⁰¹|| WARRIORS: batfamily

001. Today

Guadalajara, México.
24 de Mayo del 2019.

Blair Barrow.

Abrí los ojos, sentí la luz demasiado enfocada en mi cara, lo que me hizo imposible tener visión.

Mis poderes no estaban, eso lo sentí de inmediato. ¿En dónde está Jared?

Intenté moverme, pero tenía unas esposas en mis manos. Mierda.

—¿quién está ahí?—un momento, yo conozco esa voz. Se oye cerca, por lo menos en la misma habitación.

—Blair Barrow.—respondí.—¿Tú eres...?

—Nina, sí, pensé que no me recordarías.—dice ella, está asustada.

—¿tu madre está aquí?—pregunté.—¿cómo llegaste aquí?

—no lo sé. No sé nada, no lo recuerdo.—contesta ella, y yo tampoco sé nada.

—¿tienes esposas en tus manos?—cuestioné.

—no, pero hay algo en mi cuello que cada vez que me muevo me da descargas electricas.—responde.—¿tienes alguna idea para salir?

—todavía no, ni siquiera puedo ver que hay alrededor.

—yo sí.

Nina me describió el lugar. No hay mucho con que trabajar.

—¿qué tan lejos estás de mí?

—como un metro o dos.—dice ella.—no puedo moverme.

—si yo me acerco y tú te esfuerzas en acercarte, podríamos deshacernos de las cadenas y collares.—propuse.

Una puerta se abrió.

—buenos días, Clary.

Oh mierda.

Axel Conrado.

—o debo decirte Blair, ciertamente me confunde todo.—dice él.—¿creíste que no me enteraría que estás detrás de mis negocios? Tomaste la mafia de tu familia y quieres más.

—eso no es verdad.—respondí.—no quiero más drogas a mi cargo, en realidad, quiero deshacerme del negocio.

—¿y crees que te creo?—pregunta burlón.

—sería bueno si lo intentaras.—murmuré.—¿me vas a matar?

—sí, pero antes quiero hacerte otra cosa.

—¿y a ella? ¿Para qué la quieres?

—debo eliminar todo el linaje Barrow, no tuve suerte encontrando a Nathaniel, pero lo haré en algún momento...

¿Entonces Jared está...?

Quitó la lámpara de mi cara, aún asi mi vista tardó en aclararse.

Nina, la niña bonita, tenía unas grandes ojeras y la boca seca.

—bueno, ¿con cuál de las dos empezaré?—preguntó él, con ese tono de violador en potencia.

—tócale un pelo y juro que te corto las bolas.—amenazé. Axel sonrió de lado, retándome.

—¿te sacrificarías por ella?—cuestionó.

Se acercó a mí. Nina estaba llorando.

Me tomó de la cintura y me pegó a él.

Sentir su aliento era algo repugnante. Pegó su boca a mi cuello y comenzó a besarlo. Me paralizé ante otros horribles recuerdos.

El sonido de una explosión se hizo presente. Axel se alejó de mi y salió de inmediato.

Tarde unos segundos en reaccionar.

Observé el lugar. Sólo hay una puerta metálica. Nada de ventanas, hay dos lamparas, una del lado de Nina y otra del mio.

—¿qué crees que fue eso?—me preguntó Nina.

—una explosión, pero quien sabe.—respondí, tengo la voz entrecortada.—¿sabes cuánto llevamos aquí?

—supongo que unos días, no tengo una buena percepción del tiempo.

Entonces, una serie de disparos se hicieron sonar. ¿Qué está pasando?

Me concentré para hacer funcionar a mis poderes. No tengo nada de exito haciendolo.

Apenas pasan unos segundos, cuando la puerta se cae, literalmente. Por el gran espacio que hay, entran dos figuras masculinas, detrás puedo ver a una chica, que lleva un antifaz, en cambio ellos llevan máscaras.

—¿se encuentran bien?—cuestiona uno de los hombres, que ahora por su timbre de voz sé que es un adolescente.

¿Qué hacen tres adolescentes rescatándonos?

Viviré hoy y preguntaré mañana.

—bien, estamos bien.—respondí.—¿me quitarán esto?

El otro muchacho se acercó y me quitó lo que me mantenía aprisionada. Hizo lo mismo con Nina, quien parecía no tener muchas fuerzas. Me acerque y la ayude a levantarse, a pesar de que yo sentía que no podría dar ni un paso por mi cuenta.

Salimos de la habitación oscura, y entonces mi corazón volvió a latir.

Los dos chicos tomaban a Jared, no estaba en su mejor forma, pero estaba vivo.

Una lágrima se derramó por mi mejilla.

Iris West una vez me dijo que los chicos que te hacían llorar no valían la pena, a menos que fuera llanto de alegría. Entonces, te merecían al doble.

Y supongo que Jared me merece al doble.

—¿quiénes son?—pregunté.

Uno de los chicos, quienes iban detrás, tomó ligeramente mi mano y dijo:

—vive hoy y pregunta mañana.