Capítulo 7

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Hugo: Buenos días niña

-Serán para ti...

H: ¿Te has levantado de mal humor?

-Digamos que no me he levantado de buen humor, además el jefe me ha citado en su despacho...

H: Lo sé,  ha salido de su escondite para buscarte un par de veces... Yo no le haría esperar. Luego nos tomamos un café y me cuentas todo.

-Me voy antes de que me eche.

Estoy nerviosa, todo el mundo diciéndome que el jefe me está buscando, justo hoy, que no tengo la cabeza para sermones... Vuelve Vero... Y para rematar anoche dejé a Malú plantada en su casa, me fui sin decir nada... Tendré que hablar con ella, no se merece eso.

Aparto mis pensamientos y llamo al despacho del jefe.

García: Adelante doctora, siéntese

- Señor, tengo prisa ¿qué quiere?

G: Como veo que no va a sentarse...seré breve,  Rodríguez ha dejado la jefatura de pediatría y hemos pensado en usted como sustituta. No acepto un no por respuesta.

-¿Cuándo empiezo?

G: Eso quería escuchar, cuando quieras, Rodríguez ya ha vaciado el despacho.

-Gracias por confiar en mi, hablaré con Rodríguez y me pondré a trabajar.

...

Llevo desde anoche sin pegar ojo, cuando volví a mi habitación de dormir a Pablo ya no estaba, sólo quedaban las sabanas deshechas pero ni rastro de ella... La busqué por toda la casa pero no estaba, se había ido sin ninguna explicación.

Lloré, lloré mucho de impotencia pero eso no podía permitírmelo y menos por una mujer que apenas conocía.

Decidí mandarle un mensaje a media tarde, necesitaba una respuesta para poder entender qué paso...

+ ¿Una urgencia anoche, no? Podías haber dicho que te marchabas.

...

Recibo un WhatsApp de Malú, decido no contestarle, prefiero dejarlo pasar y hablar algún día cara a cara.
Ahora mismo, no tengo la cabeza para nada.

Estoy en la T.1 de Barajas esperando la llegada de Vero. Estoy muy nerviosa, no me quedan uñas...

Vero: ¡Mi amor!

Me sorprende por detrás, y sin tiempo a reaccionar me abraza levantándome del suelo y me da un beso, que yo sigo encantada, ella siempre ha sido mi debilidad.

Llegamos a mi coche, metemos su equipaje y salimos del aeropuerto mientras me cuenta como le han ido estos dos años en Mozambique.

Entrando a la ciudad le digo ¿A casa de tus padres?

V: mejor a nuestra casa

- Ya no vivo allí, todo lo que quedaba tuyo se lo di a tus padres, era un piso muy grande para una sola persona.

V: No te excuses, lo entiendo. Pero, podrías enseñame tu nueva casa

- No creo que sea buena idea...

Y empieza a besarme el cuello y a acariciarme, como sólo ella sabe... Es mi punto débil, creía que lo había superado pero siempre vuelve para desordenarme los planes...

Lo único que consigo hacer es acelerar el coche y saltarme algunas señales para llegar cuanto antes a mi casa, abro la puerta y ya estamos enganchadas, nos necesitábamos o eso creía yo...
Tuvimos sexo desenfrenado, fue todo muy rápido y salvaje, nada que ver con la noche anterior... Parecíamos animales queriendo demostrar quién mandaba.


-¡Hugo! ¿Un café?

H: ¿Ahora tienes tiempo para la plebe?

- Ha vuelto Vero –suelto la bomba-

H: ¡Quuééé! ¿Qué coño dices? ¿Te has acostado con ella?

- No grites animal, nos pueden oír

H: ¿Cómo que no grite? Esto es muy fuerte... No tienes aguante ¿Y Malú? Lo último que sé es que fuiste a comer con ella...

- Nos hemos acostado, no puedo evitarlo tío, es mi debilidad... Y Malú... a Malú la deje plantada en su casa cuando íbamos a hacerlo, además me ha escrito y no le he contestado.

Me da una colleja... -¡Auuuch! Me has hecho daño

H: Te lo mereces, eres imbécil... ¿Cómo has podido volver a caer?... No lo entiendo, por no hablar de Malú, una tía genial que le da mil patadas a esa zorra y vas tú y la dejas plantada...

Fortalezas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora