DULCE TENTACIÓN ///EDITANDO\\\

Capítulo 30

—Sí, padre fuimos a su casa y estaba solo. La contraseña es 563900.

Después de haberle dado lo que necesitaba me sentí culpable, fui a la casa de Henry, él estaba esperándome en el sofá mientras veía la televisión bastante serio, se notaba a leguas que está molesto.

—¿Sí sabes que son las 10 pm?—Rodé los ojos—Lauren, me dejaste como idiota esperándote. Quería pasar el día contigo, incluso hice la maldita cena aunque parece ser que ya cenaste y hasta comiste el postre.

Apagó el televisor y se fue molesto a la habitación, escuche como la azoto y entre al grupo que tenía con mis socios, vendrían por mí y festejaríamos mi cumpleaños. Mientras esperaba que llegaran, fui a la habitación y Henry estaba sobre la cama, globos, champagne, frutas afrodisíacas, vino rosado y pétalos de rosas rojas. Lo único malo es que él ya estaba tratando de dormir.

—Lamento no haber llegado a tiempo, tuve que atender negocios, Henry. Mi padre me llevó a ver el departamento en Canadá—Mentí—Es bastante hermoso, no puedo esperar más tiempo para a irnos.

Soltó su típico Hmmm, lo destapé y me subí sobre él.

—¿Qué deseas, Lauren? Suficiente tengo con esto del maldito compromiso, cuando estaba contigo antes de todo esto, el compromiso, la cena con tus padres, el viaje al Reino Unido... Todo era maravilloso, parecía que estaba con la mujer que había soñado, actuaste todos estos días y eso sólo hizo ocultarme de todas las cosas malas que tienes y no veía a la verdadera Lauren, la heredera de un imperio e hija de papi. Sólo me mostrabas lo que quería ver y no a la real Lauren, ahora sólo veo arrogancia, egoísmo y aires de grandeza. No eres más que una persona altanera y sin nada aquí adentro—Tocó mi pecho, mi piel se estremeció—En tu corazón, podrás tener todo el dinero, departamentos, mansiones, penthouses, lo que sea menos amor verdadero y felicidad pura. Eso no lo podrás tener jamás, y esa es tu maldición.

Le solté una bofetada en su mejilla derecha, me bajé de él, abrí el clóset y saqué mi mejor vestido junto con zapatillas.

—No me esperes, iré a festejar mi cumpleaños y logros. Que se podía esperar de una persona que no es millonaria de nacimiento. Te di mi mano y la usaste para abofetearme.

Fui al vestidor, me cambié y recibí un mensaje de Harrison diciéndome que estaban a fuera esperándome, salí de la casa y corrí a la limusina.

—¡Heeey!—Grité al entrar, estaban mis socios, amigos y otras personas de alto rango social. Todos sonrieron y gritaron al verme.

—¿Estás lista para la mejor noche de tu vida, Lau?—Preguntó ansioso Tom Turner.

—¿Es una broma? ¡Esperé toda mi vida para esto!

La limusina empezó a manejar, tardamos en llegar al destino ya que había bastante tránsito en la ciudad. Miré a todas las personas esperando ver a Henry pero no, no estaba. Había olvidado la discusión que tuvimos previamente.

Mi socio se había sentado a mi lado, del bolsillo de su fino saco sacó una bolsa llena de polvo blanco. Lo miré asustada, me acercó aquella sustancia y negué.

—¿Qué pasa?—Preguntó el británico suspirando—¿Problemas en el paraíso con el profesor?

—Es un imbécil—Murmuré. Puso su mano en mi pierna mientras negaba.

—Es una pena que no sepa valorar a una mujer tan...—Me miró detalladamente—Inteligente y hermosa.

Sonreí y puse mi vista en el hombre de enfrente. Tom Harrison estaba apreciando dicha escena. Rápidamente se acercó a mi lado izquierdo.