Capítulo 32

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*Malú hija, ¿Qué haces aquí? No deberías fumar...

+Hola Gloria, necesitaba salir a que me diese el aire.

G: ¿Cómo estás?

+ No lo sé...– me río mientras me quito las lágrimas– Estoy cansada y he discutido con Laura...

G: Vete a casa cariño, dúchate y descansa un rato, yo me quedo con ellos.

+No hace falta, estoy bien.

G: Descansa, habitación 567 Pablo y Laura 172 ¿no?

+Los han puesto en la habitación de Laura a los dos.

G: Pues mejor, ¡yo voy con ellos y tú a dormir!

+Gracias.

Tiro el cigarro a medio consumir y, tras abrazar a mi suegra y darle nuevamente las gracias, pongo rumbo al piso de Laura que, está a cinco minutos del hospital y lo agradezco, porque no tengo fuerzas ni para andar...

...

-¿Mamá? ¿Qué haces aquí?

G: venir a veros y a estar con vosotros, he mandado a Malú a casa.

-Gracias mamá, le hacía falta.

G:¿Se puede saber que le has hecho?

-¿Yo? nada, ¿por?

G: No tenía buena cara...

- Es un poco exagerada

G: Laura...

- He tenido un par de contracciones esta mañana sin importancia

G: ¿Cómo que sin importancia? ¿Estáis bien?

-Si mamá, no seas pesada.

...

Me levanto como nueva, tras llegar a casa caí rendida, es media tarde y acabo de despertar, me doy una ducha en condiciones y me visto con un chándal para volver a mi segunda "casa".

+Buenas tardes, he traído la merienda

-Sabes que no puedo comer dulce Malú...

+ Lo sé, por eso lo he traído, para que merendemos tu madre y yo. —le guiño un ojo para molestarla, todavía sigo cabreada— Por cierto, ¿dónde están?

-Han ido a dar una vueltecita al parque de fuera, Vero les ha dejado tomar el aire, igual igual que a mi...

+No te enfades que ya queda poco campeona... —me acercó a ella y le dejo
un beso en la frente, esto se está haciendo muy largo para todos—

-¿Me perdonas? No quería asustaste más y estamos bien, de verdad.

+Si, te perdono, pero no me lo vuelvas a hacer o tendremos más que palabras tú y yo

–mmmm... ¿Más que palabras? ¿Qué propone letrada?

+¿Yo? Nada... ¿Qué voy a querer con una "medicucha" convaleciente como tú?

-¿Perdona? Ahora no puedo hacer mucho porque llevo a tu hija aquí dentro —se toca la tripa— pero tú sí que puedes...

Sé por donde va, la conozco muy bien y nuestras miradas desafiantes y llenas de deseo me lo confirman pero, aún así, quiero que me lo diga

+¿Qué quieres Laura? Soy toda oídos...

Me hace una señal para que me acerque más a ella y tira de mi camiseta para que me tumbe con ella en la cama empezando una guerra de besos y caricias bajo las sábanas frías del hospital que, solo el grito de mi suegra consigue detenerlos.

G: ¡¡¡¿Qué hacéis niñas? Estáis en un hospital y Laura no puedes moverte!!!

Mi cara empieza a arder hasta coger un color rojizo, que solo consigue aumentar las carcajadas de mi mujer.

-Mamá, lo siento, eran unos besitos sin intención...

+He traído la merienda Gloria

-¿Todavía tienes más hambre? ¿No has tenido suficiente?

Le lanzo una mirada asesina a Laura y ella no deja de reírse, disfruta con esta situación y mi suegra por lo que veo también, son madre e hija sin duda.

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