Capítulo 38

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El fin de semana pasó rápido, ya era domingo, una noche antes de entrar al colegio. Chris tenía el turno de la mañana y Henry de la tarde, mi padre había logrado traer mi Jeep así que podría ir y venir por mi cuenta. Mi novio tuvo que ir a la escuela donde impartirá clases a recoger unos papeles, me había quedado con Evans, nosotros ya estábamos acabando de tener sexo.

Recargue mi cabeza en su pecho y con mi mano libre dibujé sus tatuajes, encendió un cigarrillo y me lo pasó, aspiré y después oímos que abrían la puerta principal. Comencé a vestirme de inmediato, Chris salió para entretenerlo y así yo pudiese salir sin que me viese.

Abrí la puerta de la habitación y pase corriendo por el pasillo hasta llegar al último cuarto que había.

Me acosté en la cama, solté un gran suspiro. Me tapé con la pequeña sábana que había y encendí la televisión, entro Henry minutos después. Sonreí.

—¿Qué tal te fue, amor?—pregunté mientras gateaba en la cama hasta llegar a él, toque su corbata entre mis dedos, lo atraje hacia mis labios y velozmente me atrapó.

Sus brazos me cargaron, mi espalda tocó la pared, mis piernas se enrollaron en su cintura. Sus húmedos besos empezaron a recorrer otro horizonte, haciendo un camino desde mi cuello hasta el valle de mis senos.

Se separó y pasó su mano por mis clavículas.

—¿Qué es esto?—Murmuró mientras fruncía su ceño y tocaba suavemente—Está morado y no es uno, son varios.

Me bajé de sus caderas y corrí al baño, miré los pequeños moretones que tenía en la piel. Los toque y dolió, seguí revisando, había en todo mi cuerpo.

—Estoy seguro que no son chupetes—Contestó Henry—Tiene que ser algo más, lo tienes en casi todo el cuerpo, vayamos a un doctor.

—Christopher estudió medicina, preguntémosle a él.

Estaba sentado en el sofá viendo la televisión.

Me senté a su lado y Henry igual.

—Lauren tiene moretones en todo el cuerpo y no son chupetones, me preocupa—Dijo directamente—¿Puedes revisarla? Ella dice que estudiaste medicina.

—Sí, sí estudié medicina—Murmuró, se levantó del sofá—Síganme.

Seguimos su camino hasta llegar al comedor, quitó las cosas que había en la mesa y entendí que me tenía que acostar ahí.

—Por suerte, traje mis cosas para hacer revisión—Murmuro, salió de aquel comedor y escuché que entró a su habitación, salió cargando unas cajas—Henry, en esta caja buscaras un libro azul de pasta gruesa.

Mi novio asintió y empezó a buscar, Chris saco sus instrumentos, miro mi cuello y se acercó a revisar.

—Que raro—Murmuró—¿Ya los habías tenido antes?

Asentí—:Cuando tenía 14 años me pasó igual, me llevaron al doctor y creo que dijeron que era anemia o algo así.

Siguió revisando, me pidió que me levantara y quitara la blusa, miro mi espalda.

—Demonios, Lauren—Soltó sorprendido y asustado—La espalda está cubierta de moretones.

Henry soltó la caja y se acercó a mirar, su reacción fue la misma.

—¿Qué es?—Pregunté asustada—¿Qué tengo?

—Te llevaremos al hospital ahora mismo, toma tus cosas—Soltó exaltado Henry.

Hice lo que me pidió, bajé de la mesa y salimos del edificio, entramos al auto de Chris y manejó hasta llegar al hospital. Me atendieron de inmediato al decir mi nombre, como de costumbre, llegó el doctor y me revisó.

DULCE TENTACIÓN ///EDITANDO\\\Donde viven las historias. Descúbrelo ahora