Capítulo 18

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Llevo un rato en la sala de espera, se me está haciendo eterno, ahora, entiendo un poco mejor a los familiares, la incertidumbre y la espera son horribles.

-Enfermera...

*No. Ya le he dicho mil veces que no puede pasar.

-Pero...

* Mire, por ahí sale.

La veo aparecer, y me levanto para recibirla. Se acerca a mi, primero va seria, pero sonríe ligeramente, supongo que queria verme ahí.

-¿Qué tal? Le pregunto con miedo, no sé como reaccionará.

+Bien, ahora tengo que esperar.

-Tenemos. La corrijo y recibo una sonrisa por respuesta, es hermosa toda ella.

-¿Tienes hambre? Ella asiente. Te invito a desayunar.

+ Vale, pero estoy cabreada y un simple desayuno no lo solucionará.

-¿Simple? Iba a invitarte a un chocolate caliente con churros, eso puede con todo. La hago reir. ¿Has traido el coche?

+He venido en taxi, en el fondo, una parte de mi esperaba que estuvieses aquí.

Sus palabras me han dolido, no sé qué contestar, solo he podido agachar la cabeza porque tiene razón.

Después de desayunar, me lleva a casa de mi madre para recoger a Pablo, y que nos vayamos los tres a descansar, no sé como pero me ha convencido para pasar el día juntas. Tengo que hacer reposo unos días y quiere mimarme, o eso dice.

Laura se pasa el día cuidandonos, tanto a Pablo como a mí, no me ha dejado hacer nada, sólo estar en la cama.

-Preciosa, me voy a ir a casa, mañana trabajo y tú tienes que descansar.

Está saliendo por la puerta de mi habitación cuando le susurro un quedate conmigo.

- ¿Decías algo? Me pregunta apoyada en el marco de la puerta, quiere que se lo repita, porque las dos sabemos que me ha escuchado perfectamente.
La miro mal y ella me guiña el ojo.

-Voy a ver a Pablo y vuelvo.

Sonrío como una idiota, me tiene enganchada y lo sabe, pero hemos estado todo el día evitando lo inevitable, tarde o temprando tendremos que hablar.

Pasados unos 10 minutos vuelve a la habitación y se acerca a la cama, coge su pijama y se va.

-Mira tu móvil, te he enviado una foto. Dice mientras se va al baño.

 Dice mientras se va al baño

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+Qué guapo es.

-Sí, la verdad qué es precioso, hiciste un bien trabajo.

+ ¿ Y si...? Me corta.

- Y si... Nada, va a salir bien. No tenemos qué pensar en eso ahora.

Se tumba a mi lado en la cama y nos acurrucamos, apago la luz y nos quedamos en silencio, escuchando nuestras respiraciones.

Después de pensar bien qué decir y cómo, cojo aire y le pregunto.

+¿Por qué?

- ¿Por qué me fui? Yo asiento con la cabeza.
La verdad no lo sé, me arrepentí al instante de mandarte el mensaje pero ya era tarde.
Y supongo qué necesitaba mi espacio, siempre he sido muy de mí, llevaba mucho tiempo sola y no me había planteado ciertas cosas en mi vida todavía.
Pero llegasteis Pablo y tú desmontando mi coraza, dandome vida y desordenando mis planes, tanto que me vi sobrepasada y necesitaba coger aire, alejarme y aclarar mis ideas y supuse que volver a casa y hablar con la persona que mejor me conoce era la solución.
Lo siento mucho de verdad, siento no haber llegado a tiempo para estar contigo pero prometo no separarme más de vosotros, si me dejas claro.
Te quiero de verdad.

No sé qué contestarle, por mi mejilla se escapa alguna lágrima traicionera qué intento esconder pero es que nunca nadie me había dicho cosas tan de verdad. Así que como un acto vale más que mil palabras la beso.

Nos besamos de verdad, expresando todo lo que sentimos la una por la otra. Es un beso lleno de amor.

+Yo tambien te quiero de verdad, pero no me lo hagas nunca más.
-Nunca, te lo prometo.

Y después de eso, abrazadas caemos rendidas en los brazos de morfeo.

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