⁰¹|| WARRIORS: batfamily

006. Ready or not

Moscú, Rusia.
|Casa de seguridad|
28 de Enero del 2019 [6:05pm]
Richard Grayson

—¡tenemos que irnos, Clary!— grita Jason. Si, ambos iran a esa reunión, todo porque Jason tiene cara de malo.

—¡espera un jodido segundo!— contesta ella desde la habitación.

—¡llevas media hora diciendo eso!

—¡pues espera otra media hora!

Damian empieza a verse cansado, con ganas de sacar su katana y matarnos a todos.

—listos o no allá voy.—grita Clary. Baja por la escalera, desde dónde estoy sólo puedo escuchar sus tacones en cada escalón. Pero si puedo ver la cara que puso Jason. Debe lucir más hermosa de lo normal.

—tienes un poco de baba, Todd.—el sarcasmo es definición de Damian.

Jason lo mira mal. Y por fin puedo ver a Clary. Madre mía. Se ve preciosa en ese vestido, parece resaltar todos sus atributos.

—te ves muy hermosa, Hale.—hice un cumplido, ella me muestra una sonrisa y agacha la cabeza. ¿la puse nerviosa?

—gracias, Richard.— contesta. Vuelve a ver a Jason.—¿no qué teníamos prisa?

Jason rueda los ojos, abre la puerta y sale de la sala. Clary me ve y parece que quiere decir algo.

—no olviden que en cualquier momento entraré en sus cabezas, ¿de acuerdo?—ella alterna la vista entre Tim, Damian y yo. Bruce está en el cuarto de control. Los tres asentimos. Clary sale de la sala.

Jason Todd

¿Blair está interesada en Richard? ¿por qué bajo la mirada?

Subimos al auto, le abrí la puerta antes, fui un caballero, como siempre.

—¿te bañaste?

—¿qué?— pregunta Blair algo extrañada.

—escuchaste bien.

—si, me bañe, ¿lo haz intentado?

—si, aunque siento que tú deberías intentarlo más seguido, te sienta bien estar limpia...

—¿es tu forma de decirme que me veo hermosa?— pregunta Blair, burlándose de mi.

—es mi forma de decirte que te ves perfecta.

Blair niega con la cabeza lentamente.

—¿por qué eres así, eh?— pregunta en un tono que no entiendo como distinguir.

—¿a qué te refieres?—la vi levemente, ya que estoy conduciendo hacia el casino.

—santa mierda, Jason.—exclama molesta. Yo volteo a verla confundido.—no puedes hacer esto, y con esto me refiero a competir con Richard...

—no estoy compitiendo.

—aún no te das cuenta de que lo haces.— aclara su punto de vista.—ademas, tú estás con super idiota, deberías dejarme ser feliz por un momento.

—quiero que seas feliz, sólo que Richard no es el tipo para ti...

—¿quién si lo es? ¿eh? ¿cómo podré saber si es o no para mí si tú no dejas de interferir?— cuestiona molesta.

Ella tiene razón.

—está bien, sal con él, pero te darás cuenta de que él no es para ti.—

—pues no estaba pidiendo permiso, Jason.—responde. El resto del camino fue en silencio. Uno incómodo, de los que nunca tenemos.

Me detuve frente a un edificio, un casino, un hombre de los que estaciona los autos abrió la puerta para Blair, después de que ambos bajamos yo le entrege las llaves del Mercedes.

—desde este momento eres mi guardaespaldas, ¿entendido?— dice Blair en mi mente. Nos acercamos hasta la entrada, hay tres hombres de seguridad, los cuales no pueden evitar ver a Blair de manera no tan respetuosa.

—contraseña.— murmura uno de ellos.

—542.—responde ella con naturalidad. El hombre se retira y nos deja pasar. Llegamos hasta la recpción, dónde hay una mesa llena de mascaras y antifaces.—esto se pone cada vez más interesante, ¿cierto Steve? —creo que ese es mi nombre de guardaespaldas.

Ella toma un antifaz con forma de mariposa de color dorado. Sus hermosos ojos azules resaltan de este.
Por mi parte, tomo un antifaz rojo, bastante sencillo.

Caminamos hasta la gran reunion. La música clásica suena por todo el lugar, hay una barra en la esquina del salón, y muchos juegos de casino.

Blair va a paso seguro hasta una mesa de ruleta. Da un toque a un hombre de traje plateado, este voltea de inmediato y le muestra una sonrisa muy sincera.

—¡Padmé!— saluda él con alegría.—adoro que pudieras venir.

—yo también me alegro de verte, Axel.— contesta ella en el mismo tono. Hasta se hablan de tú.—que bien te sienta Rusia, te dije que te encantaría.

—y cómo siempre tenías razón, querida.

—nada de querida.— corrige ella. Axel Conrado muestra una sonrisa.

—me había olvidado de lo tozuda que eres, hasta pareces mexicana.—se mofa.—¿a qué se debe que hayas venido?

Antes de que ella pudiera responder, otra persona interrumpió con su llegada. Porta un traje azul marino, la máscara del mismo color, resaltan dos cosas en él: la primera sus ojos azules (tan hipnóticos como los de Blair) que hacen juego con su traje; la segunda, su tatuaje en la mano, es una perfecta tarántula.

Veo a Blair de reojo, su expresión fue algo que no pude descifrar, parece paralizada.

—Conrado, hasta que te pude identificar entre tantas máscaras.—habla finalmente el desconocido, tiene un acento ingles.—oh, creo que he interrumpido algo, me disculpo, señorita.

—no tiene que preocuparse.—contesta Blair recuperando el control de la conversación.—Padmé, un gusto.—se presenta ella.

—Nathaniel Barrow.