VII

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No sé cómo serán las cosas ahora, tal vez Gabriel no estaba hablando en serio y me estaba tendiendo una broma ¿Y si de verdad era una broma? No, no, no eso no puede ser porque si lo era significa que abrirá su bocota ¡ay Dios ayuda! El ruido de mi celular me saca de mis pensamientos...

Gabriel: Hola querida amiga mía, supongo que no estás haciendo nada en el receso así que ¿vienes al parque que está detrás de los baños? Ah y trae refrescos.

No puedo evitar mi cara de molestia, es un maldito infeliz y si cree que podrá chantajearme y burlarse de mi está muy equivocado. Me dirijo hasta el parque donde me dijo que estaría y ahí esta con los zapatos sobre la banca y sentado en el espaldar de esta, aparte de él no hay nadie más en el parque ¿Por qué este lugar esta tan solo en el receso? Es extraño, todos saben que existe

-Ey Emma –grita Gabriel levantando una mano, como si no lo hubiera visto ya- viniste al fin.

-¿Acaso tenia de otra? –pregunto con ironía a lo que el frunce un poco el ceño-

-¿Trajiste los refrescos? –dice volviendo a sonreír-

-Si mira –le entrego uno de los refrescos que llevo-

-Ten –me ofrece un sándwich- le pedí a mi madre que los hiciera esta mañana porque ya tenía planeado almorzar contigo –me guiño el ojo a lo que respondí con una mueca de desagrado-

-¿No puedes prepararte un sándwich solo? ¿Piensas obligarme a comer contigo todos los días? ¿Si me niego se lo dirás a todo el mundo? ¿De verdad quieres tener una amistad conmigo? ¿Por qué? Si es una broma todo esto te juro que te golpearé, mi padre es el jefe de la policía de aquí y me enseñó defensa personal y te juro que... –solté todas mis preguntas sin hacer siquiera pausas para respirar, solo observo su expresión de confusión-

-Wow, wow, wow calma mujer respira un poco, empecemos por la primera ¿vale? Bueno si sé prepararme un sándwich pero me pareció conveniente pedírselo a mi madre, no pienso obligarte a comer conmigo si ni siquiera lo hice hoy –dijo levantando las manos como si fuera lógico yo solo rodee los ojos- si me interesa una amistad contigo, porque tengo un interés personal en ello, no es una broma pero lo de la defensa personal es interesante, tal vez deberías enseñármelo –me guiño de nuevo el ojo ¿Qué se cree este?-

-¿Cuál es ese interés personal tuyo? –Dije sentándome en la banca y empezando a comer mi sándwich-

-Pues veras, cuando era pequeño mi abuelo solía tocar la guitarra y cantarme algunas canciones para niños o románticas, me decía que así podía recordar a mi abuela, el cantaba de una forma impresionante, tanto que se me erizaba la piel de solo escucharlo, el me enseño a tocar la guitarra pero antes que pudiera enseñarme a cantar como él, dejó este mundo –dijo sin mirarme, solo tenía su vista clavada al frente- antes de partir me dijo que eso no se aprendía si no que se sentía, nunca volví a sentir lo que me causaba escuchar a mi abuelo, hasta que el otro día entre al dark lights y te escuche cantar, no sé, simplemente me devolví al pasado y recordé eso ¡pero resulta que la señorita de la voz prodigiosa era todo un misterio! –Dijo girándose hacia mí con una mirada de desaprobación y una medio sonrisa- hasta que la vida se apiado de mí y supe tú identidad y para mi sorpresa eres mi vecina –se le ensancho una sonrisa, yo solo solté un suspiro-

-Ahora recuerdo que dijiste algo así anoche –dije sin dejar de mirar lo que quedaba de mi sándwich- pero no me imagine la historia que tenia de fondo –levante mi mirada hacia el, que me veía expectante- no sé si lo mío sea enseñar yo solo canto y ya, no tengo ningún secreto o algo por el estilo no es como si hubiera una fórmula mágica para eso.

-Supongo que no la hay pero tú solo deja que vea como lo haces, siento que así sabré como hacerlo ¿Puedo hacerte una pregunta?

-Está bien –hice una pequeña pausa- solo si no es algo muy extraño –dije entrecerrando los ojos, rio un poco-

-¿Por qué si eres tan talentosa y bonita te escondes y no revelas tu identidad?

-Yo... -en ese momento me quede sin palaras ¿debía responder? si lo hago lo dejare conocer una parte de mí, bueno él ya sabe prácticamente la mitad de mi vida, da igual- simplemente no canto para la fama o algo por el estilo, no me interesa que la gente me reconozca, por mi mejor que no lo hagan porque detesto ser el centro de atención, bueno eso es irónico ya que lo soy cuando estoy en el escenario, pero eso termina cuando me bajo de el y vuelvo a ser yo, y eso me gusta poder hacer lo que más me gusta en la vida y también ser invisible sin que la gente pueda opinar en mi vida.

-O sea que tienes dos personalidades.

-Nooo claro que no –digo negando con la cabeza- solo me gusta cantar pero no me gusta ser observada por la gente, me gusta pasar desapercibida, y eso solo lo logro si las personas no saben que soy yo quien canta.

-Eso tiene sentido, no eres de las personas que les gusta les impongan las cosas y eso es lo que pasa con los famosos, algunos solo viven de apariencias.

-Vale, vale mucho hablar de mí pero ¿Cómo es eso de que tocas varios instrumentos? -¿de verdad estoy preguntando por su vida? Si hace unos minutos me parecía una persona demasiado molesta, pero al parecer este sujeto no es un idiota como pensé anoche después de lo que paso-

-Pues... -pareció pensar muy bien lo que iba a responder- simplemente he tenido bastante tiempo y los instrumentos se me dan fácil.

-Vaya creí que habría una historia más larga de fondo –sonrió un poco y pude notar que se hacía un hoyuelo en su mejilla izquierda, al parecer este sujeto no me incomoda para nada de hecho se siente cómodo estar con él, espera... ¿Qué carajos estoy pensando?

Hasta que el amor termineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora