Capítulo 6

1K 64 2
                                    

Llego a casa después de una tarde para olvidar en el hospital, por más tiempo que pase hay cosas a las que nunca te acostumbras...

Saco mi móvil del bolso y me cae la tarjeta de Malú. "Abogada Sánchez"
Miro la hora en el móvil, 21:00, unas cañas ahora me irían genial, la verdad.
Me armo de valor y la llamo.

+Abogados Sánchez

-Eeemmm... Hola soy yo.

+¿Laura?

-La misma, me preguntaba si te apetecía ir a tomar algo.

+¿Ahora?

-Sí, si te apetece...

+Me encantaría pero no tengo con quien dejar a Pablo, es tarde...

-Lo entiendo, pues a la próxima. Cuando puedas.

+Oye... ¿Quieres venir a cenar con nosotros? Sin compromiso

-¿Llevo pizza?

+Hecho, ahora te mando la ubicación. Haré una ensalada.

Llaman a la puerta, estoy como un flan, creo que nunca me he puesto tan nerviosa por una "cita"

Me miro en el espejo y moldeo mi pelo, cojo aire y le abro la puerta.

+¡Adelante!

-Creía que no me ibas a abrir... La pizza quema. Es de 4 quesos, espero que te guste.

+Es perfecta, me encanta el queso. Vamos al salón, he puesto la mesa.

Llevamos un rato charlando en el sofá, después de cenar y recoger nos hemos sentado aquí con 2 tazas de té.

Estamos muy cerca, demasiado, el corazón me va a explotar... Nuestras manos están unidas y ambas tenemos nuestra mirada fija en la otra, me muero por dar el paso y besarla, pero no sé si es el momento.

Ella se encarga de disipar mis dudas, cuando corta la poca distancia que hay entre nosotras y me besa, primero lento, como con miedo pero con mucha dulzura, tanta que por un momento pierdo el sentido y no sé seguirle el beso.

-Perdona, no debería haberlo hecho, lo siento, me voy.

+¡Quieta!

Tiro de ella para que se siente encima de mi y no se mueva. No le doy tiempo a hablar, la beso con fuerza, demostrándole que yo también quiero.

Los besos y las caricias van subiendo la temperatura de mi salón. Poco a poco nos vamos dejando caer en el sofá, y Laura me sube la camiseta mientras me acaricia la espalda, mi cuerpo reacciona a cada roce con su piel y no puedo esperar más, saco su camiseta rápidamente y la beso, no puedo dejar de hacerlo. Me levanto con ella y voy guiándonos hasta mi habitación sin separarnos.
Cuando llegamos nos tumbamos en mi cama y seguimos con nuestra sesión de besos y caricias.

Estamos sólo con ropa interior cuando escuchamos unos lloros que provienen de la habitación de al lado.

Nos miramos y nos echamos a reir. Me siento culpable. Por un momento, me había olvidado del mundo y sólo éramos ella y yo.

+Ahora vengo, un momento. Lo siento voy a ver que le pasa...

-Tranquila, te espero aquí.

Fortalezas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora