+¡Vero! Le grito nada más salir del coche para que no siga avanzando su camino hacia el hospital y nos espere.
V: ¿Malú?
+ Es Pablo, se acaba de dormir pero tiene mucha fiebre.
V: Vamos para dentro y me vas contando.
¿Desde cuándo tiene fiebre?+Anoche tuvo unas décimas, pero no le dimos mucha importancia, hoy cuando Laura se ha ido a Málaga no tenía, pero a media mañana se ha puesto así.
V: Vale tranquila, vamos a ver como está.
Coge el fonendo de una compañera y explora a mi hijo, sin decir nada.
Mientras, Pablo no deja de llorar y de moverse en la camilla, ya que Vero lo ha despertado para realizar la anamnesis.
V: Quiero analítica completa, con coagulación. Tomarle la temperatura, ponerle paños de agua templada y empezar a pasar sueros para la deshidratación. Voy a cambiarme.
+¿Cómo está?
V: Aún es pronto para saberlo, de momento, vamos a bajarle la fiebre. Cuando sepa algo más, te aviso.
...
V: Malú, ya tengo los resultados, y puede que sea meningitis pero, vamos a hacer una punción lumbar para confirmar.
+¡Quéé! No puede ser, si hace un rato estaba bien. ¿Y ahora qué? ¿Qué vamos a hacer?
V: vamos a esperar a los resultados y vamos viendo. ¿Has avisado a Laura?
+ No, aún no. No sé que decirle...
Miro a Vero con los ojos llenos de lágrimas a punto de explotar. –¿Quién me diría a mi que la ex- de mi mujer me daría un abrazo?–
V: no te preocupes ahora, luego te ayudo a hablar con ella, si quieres.
+Gracias...
...
Vero me ve en las sillas de la sala de espera y se sienta a mi lado, mientras acaricia con su mano mi pierna para darme ánimos.
V: ¿La has llamado ya?
+ Lo he intentado pero no puedo... Te estaba esperando.
V: ¿La llamamos con mi móvil?
+No... Tengo que hacerlo yo...
V: vale, yo estoy aquí.
Llamada telefónica
+ ... ¿Laura?
-¿Malú? ¿Estás bien?
+ Esto... Estamos, estamos en el hospital...
-¿Estáis bien? ¿Qué ha pasado? ¿Cómo está Pablo?...
Me bombardea a preguntas que no soy capaz de procesar...
V: ¡Dame! –Vero me quita el móvil de la oreja–.
V: Laura, soy Vero. Hemos tenido que ingresar a Pablo, está estable pero tenemos que pasarle antibióticos intravenosos, así que tiene que quedarse en el hospital.
-¿Qué ha pasado? ¡Verónica respondeme! Voy para allí.
V: Vale, aquí nos vemos.
-Vero, no dejes que le pase nada.
V: No lo haré. Ten cuidado.
Tras colgar, mi mundo se viene abajo. No tenía que haberme ido a ningún sitio.
Vuelvo a meter en la maleta lo poco que había sacado de ella y llamo a un taxi mientras busco vuelos y AVEs para llegar lo más pronto a Madrid.
Encuentro un vuelo que sale en 30 minutos, espero que me de tiempo a llegar.
-¡Taxi! Al aeropuerto por favor.
*Ahora mismo señorita.
-Dese prisa. Necesito llegar en menos de 15 minutos.
En 20 minutos estoy sentada en mi butaca del avión. Ni Malú ni Vero han vuelto a contestar a mis llamadas... No sé que pensar. El vuelo se me va hacer eterno y la pequeña no deja de moverse y darme patadas todo el día.
Al aterrizar, me abro paso a empujones del resto de pasajeros hasta coger el primer taxi que me lleve al hospital. Necesito saber cómo está.
...
-¿Dónde está? –Pregunto en la recepción de la planta de pediatría, mientras observo las miradas curiosas y preocupadas del personal–.
*Está en la...
V: Yo me ocupo.
Escucho su voz y me giro para buscarla y obtener las respuestas que necesito de primera mano.
-¿Dónde está Verónica?
V: Hola a ti también...
-No estoy para tonterías.
V: Está en la UCI, tiene meningitis.
- Joder, joder, joder...
V: Por suerte parece vírica. Aun así, tiene problemas para respirar, si no mejora tendremos que intubar.
- No, ni de coña, no vas a hacer eso. ¡Quiero verlo!
V: Está bien, vamos a verlo pero desde fuera. No puedes arriesgarte.
-¿Malú?
V: Está dentro con el niño. Está muy asustada, no la agobies más, por favor.
Llegamos a la UCI y observo a Malú y a Pablo a través del cristal. Malú le acaricia la cabecita para que se duerma, siempre funciona tanto con él como conmigo. Inconscientemente sonrío, siempre nos tranquiliza.
Al poco me ve y sale en mi búsqueda.
+Ya has llegado.
-Sí, aquí estoy. –La abrazo contra mi cuerpo y dejo un suave beso en su cabeza–.
+Tengo mucho miedo.
-Yo también, pero se va a poner bien. Está en las mejores manos. –Le digo mirando a Vero–.
Estamos un rato las tres en silencio mirando por el ventanal hasta que la enfermera de la UCI, hace una señal a Vero para que entre.
Malú y yo seguimos ahí, observando todo sin movernos, mientras Vero empieza a chequear a Pablo y habla con el médico intensivista. Les veo preparar el kit de intubación y mi cuerpo reacciona intentando entrar en esa maldita sala para parar el procedimiento.
La enfermera me detiene e intenta que me tranquilice. Malú sigue a mi lado sin decir nada y yo empujando para poder entrar. Siento mucha impotencia por no hacer nada y sobre todo por no saber. Vero no me enseña nada.
V: Hemos intubado porque cada vez le costaba más trabajo respirar.
-¡Te dije que no lo hicieras!
V: Era necesario.
-¡No, no lo era! ¡Eres imbécil! ¡Puede que no despierte! –Le grito y le empujo–.
Estoy fuera de sí, solo consigo reaccionar y detener mi discurso cuando Malú muy asustada grita:
+ ¡Laura! estás sangrando.
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Fortalezas
FanfictionUna historia de fuerza, lucha y superación. *Malú, 37 años. Abogada y madre coraje. *Laura, 34 años. Médico pediatra. Descubramos el valor de la vida y de los pequeños momentos. Cada paso hay que celebrarlo.