Capítulo 9. ¿TU LO HICISTE?

40 1 0
                                    

Capítulo 9


Azul Jennings.

Peligro.

Es la única palabra que susurro mi mellizo y sabía lo que significaba, así que no perdí el tiempo y me encargué de seguir a Arian. Iba detrás de él, observaba cada lugar buscando algún signo de gente en el área. Lo usual es que estaba despejado a esta hora ya que todos están en la cafetería. Me encontraba en la facultad de diseño que comparte junto con la de arquitectura, sus paredes eran muy pintorescas a las de mi facultad, se detiene y choco con su espalda.

—¿Qué encontraste? — indago, curiosa.

Él no dice nada solo abre la puerta lentamente, el ruido que emite hace la escena más tenebrosa y lo observo. Una linda decoración para este salón tan deprimente. El piso blanco se encuentra manchado de rojo...

Doy algunos pasos y el sonido de mi pie impactar con el suelo es la única resonancia, me acuclillo de una manera lejana y estoy a punto de tocar la sangre cuando mi hermano toma mis muñecas.

—Ni se te ocurra— pronuncia con voz severa.

Blanqueo los ojos emocionada ante la escena. Saco de mi abrigo mis guantes negros y empiezo a curiosear el aula.

—¿Tu lo hiciste? — pregunto.

En cambio, él no me responde, su mirada analítica se encuentra en el profesor ya sin vida.

Algo me dice que él no lo hizo...

Con sus guantes negros husmea los pantalones del profesor, y mueve un poco el cuerpo como si buscara algo. Alzo mi mirada para observar las cámaras.

—La persona que lo asesino desactivo las cámaras— comento. Mira las cámaras.

—Pensé que era más estúpido o estúpida, le doy crédito por eso— gruñe—, aunque me hizo un favor ya no escuchare sus malditas clases de mierda.

—¿Por qué?

Él me muestra la prueba donde fácilmente el asesino serio encontrado.

—Demasiado estúpido—me burlo.

Arian saca de su mochila una bolsa de platico guardando la daga.

—¿Lo olvido?

—Estaba demasiado pendiente en que nadie lo viera que se descuidó.

—¿Tu viste al asesino, no es así?

Niega.

Empieza a buscar algo más y sus guantes se manchan de sangre, hace una mueca de asco.

—No seas delicado...

—Cuando no soy yo el asesino la sangre de la víctima me da asco, no hay nada de satisfacción.

Blanqueo los ojos.

—Ven.

Camino hacia él y me acuclillo.

—¿Qué?

Él recoge cabello del suelo.

—Al parecer hubo una pelea antes que lo matara.

Alza un par de cabellos y los observa.

—Es de mujer.

—Hay millones de estudiantes con cabello castaño— suspiro.

—Me encantaría saber quién es la asesina.

Sonríe maliciosamente.

—Tenemos que irnos antes de que nos vean aquí.

Flores azules 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora