DULCE TENTACIÓN ///EDITANDO\\\

Prólogo

Lauren ya perdía la cuenta de las veces en que era sentada en aquella incómoda silla de madera con un cojín desgastado.

—Han sido muchas veces las que he estado aquí, señorita Hamilton —dijo él, refiriéndose a las ocasiones pasadas—. Esta es la última vez que la quiero ver en mi oficina —Ella simplemente rodó sus ojos cansados de siempre escuchar lo mismo, sabía que él la prefería allí.

Ella sin decir palabra alguna empujó sus hombros hacia arriba, levantó sus piernas del asiento y se acercó al director Ellington, que estaba sentado al borde de su escritorio con las manos recargadas sobre él. La joven sonrió de lado, posando sus delgados dedos sobre la tela de la corbata del director, con su boca muy cerca de la de él y su cabello negro cayendo a ambos lados de su rostro angelical.

—¿Está seguro de que quiere que sea la última vez que me vea aquí, director?

El ojo azul se limitó a tomar las muñecas de la señorita y las retiró de golpe, asintiendo. Algunas podrían haberse ido resignadas, pero no Lauren. Antes de darse la vuelta, volvió hacia él en un golpe brusco donde ambos pechos se golpearon entre sí, y ella tomó su cuello y acercó sus labios rosados al oído de él.

—Dígale a su entrepierna que no se contradiga con lo que dice su boca, director.

Ella estaba dispuesta a salir de ahí con la frente en alto, como de costumbre, cuando un jalón la hizo regresar a donde estaba inicialmente. Ahí estaba ese hombre frente a sus ojos, a su disposición, con los ojos brillantes, su pecho subiendo y bajando con velocidad, sus manos desesperadas por tocarla. El director Ellington ya estaba en sus manos y no había hecho el mínimo esfuerzo en lograrlo.

La preparatoria Walter Payton es conocida por su falta de ética y moral entre profesores y alumnos, pero ¿es el director el verdadero promotor de esta conducta?

Las tentaciones están a tu alrededor, y la de él se encontraba frente a sus ojos, con un rostro angelical y una actitud desafiante.