Capítulo 3

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Son las 7 de la mañana, estoy muerta. Tengo unas ojeras que ni el maquillaje es capaz tapar.
Me quito el pijama y le doy la toma a Pablo, me relaja y me da mucha paz compartir con él estos momentos, se duerme y lo vuelvo a acostar en la cuna.
Me ducho rápidamente y me visto, una falda negra de piel y una camisa blanca.

Desayuno y le dejo la leche preparada a mi madre en la nevera para la siguiente toma. Tengo que estar en los juzgados a las 9.

De camino al juicio repaso el caso mentalmente, cuando llegó ya me están esperando la clienta y Sol, mi compañera y amiga, para entrar en la sala.

Termina el juicio sobre las 12, hemos conseguido lo que queríamos, así que estamos felices.
Sol me propone ir a tomar un café para celebrarlo pero me excuso diciéndole que tengo que darle la toma a Pablo, es mentira pero quiero pasarme por el hospital antes de volver a casa.

Entro por la puerta y me dirijo a recepción, saludo y voy a preguntar por la Dra. Izquierdo cuando, la veo aparecer con su pijama de animalitos y su inseparable sonrisa, la verdad es que es preciosa, en otra época sería mía sin dudarlo.

-Hola Malú, ¿estás bien? ¿Le ha pasado algo a Pablo? Ahora aviso a Hugo.

Le cojo la mano porque iba a llamar y le digo +venía a verte a ti, ¿podemos hablar?

-Si claro, acompáñame a mi despacho o prefieres que tomemos un café

+Un café

-Perfecto, pues vamos a la cafetería, ¿seguro que estáis bien? No tienes muy buena cara.

+Sí tranquila.

Nos sentamos en una mesa bastante apartada, deja su busca y su fonendo a un lado de la mesa y me mira, supongo que esperando a que hable.

Se acerca el camarero y me mira

*¿qué desea señorita?

+Un zumo de naranja

*Doctora usted lo de siempre ¿no? Ella asiente con la cabeza y el camarero desaparece.

Ahora sí, me armo de valor y le digo:
+lo siento de verdad, estaba muy nerviosa y no entendía nada, además Hugo me ha dicho que tú defiendes a todo el mundo.

-no te preocupes, ya lo he olvidado. Hugo es un excelente médico y todo saldrá bien.

+quería pedirte un favor...

-claro, lo que quieras

+quiero que lleves tú el seguimiento de Pablo, antes de que digas nada, he hablado con Hugo y le parece bien, de hecho me lo ha dicho él, tú eres hematóloga también y es lo mejor para mi hijo

-Está bien, lo pensaré

+Necesito irme de aquí con un sí por favor –la miro a los ojos y me rompo, creo que no había llorado desde el día de la noticia. Ella se levanta, me ofrece un pañuelo y me da un pequeño abrazo, aunque yo me aferro a su cuerpo como si fuese un bote salvavidas–.

Me recompongo y nos volvemos a sentar frente a frente, le pido que me explique todo, el pronóstico, el proceso, los síntomas y cualquier cosa que pueda tener mi hijo, a cada palabra que dice una parte de mi va muriendo pero ella me va sonriendo y cuando nota que voy a llorar me aprieta la mano, me da una descarga eléctrica y creo que ella también la ha notado porque las dos hemos apartado rápidamente nuestras manos y nos hemos quedado mirando.Sigue respondiendo a mis preguntas y tranquilizándome hasta que le suena el busca y me dice:

-lo siento, tengo que irme... –Me mira con una cara que no sé descifrar pero me gusta–.

+no te preocupes, te espero aquí si me dejas

-sí claro, pero no se cuanto tardaré, si te cansas de esperar, vete y otro día te sigo explicando lo que quieras.

+ Ve corre, no hagas esperar a nadie más.
Se bebe de un trago el café, y desaparece.

Mi zumo sigue intacto, ninguna de las dos habíamos bebido nada durante la charla.

Al poco se acerca el camarero y me dice: *cuidela, ha sufrido bastante no le hagas llorar o te las veras conmigo.

Le miro con una cara de no entender nada y él levanta los hombros y se va riendo.

Pasa un rato, bastante largo, cuando aparece de nuevo por la cafetería, me busca y sonríe al verme.
Se acerca a la barra, le dice algo al camarero y se sienta en la misma silla que antes.

-Espero no haber tardado mucho

+Tranquila sólo 45 minutos, ¿algo grave?

-¡Eso es poquísimo, siéntete afortunada! Que va, una rotura de radio. Ojalá todos los casos fuesen así... -Apoya la cabeza en su mano y suspira-

Nos mantenemos calladas durante unos minutos, ninguna de las dos quiere decir nada... menos mal que llega el camarero y le trae lo que ha pedido, otro café.

Ella le sonríe y le da las gracias, él me mira a mi y me guiña un ojo.
Yo la miro a ella y le digo:

+¿Otro café? Eso no debe ser muy bueno...

-Lo sé, sobre todo cuando llevas 5 en una mañana pero es necesario para aguantar después de un turno de 24 horas...

+¿A qué hora terminas?

Mira su reloj y me dice: -he terminado hace 5 minutos; otra vez sonríe, su maldita sonrisa perfecta.

+Vámonos, debes descansar y ya me has ayudado bastante.

-No, estoy bien, terminemos de hablar y a ver si así puedes dormir algo, las ojeras te delatan.

Me río y me levanto creo que ambas necesitamos dormir, ella más que yo, y ya me ha ayudado bastante.

+¿Cuándo tienes consulta?

-Los martes y jueves de 9 a 2 y los miércoles de 3 a 9. El resto de días estoy por aquí o de guardias, ¿por?

+Pablo tiene la revisión de las 2 semanas y las vacunas, quiero que te encargues tú.

-De acuerdo, sube a pediatría y pide cita, las vacunas aún no le tocan pero estaré encantada de veros la semana que viene a los dos. Adiós Malú.

-Adiós Laura.

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