Hasta que el amor termine

XVIII

-Él necesita mucho de alguien en estos momentos -las palabras de la psicóloga retumbaban en mi cabeza mientras corría por el pasillo del colegio, cuando llegué a la sala de música ahí estaba él sentado con su cabeza inclinada hacia el piano, tenía sus manos sobre las teclas pero no tocaba nada, a lo lejos pude ver como lágrimas bajaban por sus mejillas ¿qué le estará pasando? -solo no lo presiones ¿está bien? – me decidí a seguir, no había estado tan nerviosa desde hace mucho, yo no sé consolar personas y es lo que debo hacer ahora, me dirijo hacia él y me posiciono al lado del piano.

-La madera suele expandirse con la humedad -¿de verdad? ¿no se te ocurre nada mejor?

-No es como si lloviera a cántaros pequ... -hizo una pausa para tomar aire y prosiguió- Emma ¿qué haces aquí?

-Bueno alguien me enseñó que podía entrar siempre y cuando no hiciera nada malo -dije mientras me sentaba a su lado en la banca del piano

-Estabas en consulta ¿verdad? -solo me limite a asentir- lamento todo lo que escuchaste, la verdad no hablaba de nada en específico yo solo... creo que colapsé y pues...

-Inscribí el grupo en el evento al que me llevaste el otro día y nos aceptaron, al parecer Anonymous tendrá una presentación en una plataforma diferente, los chicos están muy emocionados y todo es gracias a ti porque tú lo sugeriste y pues...

-Lo sugerí pero fueron ustedes los que tomaron la decisión.

-Igual fue tu sugerencia... -y de nuevo nos hundimos en ese silencio incómodo- me preguntaba si tal vez querías venir a un ensayo conmigo, sé que me lo pediste hace tiempo espero que aun estés interesado -dije jugueteando con mis dedos sobre mi regazo-

-Esta bien -de soslayo me pareció ver un atisbo de sonrisa en su rostro- ¿te parece si vamos en moto?

-No es como si tuviera otra opción -no pude evitar sonreír-

Gabriel

Es como si ella tuviera un imán que me atrae simplemente por mas que quiero no puedo alejarme es demasiado difícil, todos estos días me la he pasado intentando estar lejos de ella pero solo he causado un revuelo en mi cabeza, ahora voy con ella a uno de sus ensayos y aún no sé ni por qué acepté lo único que sé es que no quiero y no puedo estar lejos de ella.

llegamos a una pequeña casa y nos dirigimos hasta el garaje, cuando entramos Emma saludó a todos con un abrazo y un beso en la mejilla -parece que aquí todos son bastantes cercanos- yo solo me limite a recostarme en el marco de la puerta a mirar la que para mí era una muy extraña escena.

-Chicos él es mi amigo Gabriel. Gabriel ellos son: Harold el líder del grupo -este solo asintió un poco- y guitarrista, él es Matías nuestro baterista -él solo sonrió- y Juan el pianista -él sí me saludó muy eufórico batiendo la mano en el aire, a todos los presentó con una gran sonrisa así como cuando se está muy orgulloso de algo- Me alegro que al fin todos mis amigos se conozcan.

-Es un gusto conocerlos chicos -me limite a decir-

-¿Tocas algo? -dijo Harold y los demás ante el comentario empezaron a reír, Emma tiene cara de confundida se ve adorable- bueno me refiero a algún instrumento.

-Si la guitarra, el piano y algo de violín.

-No esperaba menos del único amigo que nos ha presentado Emma -esta vez fue Matías quien habló y me veía con el ceño fruncido-

-Pues desde que era pequeño toco la guitarra, creo que es mi zona de confort -dije mientras me sentaba en uno de los bancos-

-Entonces toca algo y nosotros te seguiremos -me retó Matías- a ver que tan bueno eres tocando.