Capítulo 12

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-¿Tienes frío? Me pregunta tras un buen rato al aire libre, he empezado a tiritar.

+Un poco... pero me gusta estar aquí.

-Toma pontela no quiero que te resfries. Me tiende su bata y yo le hago caso.

+Si tú me cuidas no me importa.

-A partir de los 16 años se me va de las manos... Así que mejor te portas bien.

Poco a poco vamos recortando la distancia que hay entre nosotras, ahora es casi inexistente, y nos fundimos en un beso de esos que me demuestran que he hecho bien viniendo a verla.

Después de un rato disfrutando de sus besos tira de mi y hace que nos levantemos, seguimos besándonos hasta llegar a las escaleras, las bajamos corriendo y nos metemos en el ascensor.

+Nos hemos dejado todo en la azotea...

-No te preocupes, luego lo recojo.

Allí seguimos con nuestra sesión de besos y caricias, hasta llegar a la 6 planta dónde nos separamos y andamos la una al lado de la otra.

Cuando estamos en el despacho Laura cierra con llave y volvemos a unir nuestros labios, son la combinación perfecta. Nos dejamos caer en el sofá que tiene a un lado del despacho y allí, sigue nuestra particular guerra de besos.

Ella desabrocha mi camisa lentamente, botón a botón, mientras acaricia cada poro de mi piel, me está matando con tanta calma. Yo no tengo tanta delicadeza y saco su pijama rápidamente.

Vamos cambiando de posición continuamente hasta que Laura queda encima de mi y va recorrido con sus manos todo mi cuerpo, empezando por el cuello, deteniéndose en mis pechos hasta llegar al botón de mis pantalones, que desabrocha rápidamente y me los quita de un tirón, creo que ya no quiere ir despacio.
Sus labios siguen recorriendo mi cuerpo pero sin llegar a mi intimidad, acaricia la parte interna de mis muslos y los besa pero no se atreve a entrar...
Yo estoy despeserada y tiro de sus pantalones para que estemos en igualdad de condiciones.
Laura vuelve a recorrer mi cuerpo hasta llegar a mis labios y nos volvemos a besar mientras nuestros cuerpos se unen para hacernos una.

Creo que la primera vez debía ser juntas y no me he equivocado ha sido maravilloso.

Noto su humedad en mi pierna y decido ir un paso más allá, desciendo mi mano por su cuerpo hasta meter mis dedos en su intimidad sin pedir permiso y recibo por su parte un gemido que me llega hasta las entrañas. Ella no se queda atrás y hace lo propio conmigo.

Repetimos el asalto una y otra vez, con los dedos, con la boca, juntas... Hasta que no podemos más. ¡Ha sido increíble!

Al terminar nos quedamos abrazadas y me doy cuenta de que estoy pérdida... Me he hecho adicta a ella.

Pum pum pum, escuchamos golpes en la puerta y alguien que intenta abrir...

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