Capítulo 29

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+¡Vero! Le grito nada más salir del coche para que no siga avanzando su camino hacia el hospital y nos espere.

V: ¿Malú?

+ Es Pablo, se acaba de dormir pero tiene mucha fiebre.

V: Vamos para dentro y me vas contando.
¿Desde cuándo tiene fiebre?

+Anoche tuvo unas décimas, pero no le dimos mucha importancia, hoy cuando Laura se ha ido a Málaga no tenía, pero a media mañana se ha puesto así.

V: Vale tranquila, vamos a ver como está.

Coge el fonendo de una compañera y explora a mi hijo, sin decir nada.

Mientras, Pablo no deja de llorar y de moverse en la camilla, ya que Vero lo ha despertado para realizar la anamnesis.

V: Quiero analítica completa, con coagulación. Tomarle la temperatura, ponerle paños de agua templada y empezar a pasar sueros para la deshidratación. Voy a cambiarme.

+¿Cómo está?

V: Aún es pronto para saberlo, de momento, vamos a bajarle la fiebre. Cuando sepa algo más, te aviso.

...

V: Malú, ya tengo los resultados, y puede que sea meningitis pero, vamos a hacer una punción lumbar para confirmar.

+¡Quéé! No puede ser, si hace un rato estaba bien. ¿Y ahora qué? ¿Qué vamos a hacer?

V: vamos a esperar a los resultados y vamos viendo. ¿Has avisado a Laura?

+ No, aún no. No sé que decirle...

Miro a Vero con los ojos llenos de lágrimas a punto de explotar. –¿Quién me diría a mi que la ex- de mi mujer me daría un abrazo?–

V: no te preocupes ahora, luego te ayudo a hablar con ella, si quieres.

+Gracias...

...

Vero me ve en las sillas de la sala de espera y se sienta a mi lado, mientras acaricia con su mano mi pierna para darme ánimos.

V: ¿La has llamado ya? 

+ Lo he intentado pero no puedo... Te estaba esperando.

V: ¿La llamamos con mi móvil?

+No... Tengo que hacerlo yo...

V: vale, yo estoy aquí.

Llamada telefónica

+ ... ¿Laura?

-¿Malú? ¿Estás bien?

+ Esto... Estamos, estamos en el hospital...

-¿Estáis bien? ¿Qué ha pasado? ¿Cómo está Pablo?...

Me bombardea a preguntas que no soy capaz de procesar...

V: ¡Dame! –Vero me quita el móvil de la oreja–.

V: Laura, soy Vero. Hemos tenido que ingresar a Pablo, está estable pero tenemos que pasarle antibióticos intravenosos, así que tiene que quedarse en el hospital.

-¿Qué ha pasado? ¡Verónica respondeme! Voy para allí.

V: Vale, aquí nos vemos.

-Vero, no dejes que le pase nada.

V: No lo haré. Ten cuidado.

Tras colgar, mi mundo se viene abajo. No tenía que haberme ido a ningún sitio.

Vuelvo a meter en la maleta lo poco que había sacado de ella y llamo a un taxi mientras busco vuelos y AVEs para llegar lo más pronto a Madrid.

Encuentro un vuelo que sale en 30 minutos, espero que me de tiempo a llegar.

-¡Taxi! Al aeropuerto por favor.

*Ahora mismo señorita.

-Dese prisa. Necesito llegar en menos de 15 minutos.

En 20 minutos estoy sentada en mi butaca del avión. Ni Malú ni Vero han vuelto a contestar a mis llamadas... No sé que pensar. El vuelo se me va hacer eterno y la pequeña no deja de moverse y darme patadas todo el día.

Al aterrizar, me abro paso a empujones del resto de pasajeros hasta coger el primer taxi que me lleve al hospital. Necesito saber cómo está.

...

-¿Dónde está? –Pregunto en la recepción de la planta de pediatría, mientras observo las miradas curiosas y preocupadas del personal–.

*Está en la...

V: Yo me ocupo.

Escucho su voz y me giro para buscarla y obtener las respuestas que necesito de primera mano.

-¿Dónde está Verónica?

V: Hola a ti también...

-No estoy para tonterías.

V: Está en la UCI, tiene meningitis.

- Joder, joder, joder...

V: Por suerte parece vírica. Aun así, tiene problemas para respirar, si no mejora tendremos que intubar.

- No, ni de coña, no vas a hacer eso. ¡Quiero verlo!

V: Está bien, vamos a verlo pero desde fuera. No puedes arriesgarte.

-¿Malú?

V: Está dentro con el niño. Está muy asustada, no la agobies más, por favor.

Llegamos a la UCI y observo a Malú y a Pablo a través del cristal. Malú le acaricia la cabecita para que se duerma, siempre funciona tanto con él como conmigo. Inconscientemente sonrío, siempre nos tranquiliza.

Al poco me ve y sale en mi búsqueda.

+Ya has llegado.

-Sí, aquí estoy. –La abrazo contra mi cuerpo y dejo un suave beso en su cabeza–.

+Tengo mucho miedo.

-Yo también, pero se va a poner bien. Está en las mejores manos. –Le digo mirando a Vero–.

Estamos un rato las tres en silencio mirando por el ventanal hasta que la enfermera de la UCI, hace una señal a Vero para que entre.

Malú y yo seguimos ahí, observando todo sin movernos, mientras Vero empieza a chequear a Pablo y habla con el médico intensivista. Les veo preparar el kit de intubación y mi cuerpo reacciona intentando entrar en esa maldita sala para parar el procedimiento.

La enfermera me detiene e intenta que me tranquilice. Malú sigue a mi lado sin decir nada y yo empujando para poder entrar. Siento mucha impotencia por no hacer nada y sobre todo por no saber. Vero no me enseña nada.

V: Hemos intubado porque cada vez le costaba más trabajo respirar.

-¡Te dije que no lo hicieras!

V: Era necesario.

-¡No, no lo era! ¡Eres imbécil! ¡Puede que no despierte! –Le grito y le empujo–.

Estoy fuera de sí, solo consigo reaccionar y detener mi discurso cuando Malú muy asustada grita:

+ ¡Laura! estás sangrando.

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