Capítulo 34

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—Lauren, tienes 5 minutos para salir de esta pocilga—Gritó mi padre desde a fuera de la casa de Chris. Cubrí mi boca para evitar soltar un sollozo—Sino sales aventaremos una granada así que tú decides.

Quise salir del baño del sótano.

—Lauren, ¿qué demonios haces?—Murmuró Chris mientras me jalaba del brazo—No te dejaremos ir.

—Lanzarán una granada, ¿Sabes lo que es una granada? Nos volaría en mil pedazos a los tres—Murmuré, Henry me abrazó fuertemente por la espalda. Chris hizo lo mismo.

—No creo que sea capaz de hacer eso—Murmuró Chris.

—No sabes lo que dices, es completamente capaz de hacerlo.

Negué—:Realmente no conoces a mi padre. Fue capaz de asesinar al padre de Esther y al mejor amigo de su hija. ¿Aún crees qué no es capaz?

Me separé de sus brazos y limpié mis lágrimas, abrí la puerta del baño, vi un botón de seguridad en la barra y Henry pareció notarlo también. Caminé hasta llegar a él. Lo toqué enseguida, Moore me adentro de nuevo al baño, al parecer Chris había encontrado la pequeña puerta donde solía escaparse cuando era un niño.

—La camioneta está enfrente, tenemos que salí muy rápido, Lauren—Asentí y primero salió Ellington, después yo y por último Henry. Caminamos lentamente por el matorral tratando de no hacer ruido.

Estábamos detrás de ellos, rápidamente se adentraron a la casa de Chris, subimos a su camioneta y éste manejó de inmediato.

—La policía llegará y verá que están haciendo allanamiento de morada—Asentí.

—Lamento que tengan que destruir tu hogar, Chris—Solté en un sollozo, sentí los brazos de Henry dándome calor—¿Cómo nos habrán encontrado?—Las compras en el mall más cerca—¿Usaste tu tarjeta para comprar las cosas?

—Sí pero no sabía que harían eso—Murmuró—Lo siento tanto, Lauren.

—Mi madre puede depositarme el dinero de los hoteles—Talle mis ojos—Préstame tu celular, Henry. La llamaré.

Éste rápidamente me lo pasó,  marqué el número de mi madre y rápidamente contestó.

—Madre, me encontró. Estoy en Boston—Murmuré lo último—Necesito dinero. Me iré a Italia o algún otro país, incluso a algún continente. Con tal de que no me encuentre.

—Te veré en Ohio, Lauren. A las 9 pm, llegaras rápido si Chris se va por una avenida menos concurrida—Colgó de inmediato y le pasé la información a mis acompañantes.

—¿Cómo sabemos que no es una emboscada?—Murmuró Henry—Seguramente ahí estará tu padre.

Chris me movía de los hombros fatídicamente, mientras que Henry gritaba mi nombre una y otra vez, decidí abrir mis ojos de golpe y después poco a poco para evitar que la luz me lastimara la vista.

—¿Estás bien?—Los miré borrosos, talle mis párpados con mis dedos hasta que volví a abrirlos—¡Estabas gritando!

—¿De qué hablas?—Murmuré mientras me estiraba y volvía a taparme con las sábanas—Estaba dormida, idiota.

Rodaron los ojos y salieron de la habitación, había tenido una mala pesadilla, ni siquiera recuerdo a qué hora terminó el acto sexual que habíamos tenido anoche, me levanté de la cama y tomé la sábana cubriendo todo mi cuerpo incluyendo mi cabeza y sólo dejando mi rostro a la vista.

Bajé las escaleras con cuidado de no caerme y rodar hasta llegar al piso de abajo, llegué a la sala donde ambos estaban sentados en el sofá mientras veían las noticias, me senté en medio de ellos. Le quité el control a Chris, busqué entre tantos canales hasta que encontré mi película favorita: Clueless. Adoraba ese filme con toda mi alma, claramente se parecía un poco a mi vida sólo que sin el padre loco que mató al mejor amigo de su hija y la quiere obligar a casarse con alguien sólo por el que dirán de la sociedad y pueda crecer su fortuna aún más aunque parte de ese tesoro dorado ya era mío. Tendría que regresar a Los Ángeles, ir a mi departamento y buscar aquellos papeles donde estaba el contrato.

—¡Hey!—Se quejó Chris—Llevas un día aquí y ya te sientes la dueña del control.

—Cher es de lo más existencialista que pueda haber en el planeta—Murmuré—Es demasiado buena la película, tienen que verla.

Ambos se levantaron del sofá y caminaron hasta la cocina, rodé mis ojos y me recosté, aprovechando el espacio que dejaron.

—Iré a traer comida—Dijo Chris mientras tomaba su chaqueta y la llaves de la camioneta.

Rápidamente mi sueño apareció en mi mente, Chris trayendo comida, Tom y mi padre encontrando la casa, huyendo de la cabaña y de Boston.

—Sí va uno, tenemos que ir todos—Murmuré—No quiero que te suceda nada, por favor.

Rodó sus ojos de nuevo y torcí la boca, me levante del sofá y subí rápidamente a la habitación buscando por unas pantuflas, corrí bajando las escaleras y tomando el abrigo de Henry del perchero, salimos de la casa.

—¿Te quedarás?—Le pregunté, éste asintió—Llámame si ves algo inusual, ¿sí?
Me acerqué a besar sus labios y subí velozmente a la camioneta de Chris, me abroché el cinturón y éste comenzó a manejar hacia la civilización.

—¿Qué tal anoche, huh?—Preguntó—Ésta mañana estabas gritando mientras dormías, Henry y yo nos preocupamos bastante. ¿Todo bien aquí?—Tocó ligeramente mi cabeza, sonreí—Hablo en serio, Lauren. Aquellos gritos parecían sacados de una película de psicosis.

Suspire mientras subía mis piernas al asiento y prendía la calefacción del auto, me arropé en el abrigo.

—Tuve un mal sueño, Tom nos encontraba y después teníamos que huir de aquí—Murmuré, recargué mi rostro en mis rodillas—Todo esto es mi culpa. Creo que este desastre ocurrió desde que Shawn King apareció en mi vida.

—Sí, hablando de aquel empresario, ¿Qué pasó con él? Tu padre parece tenerlo en un trono pero tú...—Se quedo callado mientras veía la carretera—Pareces odiarlo.

—Digamos que un adulto de 28 años le robó su infancia a una niña de 14—Murmuré, llegamos al centro—Y bien, ¿Qué comeremos?

—¿Pizza?—Contestó mientras señalaba Pizza Hut a lo lejos, sonreí.

—Parece que me conoces bastante bien.

—El haber follado tu trasero anoche me traspasó todos los conocimientos y datos sobre ti—Reí a carcajadas.

—Estudiar medicina y haber dirigido una preparatoria por 6 meses no te quitó lo tonto, Ellington—Palmeé su hombro, bajamos de la camioneta, entramos al local y ordenamos cinco pizzas, media hora después nos entregaron nuestro pedido.

Guardamos la comida en la cajuela y seguimos caminado por el Mall, encontramos una tienda de ropa donde en los aparadores yacían prendas de otoño-invierno.

Una vez más, mi sueño se hizo presente. Detuve mis intenciones de gastarme todo mi dinero en ropa, lo que sí compramos eran edredones grandes y gruesos para evitar que los fuertes fríos nos congelaran. También compramos un nuevo colchón y cama, esta vez no era una matrimonial sino una king size.

—Esperemos que Henry no esté molesto de que compartiremos la cama de nuevo—Bromeé.

—Quizá hasta le guste de nuevo y ahora quiera estar atrás.

Volvimos a reír, manejó devuelta a casa, éste tocó el claxon esperando a que Moore saliera y pudiera ayudarnos a meter las cosas que compramos. Habíamos pagado todo en efectivo, para evitar que nos rastrearan con la tarjeta.

—¿Cuánto tiempo nos quedaremos aquí?—Murmuró Henry—No me malinterpreten. Amo el lugar, es sólo que quiero salir sin que Lauren o tú estén mirando a todos lados.

Apreté fuertemente mi mandíbula, solté el pedazo de pizza y subí las escaleras hasta llegar a la habitación, me arrojé a la cama y de inmediato se desarmó la base. Los tontos no supieron cómo armarla.

DULCE TENTACIÓN ///EDITANDO\\\Donde viven las historias. Descúbrelo ahora