de Emma, cuando ya casi no se notaba nos dirigimos hacia su casa, me estacione enfrente de esta y Emma miró por la ventana las luces de la casa estaban encendidas.
-Mañana te llevaré al colegio, si quieres claro y después vamos por tu auto ¿te parece? –ella asintió con una sonrisa, se ve hermosa cuando sonríe.
-Gracias por todo –dijo suavemente luego abrió la puerta y se fue.
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Hasta que el amor termine
Teen FictionEmma es una joven con una vida aparentemente normal, que se dedica a sus estudios con devoción, de pocos casi ningún amigo, pero llegara alguien a su vida que descubrirá el secreto que esconde provocándole un sinfín de emociones.